Llegó por fin el mes de mayo y el Partido Liberal cumplió su promesa de abandonar el gobierno de coalición. Durante todo el mes de abril, los medios gubernamentales han estado preparando a la población para la posibilidad de un gobierno en minoría, así que a nadie le ha sorprendido.
El martes 13 de mayo el parlamento tenía que aprovar el nuevo gobierno, era una pueba de fuego para ver en qué medida podría funcionar el gobierno en minoría. Los liberales votaron a favor del nuevo gobierno. Lajos Molnár, liberal, antiguo ministro de sanidad, se abstuvo de votar y posiblemente recibirá una fuerte multa del partido.
Para la oposición los liberales solo hablan, pero se comportan como si todavía continuaran en el gobierno.
Y mientras esto sucede en las altas esferas políticas, la población cada vez está más cansada y es más pesimista respecto al futuro. La mayoría ven como única salida elecciones anticipadas. La derecha espera, se han dado cuenta, por fín, de que la "izquierda" húngara (yo no lo llamaría así, pero al menos aparéntemente lo es) se basta y se sobra para acabar consigo misma.
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