domingo, 14 de abril de 2019

LA LUCHA POR LA CREACIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA ENTRE LA MINORÍA HÚNGARA DE ESLOVAQUIA (parte 1ª)

(texto del historiador comunista húngaro Endre Arató, en "Tanulmányok a szlovákiai magyarok történetéből 1918-1975" -Estudios sobre la historia de los húngaros de Eslovaquia-, Magvető Könyvkiadó, Budapest, 1977. Páginas 151-166)






Endre Arató (1921-77), historiador comunista húngaro nacido en Budapest y que pasó su infancia en Checoslovaquia. Durante la 2ª Guerra Mundial estuvo internado en campos de trabajo de Transcarpatia y Transilvania, y más tarde también en los campos de concentración nazis de Gunskircheni y Mauthausen. Tras la guerra se instaló en Hungría e ingresó en el Partido Comunista (en 1945). Después de la universidad trabajó en la sección de minorías del Ministerio de Educación de Hungría. Desde 1951 fue investigador especializado en Checoslovaquia y en la cuestión de las nacionalidades del periodo de la reforma en el Instituto de Ciencias Históricas. A partir de 1957 fue profesor de la Facultad de Historia de Europa Oriental de la ELTE - Universidad Eötvös Loránd de Budapest-. Desde 1973 miembro de la Academia de Ciencias Húngaras. Es autor de numerosos trabajos fundamentales sobre las minorías étnicas en Hungría y Checoslovaquia, así como en general de historia de países de Europa Central y Oriental, especialmente de Checoslovaquia.  

(el texto que sigue es un apartado del capítulo "Diferenciación política de la sociedad húngara de Checoslovaquia en los años posteriores a la 1ª Guerra Mundial" del libro mencionado. Como es un texto relativamente largo, de unas 15 páginas, lo divido en partes, previsiblemente serán unas tres, aunque ya veremos. Aquí subo la primera. El texto se publica en su traducción completa -vamos, que no son fragmentos escogidos ni comentarios del autor del blog. Las notas entre corchetes sí son aclaraciones mías, que me ha parecido adecuadas para que se entienda mejor el texto). 

[Breve introducción histórica:
Uno de los estados que surgió del desmembramiento del Imperio Austrohúngaro, tras la 1ª Guerra Mundial, fue Checoslovaquia. Proclamó su independencia entre el 28 y el 30 de octubre de 1918, pero hubo que esperar a la firma del Tratado de Trianón, el 4 de junio de 1920, para confirmar su territorio (antes se había firmado también el Tratado de Saint Germain de Laye). Una parte importante de este eran Eslovaquia y la Rutenia Transcarpática (bueno, hay diferentes denominaciones, Rutenia Subcarpática, Ucrania Transcarpática, hoy se la llama Transcarpatia, en la zona occidental de la actual Ucrania), que habían pertenecido durante siglos a Hungría, y donde había una importante población húngara que quedó dentro del nuevo estado, junto con otras minorías étnicas como los alemanes o los rutenos-rusinos. El nuevo estado se apoyaba en una ficción: una inexistente etnia checoslovaca, que representaba el 64% de la población, el 23% eran alemanes, el 5,5% húngaros, el 3,4% rutenos rusinos, etc.   En Eslovaquia, de 3 millones de habitantes - en 1921-, 2 millones eran "checoslovacos" -en su mayoría eslovacos- y casi 650 mil húngaros -fundamentalmente concentrados en la franja sur, fronteriza con Hungría- y 150 mil alemanes, más 85 mil rusinos y 70 mil judíos. La Rutenia Transcarpática tenía una población de unas 600 mil personas, 370 mil rusinos, 100 mil húngaros, 80 mil judíos,  etc. Como puede verse, solo por estos números la cosa no parecía muy estable. No dejaba de ser algo parecido al Imperio Austrohúngaro pero en pequeño - y en formato republicano-. En este blog ya se ha hablado en numerosas ocasiones de las minorías húngaras de Eslovaquia o Ucrania, por eso me ha parecido interesante este texto, que habla de los comienzos del movimiento obrero en la zona eslovaca y rutena, centrándose en la actividad de las minorías étnicas, en lo fundamental de los húngaros. Sin más, le paso la palabra al Doctor Endre Arató.]

Primera República Checoslovaca (1918-1938) y sus regiones. Fuente: Wikipedia


  El Partido Socialdemócrata Húngaro y Alemán -así se llamaba en Eslovaquia el partido [que agrupaba a los socialdemócratas húngaros y alemanes de Eslovaquia], y que estaba controlado por una dirección reformista, hasta que en 1926 se unificó con la socialdemocracia checoslovaca, a partir de ahí funcionó como la sección húngara dentro del partido- siguió una intensa lucha contra los otros partidos húngaros de Eslovaquia. Lajos Surányi, diputado socialdemócrata húngaro, ya en el primer parlamento checoslovaco, el 8 de junio de 1920, denunció la política de la oposición húngara, expresando abiertamente que la clase dominante húngara, que actuaba en Eslovaquia bajo la égida de la cruz (una referencia directa a la mayoría cristiano-socialista) quería todavía menos al nuevo estado [se refiere al estado checoslovaco, naturalmente] que la burguesía alemana, "y su principal deseo es darse de la mano con el actual Nerón sangriento, el carnicero Miklós Horthy[que gobernaba en Hungría]". En otras ocasiones se denunció -mostrando una diferencia diametral con la concepción de los partidos burgueses de oposición-, que la Hungría de Horthy era "el foco más peligroso de la contrarrevolución". 

[Las primeras elecciones checoslovacas tuvieron lugar el 18 de abril de 1920, el partido más votado fue el Partido Obrero Socialdemócrata Checoslovaco, con el 25,7% de los votos, por encima del Partido Popular, que se presentó en coalición con el Partido Popular Eslovaco, y consiguió el 11,3%, el tercero más votado fue el Partido Obrero Socialdemócrata Alemán, con el 11,1%, el parlamento estaba bastante fragmentado y había varios partidos de las minorías, especialmente alemanas. En cuanto a los húngaros, el principal partido fue el Partido Social-Cristiano Húngaro-Alemán, con el 2,2% de votos y 5 diputados, luego el mencionado aquí, Partido Socialdemócrata Húngaro y Alemán, con el 1,8% y 4 diputados. Hay que tener en cuenta que los partidos húngaros o eslovacos se presentaban solo en Eslovaquia, vamos, que su porcentaje puede parecer pequeño, pero si solo tenemos en cuenta la región en la que se presentaban, entonces la cosa cambia. En Bohemia el partido más votado fue el socialdemócrata checoslovaco con el 22,3%, el segundo fue el Partido Obrero Socialdemócrata Alemán con el 16,2%. En Moravia y Silesia el más votado fue también el socialdemócrata checoslovaco, con el 22%, pero allí el segundo fue el Partido Popular Checoslovaco, con el 19%. En Eslovaquia los socialdemócratas checoslovacos consiguieron el 35%, por encima del Partido Eslovaco Nacional y Campesino, con el 18,5% y el Partido Popular, 18%, los socialcristianos húngaros y alemanes consiguieron el 10%, y el mencionado Partido Socialdemócrata Húngaro y Alemán el 8%, además había otros dos partidos húngaros minoritarios. En la Ucrania Transcarpática, las primeras elecciones fueron posteriormente, hay que esperar a 1924, para entonces ya existía el Partido Comunista, que fue el que las ganó, con el 39% de los votos. Hay que tener en cuenta que antes de las elecciones de 1920 gobernaba en Checoslovaquia el Partido Obrero Socialdemócrata Checoslovaco, en coalición con otros partidos socialistas y agrarios (se hablaba de la coalición rojiverde, entre diversos partidos "obreros" y los agrarios de derecha). El primer ministro era el socialdemócrata Vlastimir Tusar. Tras las elecciones de 1920, Tusar siguió siendo el primer ministro. Esto es un dato importante a la hora de entender el texto de Arató, cuando se habla de los socialdemócratas húngaros o alemanes, no olvidemos que el Partido Socialdemócrata era el principal partido del gobierno, aunque para entonces ya era un partido totalmente reformista -y que había contribuido a la caída de la comuna húngara.]

Mapa lingüístico de Checoslovaquia en 1930. rosa oscuro - checos, rosa claro - eslovacos, azul - alemanes, verde - húngaros, amarillo - rusinos (se los denomina ucranianos), puntos rojos: minorías checas y eslovacas fuera del país. Fuente: wikipedia



    Ese mismo día (el 8 de junio de 1920) el presidente de la fracción parlamentaria de este partido, el derechista P. Wittich, director de la Caja Obrera de Seguros de Enfermedad de Bratislava, pronunció un discurso en el que se aclaraba que el partido no ponía en cuestión la propia existencia de la república, pero al mismo tiempo, daba gran importancia al derecho de autodeterminación. Y que éste, debía ser "el seguro de una paz permanente entre los pueblos que vivían en la República Checoslovaca".  Este derecho -seguía- no puede materializarse a consecuencia del sistema capitalista. Por eso: "Solo se puede suprimir la constante opresión nacional acabando con el actual sistema social. Así pues, nosotros, socialdemócratas alemanes y húngaros, consideramos nuestra tarea histórica luchar junto con el proletariado de todas las nacionalidades del estado, de la República Checoslovaca, por el triunfo del socialismo". Con otras palabras, esto significaba que los socialistas alemanes y húngaros no apoyaban una república capitalista, sino una socialista. En la medida en que el gobierno respetara sus deseos, sus esfuerzos políticos, pero solo en esa medida, podía el gobierno - declaraba Wittich- contar con su apoyo.
   Los socialdemócratas plantearon también la exigencia de una autonomía para Eslovaquia y naturalmente, esta idea difería del concepto de autonomía del Partido Popular Eslovaco y de los partidos húngaros de oposición. El 28 de enero de 1921 Wittich declaró en la discusión respecto a los acuerdos de paz de la 1ª Guerra Mundial: "Deseamos la autonomía nacional para Eslovaquia, queremos vivir con los mismos derechos sociales, políticos y administrativos que los obreros del resto de los territorios de la república. No queremos una especie de nueva muralla china, si no la supresión de la antigua muralla, estas son nuestras exigencias: libertad nacional, progreso social, y la supresión de tantas y tantas lamentables medidas que nos recuerdan la vieja monarquía... La nueva república solo será realmente una república si libera a las minorías nacionales de la opresión nacional y se convierte en una sociedad libre de naciones con los mismos derechos".  Aquí ya no se trata de la Checoslovaquia socialista (esta declaración ya sucede durante el decaimiento de la efervescencia revolucionaria y tras la derrota de la huelga de diciembre de 1920), aunque la exigencia de la autonomía estaba relacionada con exigencias económico-sociales, con la idea de la igualdad de derechos para Eslovaquia. No en último lugar, se diferenciaba también de la concepción de los diferentes partidos de derechas sobre la cuestión. 
   Los comunistas húngaros, junto a sus compañeros checos, eslovacos y alemanes, siguieron luchando en las difíciles circunstancias de los primeros años de la nueva república por el triunfo de la revolución socialista, confiaban en el inicio de la revolución proletaria internacional y fueron activos organizadores de la cooperación entre las fuerzas revolucionarios nacionales e internacionales. En Checoslovaquia un papel muy destacado lo jugó la emigración comunista húngara, cuyo centro, tras la caída de la República de los Consejos Húngara, se trasladó a la vecina Viena. Desde este centro en Viena ya en la primera mitad de 1920 se envió a numerosos comunistas húngaros a Checoslovaquia para coordinar y dirigir el trabajo de los emigrantes que ya estaban asentados allí, y para unirlos en la lucha de la izquierda socialdemócrata checoslovaca, que se había propuesto como objetivo la formación del partido comunista. 
    La actividad de los comunistas húngaros emigrados fue diversa: especialmente fructífera fue la colaboración con el ala izquierda de la socialdemocracia checoslovaca. Tomaron parte en las principales reuniones y asambleas populares, donde anunciaron valientemente la idea revolucionaria de la lucha de clases y del internacionalismo proletario. La emigración comunista se apoyaba sobre todo en la población húngara de Eslovaquia y de la Ucrania Transcarpática, allí se defendía, y en el marco de esa actividad, el territorio de población húngara de estas zonas, se convirtió en un eslabón de unión entre las fuerzas revolucionarias checoslovacas y la emigración. Hay que señalar que en las regiones checas también actuaban comunistas húngaros, por ejemplo en Praga, e incluso en Reichenberg [nombre alemán para Liberec, ciudad de Bohemia, el 80% de su población era alemana], donde el trabajo de Gyula Alpári contribuyó al reforzamiento de la izquierda socialdemócrata alemana. No podemos ocuparnos de su actividad, aunque contribuyó también al desarrollo del movimiento obrero húngaro de Eslovaquia y la Ucrania Transcarpática. 
   El trabajo de la emigración comunista húngara no habría tenido resultados en Eslovaquia si el movimiento organizado de la clase obrera húngara no hubiera ofrecido una atmósfera adecuada para esa actividad. El problema central del movimiento obrero eslovaco y -añadamos- ucrano-transcarpático, era la unidad organizativa de una clase obrera multinacional. El separatismo nacional venía acompañado del peligro de enturbiar la lucha de clases y de aceptar la visión nacionalista burguesa, al mismo tiempo la formación de una unidad internacionalista significaba un importante acicate, un adecuado punto de partida, para todo el movimiento revolucionario en Eslovaquia, en las tierras checas o en toda la república.
   Es de resaltar que en la formación de esta unidad internacionalista los obreros húngaros de Eslovaquia estuvieron en primera línea. Fue consecuencia de la experiencia de la República de los Consejos Húngara, la incorporación al trabajo de organización y agitación de la emigración política y de los numerosos soldados rojos que huyeron a Checoslovaquia. Por ello, las organizaciones húngaras de Eslovaquia fueron las más fuertes e ideológicamente las más consistentes, y causaron grandes preocupaciones al aparato estatal de la burguesía checoslovaca. 
   Los obreros húngaros de Eslovaquia habían visto de cerca el terror y el irredentismo de la contrarrevolución húngara, además de los peligros que encerraba su victoria para las fuerzas revolucionarias checoslovacas. La extensión del fascismo húngaro contribuyó a que la clase obrera consciente húngara se inclinara hacia el movimiento revolucionario checoslovaco. El reconocimiento del verdadero rostro de la Hungría de Horthy explica que las capas obreras conscientes húngaras de Eslovaquia permanecieran inmunes al veneno del revisionismo.

Manifestación comunista (1929). El que habla es Antonín Zápotocký. Uno de los fundadores, junto con Bohumír Šmerál, del Partido Comunista, el 14-16 de mayo de 1921. Fuente: Wikipedia


   Para favorecer el movimiento de unidad internacionalista, el 28 de septiembre de 1919 se reunieron en Bratislava delegados húngaros y alemanes de izquierda, así como una conferencia de representantes de organizaciones checas y eslovacas. Se pusieron de acuerdo para crear una unidad sindical y organizaron una comisión para coordinarla. El 7 de diciembre del mismo año también en Bratislava se reunieron delegados del partido socialdemócrata de Košice, Komárno, Nové Zámky, Nitra y de las organizaciones húngaras y alemanas de Bratislava, y aceptaron la propuesta de Košice para la formación de un partido socialdemócrata checoslovaco unido. 
   A partir de otoño de 1919 los obreros húngaros de Eslovaquia se integraron en el sindicato unido, el 15 de diciembre se creó una revista húngara independiente, "Pionero" (Úttörő). El programa de la revista se marcó como tarea fundamental la lucha contra el chovinismo y la necesidad de la unidad de acción de la clase obrera, que no debía de ser impedida por las diferencias nacionales. Por otro lado, estas ideas eran obligadas por la situación económica checoslovaca, el agravamiento en las condiciones de vida de los obreros, la extensión del hambre y el paro en Eslovaquia. Las elecciones parlamentarias de 1920 suponían también la necesidad de la unidad de acción. El 18 de enero de 1920 los delegados de organizaciones húngaras y alemanas decidieron que la clase obrera socialdemócrata húngara, eslovaca y alemana se presentara unida para las elecciones. 
   Las autoridades checoslovacas se dieron cuenta del gran papel de los soldados rojos húngaros y los emigrantes políticos en el desarrollo del movimiento obrero. Por eso se esforzó en impedir su regreso o su estancia en Checoslovaquia. Pero las medidas tomadas en esa dirección no obtuvieron grandes resultados, dado que el escándalo ante el terror blanco que se desarrollaba en Hungría era general y las autoridades no se atrevían a tomar medidas decididas para evitar la emigración, por no hablar de que la democracia burguesa checoslovaca también se oponía a la Hungría de Horthy, y especialmente a sus ansias revisionistas. Y aunque no se alegraran de los elementos comunistas tampoco podían aprobar medidas consecuentes severas para reprimir la emigración a Checoslovaquia. 
   Esto produjo que Eslovaquia se escorara hacia la izquierda. Y frente al centro reformista de Bratislava, surgieron centros revolucionarios en Eslovaquia Oriental (Košice) y en la Ucrania Trasncarpática (Úzhgorod).  Esto hizo posible el siguiente paso: la lucha por la creación de un partido comunista unido. En la primavera de 1920 se creó en Úzhgorod un partido de nuevo tipo para unificar a los luchadores revolucionarios de todas las nacionalidades. La emigración húngara tuvo una importante labor en el trabajo de formación de este partido. Sus directrices fueron desarrolladas por el centro en Viena del Partido de Comunistas Húngaros. La importancia de la actividad de los comunistas húngaros, además de la construcción de un partido que asumía los principios bolcheviques, se basaba en el aislamiento de las fuerzas derechistas dentro del movimiento obrero, en luchar exitosamente contra el nacionalismo, y más aún cuando en ese difícil periodo tuvieron lugar numerosos intentos irredentistas para que Hungría recuperara Eslovaquia, y en las masas húngaras predominaba la confusión y el peligro de la infección del nacionalismo. 

--- fin de la primera parte, que llega hasta la pagina 156 del texto original --- 

Mapas para comparar la distribución étnica de la población checoslovaca con los resultados electorales en las elecciones de 1921. El mapa central muestra el porcentaje de "checoslovacos" en cada región. El mapa "a" (abajo), muestra las zonas donde la mayoría es de otras etnias y su porcentaje: 1 - "checoslovacos", 2- rutenos/rusinos, 3- alemanes, 4- húngaros, 5 - polacos. El mapa "b" (arriba) muestra los partidos que ganaron en cada región: 1- Partido Obrero Socialdemócrata Checoslovaco, 2- Unión Electoral Alemana (Partido Nacional Alemán, Partido Nacional-Socialista Alemán , 3- Partido Popular Checo (católico), 4- Partido Obrero Socialdemócrata Alemán, 5- Partido Social-cristiano alemán, 6- Partido Socialdemócrata Húngaro y Alemán, 7- Partido Nacional Demócrata Checo (oposición agraria), 8- no hubo elecciones (Ucrania Transcarpática y algunos pequeños territorios más, Český Těšín, Orava y Spiš, en discusión con Polonia), 9- se señalan las regiones donde hubo mayoría absoluta de un partido. 10- fronteras locales. Como podéis ver, el partido que nos ocupa y que aparece mencionado en el texto, el Partido Obrero Socialdemócrata Húngaro y Alemán es el más votado en todo el sur de Eslovaquia, es decir, en las zonas de mayoría húngara, incluyendo la propia Bratislava. Fuente: Köztes-Európa Térkép gyűjtemény. (por cierto, una pasada de página). 


Fuentes (además del documento original mencionado al comienzo del texto, claro. Vamos, las usadas para complementar la información):

- Diversos artículos de la wikipedia checa y eslovaca: primer gobierno de Tusar, segundo gobierno de Tusar, resultado de las elecciones de 1920, resultado de las elecciones de 1924 en la Ucrania Transcarpática
- Újszó (prensa húngara de Eslovaquia): sobre los partidos húngaros de Eslovaquia
- Base de datos de los húngaros de Eslovaquia: sobre el partido socialdemócrata húngaro de Checoslovaquia. 
- Kultura.hu: sobre el autor del texto, Endre Arató.

domingo, 31 de marzo de 2019

La fuente de las ciudades hermanadas (Nagykanizsa, Hungría)

En la plaza Erzsébet de Nagykanizsa, una ciudad de 47 mil habitantes de la parte occidental de Hungría, se encuentra esta curiosa fuente, llamada "La fuente de las ciudades hermanadas" (A Testvérvárosok kútja), obra de Péter Párkányi Raab, en el 2012. 

Foto: János Bődei para Index

En las ruedas de la bicicleta está escrito el nombre de las ciudades con las que está hermanada Nagykanizsa (Puchtein -Alemania-, Kovászna - Covasna, Rumanía-, Csáktornya - Čakovec, Croacia-, Salo - Finlandia -, Magyarkanizsa -Kanjiža, Serbia-, Akko - Israel-, Gleisdorf -Austria-, Shianyuang -China-, Kazanlek -Bulgaria-, Königsee -Alemania-, Ptuj -Eslovenia-, Bihać - Bosnia- y Togliatti -Rusia-).  

Por cierto, el topónimo, Nagykanizsa, significa la Gran Kanizsa, Kanizsa es un término geográfico bastante extendido por la zona, no solo en Hungría, sino también en Serbia y Croacia o Eslovenia. De hecho, hay una "Kanizsa Húngara" en Serbia (Magyarkanizsa), aunque el nombre oficial serbio es solo Kanjiža (lo mismo que Kanizsa en húngaro). Hay también una "Pequeña Kanizsa" (Kiskanizsa), un barrio de Nagykanizsa, o una "Kanizsa Turca" (Törökkanizsa, nombre húngaro de Novi Kneževac, en Serbia). Así como varios pueblos o aldeas con el nombre de Kaniža-Kanizsa o alguna variante de estas palabras, en Eslovenia, Croacia, Serbia o la propia Hungría. Y una familia noble húngara de rancio abolengo, hoy extinguida, los Kanizsa (vinculados a algunos de estos territorios, así que el origen posiblemente sea común, vamos que la ciudad sería la propiedad de los Kanizsa).  Por lo demás, Kanizsa se supone que es una palabra de origen eslavo, derivaría de kniaz, knysa, "del príncipe". 

Algunas fotos más de esta magnífica composición (fuente: Köztérkép):



Con el detalle de algunas ciudades hermandas con Nagykanizsa (Ptuj, Kovászna, etc)

Elecciones presidenciales en Eslovaquia, 2ª vuelta: entre la indiferencia y el marketing



Este sábado, 30 de marzo del 2019, se ha celebrado la segunda vuelta de las elecciones presidenciales eslovacas, sin ninguna sorpresa reseñable. La victoria en la primera vuelta de la candidata de derechas, liberal y financiada por Soros, Zuzana Čaputová, con una gran ventaja (40,57% por 18,66%) sobre el candidato oficialista, Maroš Šefčovič, un gris funcionario en Bruselas del principal partido de gobierno, Smer, había dejado las cosas bien claras y no parecía que algo fuera a darle un vuelco al resultado. Además, por la impresionante campaña mediática montada en torno a la Čaputová se daba tan por sentado que ella sería la nueva presidenta eslovaca (y primera presidenta en la historia del país), que ni siquiera el otro candidato parecía creer que los resultados podían ser diferentes. Finalmente, Čaputová ha sido votada por el 58,4% de los electores que han participado, mientras que Šefčovič por el 41,6%.

Fuente: Oficina Estadística Eslovaca


En realidad, el verdadero ganador de las elecciones ha sido la abstención. Si ya en la primera vuelta fue masiva (recordemos: 48,75% de participación), ahora ha sido todavía mayor. Solo el 41,79% de los eslovacos con derecho ha voto ha decidido pasarse por las urnas. De hecho, han sido las elecciones presidenciales con mayor índice de abstención en Eslovaquia. Se da el caso, además, de que en general en la segunda vuelta, paradójicamente, la participación suele subir (y no bajar, como parecería más lógico). Por poner un ejemplo, en las anteriores presidenciales, del 2014, la participación en la segunda vuelta fue del 50,48%, cuando en la primera apenas se llegó al 43,40% (lo que es más, en la primera vuelta, la abstención en las elecciones anteriores fue mayor que en estas, pero en la segunda ha pasado justo al revés).

Participación en la 1ª y 2ª (en amarillo y gris respectivamente) vuelta en las elecciones presidenciales eslovacas. Fuente: Pravda

Por otro lado, está claro que Čaputová ha conseguido movilizar al electorado de derechas y liberal, lo cual no es de extrañar dada la campaña de propaganda a su alrededor (especialmente de los medios de comunicación). El caso es que son precisamente las regiones más "liberales" las que han votado más, y en ellas Čaputová arrasa. Es especialmente evidente si tomamos el caso de Bratislava (Bratislava la "pija" la llamé medio en broma medio en serio en la entrada anterior), que ha sido la región con mayor participación, 54,7%, mientras que en las regiones del sur y del este, la participación está lejos del 40%, en Košice se ha dado la más baja del país, con el 35,3% (!casi 20 puntos de diferencia respecto a Bratislava!).  Aunque allí también ha ganado Čaputová (58,4% frente al 41,6% de Šefčovič), lo que muestra que la abstención ha sido mucho mayor entre los votantes no liberales, y es algo general, en todo el país. 

Participación por regiones (kraj) en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales eslovacas. Fuente: Oficina Estadística Eslovaca
En Bratislava (región, kraj), Čaputová ha conseguido casi el 74% de los votos frente a poco más del 26% de Šefčovič. De todas formas, lo cierto es que solo ha habido una región donde la Čaputová no haya sido la más votada (una de las más al este, Prešov). 

Voto por regiones (kraj). BB: Banská Bystrica, BA: Bratislava, KE: Košice, NR: Nitra, PO: Prešov, TN: Trnava, TT: Trenčín, ZA: Žilina. Fuente: Pravda 
Por cierto, el porcentaje de mayor abstención en todo el país ha sido en Luník IX, una barriada marginal de Košice, conocida (incluso fuera de Eslovaquia) por sus problemas sociales, y donde más de la mitad de la población es de etnia gitana (el 56% en el 2011). Allí no ha votado ni el Tato, el 3,86% 

El voto de los húngaros de Eslovaquia

Los partidos húngaros de Eslovaquia han pedido el voto por Čaputová. El Partido de la Comunidad Húngara ya lo había hecho en la primera vuelta, Híd-Most ("Puente", partido mixto húngaro-eslovaco) presentó un candidato propio para la primera, Béla Bugár (que se las prometía muy felices y se quedó con un pobre 3,1%), pero para la segunda vuelta han apoyado públicamente a Čaputová. La cosa tiene su gracia porque Híd-Most es miembro del gobierno y a sus socios no les ha hecho mucha gracia, lógicamente, que pidan el voto para un candidato opositor. Los malabarismos que está haciendo Bugár para tocar poder son dignos de estudio (aclaro, lo raro no es que apoye a Čaputová, sino que apoye al gobierno). 

Así que en las zonas con población húngara, Čaputová ha arrasado, con resultados superiores incluso a la media o a los de Bratislava. En Dunajská Streda (Dunaszerdahely), uno de los centros húngaros de Eslovaquia, ha conseguido el 84% de los votos, frente al 16% de Šefčovič; en Komáro (Révkomárom) el 73% frente al 27%; en Nové Zámky (Érsékújvár) el 60% frente al 40%. Pero aunque parte de la prensa se congratula de ese triunfo (ya digo que ha habido una campaña brutal en favor de Čaputová), a algunos medios se les está olvidando mencionar un detalle importante: que la participación en esas zonas ha sido catastrófica y está muy por debajo de la media. En la mencionada Dunajská Streda, 30,6%, en Komárno, 24,4% (!) - por comparar, 30 puntos de participación menos en Komárno que en Bratislava-, o 35% en Nové Zámky. Vamos, que los húngaros de Eslovaquia han preferido quedarse en casa y no votar. 

Zuzana Čaputová, nueva presidenta de Eslovaquia. Fuente: Újszó


¿Y ahora qué?

Continuidad. El presidente saliente, Andrej Kiska, estará contento, ya que le sustituirá alguien que comparte sus posturas. Como Eslovaquia es una república parlamentaria, el papel del presidente es limitado, con lo cual no es de esperar un cambio en la situación del país, pero es un serio aviso al gobierno. Además habrá que tener en cuenta las tensiones internas en la coalición gubernamental, después del apoyo de uno de sus miembros (Híd-Most) a la oposición; de hecho, hace unos días se hablaba incluso de una posible caída del gobierno y de elecciones anticipadas, aunque parece que al final la cosa va a quedar en agua de borrajas. Pero, por de pronto, seguirá el enfrentamiento entre el gobierno y el presidente, ahora presidenta. Desde el punto de vista del Grupo de Visegrad, no son buenos resultados, ya que la postura de Čaputová es más acrítica con la dirección de la UE, y no es partidaria de la actitud reivindicativa de Visegrad respecto a ciertos temas, además, muchos ven la mano de Soros tras la Čaputová (es difícil no verla cuando es público que ha ocupado altos cargos en organizaciones sostenidas financieramente por la fundación del susodicho)... 


Para consultar los resultados definitivos oficiales: Página de la Oficina Estadística Eslovaca.

Fuentes: 


domingo, 17 de marzo de 2019

Elecciones presidenciales eslovacas: entre la indiferencia y la sombra de la mafia, la corrupción y Soros

El 21 de febrero del 2018 fueron asesinados en su casa, en el pueblo de Veľká Mača (Nagymacséd en húngaro), en la provincia de Galanta, región de Trnava, en la zona occidental de Eslovaquia, el periodista Ján Kuciak y su novia, Martina Kušnírová. Desde el primer momento se barajó como principal razón para el asesinato de los dos jóvenes la investigación que realizaba Kuciak sobre los contactos de la mafia italiana con las altas esferas políticas de Eslovaquia, y en concreto con funcionarios del gobierno. La ola de protestas que siguió se llevó por delante a un primer ministro y a su gobierno (Robert Fico, de Smer, dimitió el 15 de marzo de ese mismo año), pero sus ecos han continuado hasta hoy y han dejado su sello en las elecciones presidenciales, cuya primera vuelta se celebró ayer, 16 de marzo, un año después del asesinato. El gobierno ha seguido vinculado a la coalición que dirige el país desde las elecciones parlamentarias del 2016 (entre el 2012 y el 2016 Smer pudo gobernar en solitario), aunque las personas han cambiado. Ahora, el primer ministro, sustituto de Robert Fico, es Peter Pellegrini, también de Smer ("Dirección", socialdemócrata-populista), y sigue necesitando el apoyo de una variopinta coalición de partidos: los nacionalistas moderados del Partido Nacional Eslovaco (SNS), el partido húngaro-eslovaco de Híd-Most ("Puente") y, en un primer momento, también Sieť ("Red", ahora transformado en el Partido Conservador Eslovaco y parte de la oposición). Naturalmente, la oposición liberal,  golpeada por los escándalos de corrupción tanto o más que el gobierno (el escándalo Gorila se llevó por delante al gobierno liberal de Iveta Radičová en el 2012, tras apenas dos años en funciones), y apoyada por el presidente saliente, Andrej Kiska, ha intentado sacarle réditos electorales al movimiento de protesta por el asesinato de Kuciak y Kušnírová (tampoco podría no hacerlo); un año después la opinión pública eslovaca sigue conmocionada por el brutal asesinato y por lo que representa. Otros escándalos, que los ha habido, palidecen ante la trama destapada por Kuciak y por lo que ha ido saliendo a la luz desde entonces en relación con el caso. 

Martina Kušnírová y Ján Kuciak, asesinados el 28 de febrero del 2018. Kuciak investigaba los contactos de la mafia italiana con las altas esferas políticas eslovacas. Fuente: Nový Čas


En esta atmósfera ha tenido lugar la campaña electoral y finalmente la primera vuelta de las elecciones. Al final se han presentado 20 candidatos, una cifra altísima, de los cuales 17 han cumplido las condiciones necesarias para poder presentarse. Dos se han retirando aún antes de iniciarse la campaña electoral, y otros dos lo han hecho durante la campaña, en favor de uno de los candidatos. Así que, al final, se podía elegir ni más ni menos que entre 13 candidatos, que se dice pronto (aunque en muchos casos, las diferencias entre unos y otros eran más cosméticas y de detalle que otra cosa).



LOS RESULTADOS

El hecho fundamental desde el punto de vista meramente electoral ha sido la retirada del principal candidato opositor, Robert Mistrík, independiente, pero apoyado por los liberales del SaS ("Libertad y Solidaridad"), en favor de Zuzana Čaputová, abogada y luchadora contra la corrupción, y vicepresidenta de Eslovaquia Progresiva, un pequeño partido liberal extraparlamentario recientemente constituido (y por ello, sin vinculación alguna con el escándalo Gorila, a diferencia de SaS). Bueno, siendo políticamente incorrecto, también podría mencionar que ha sido financiada por Soros (130 mil euros en el 2015 a través de la ONG Via Iuris, para la que trabajó Čaputová durante 16 años -llegó a ser directora de dicha organización-, hasta el 2017, cuando empezó su carrera política) y también que según algunos no es más que un mero producto de marketing "típico de los expertos norteamericanos en elecciones" (Juraj Janošovský en la revista de izquierdas DAV). En un primer momento, las encuestas pronosticaban una lucha entre tres candidatos principales, Mistrík, Čaputová y el candidato de Smer (que, recordemos, es el principal partido del gobierno), Maroš Šefčovič (vicepresidente de la Comisión Europea, una figura oscura y poco conocida en Eslovaquia), aunque quizás podía contarse incluso con un cuarto candidato en discordia (Štefan Harabin,  conservador-cristiano, juez del Tribunal Supremo, se presentaba como independiente y, por cierto, hasta 1989 miembro del Partido Comunista, no es el único, claro. Se trata del típico candidato facha que va de anti-establishment, pero se ha pasado toda la vida viviendo del sistema y chupando del bote del gobierno que sea, lo hizo durante el comunismo y lo ha seguido haciendo después con cada uno de los gobiernos que han ido sucediéndose -opinión de Szabolcs Mózes, analista húngaro de Eslovaquia, en declaraciones para Mandiner). Pero la retirada de Mistrík (y también del candidato húngaro József Menyhárt) ha dado alas a Čaputová, que justo antes de las elecciones empezó a remontar en intención de voto. 

Pero antes que nada, el gran triunfador de las elecciones ha sido, sin ninguna duda, el habitual, aunque se hable poco de él y se le desprecie: la abstención. Con el 100% de los votos escrutados solo el 48,74% de los eslovacos con derecho a voto han decidido ejercerlo. Menos de la mitad. Es decir, de 4 millones 429 mil ciudadanos, han votado 2 millones 159 mil. Dato en consonancia con las últimas elecciones presidenciales, aunque algo superior (en el 2014, por ejemplo, la participación fue del 43,4%). 

Participación por regiones. Fuente: Oficina Estadística Eslovaca
Como podemos ver en el mapa de más arriba, la participación es especialmente alta en la rica y pija (si se me permite la expresión -disculpas por la exageración-) Bratislava, lo que ha favorecido a la candidata apoyada por los liberales, fuertes allí. En las regiones del sur, con importante población húngara, la participación es mínima, lo mismo que en las regiones del Este, tradicionalmente pobres. La diferencia es brutal: en la región de Bratislava la participación se va casi al 60%, en Košice (digamos, la capital oriental del país) apenas supera el 42%. En Nitra, la región con más porcentaje de húngaros, no llega al 44%. Solo en tres regiones se supera el 50% de participación (y en general por los pelos, con la excepción de Bratislava), en las cinco restantes no se llega. 

Y en cuanto a los resultados de los candidatos:

Votos por candidatos en las elecciones presidenciales eslovacas del 2019. Fuente: Oficina Estadística Eslovaca.
Como ningún candidato ha superado el 50% de votos (bueno, solo lo ha superado la abstención), será necesaria una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados:

- Zuzana Čaputová: 40,57%
- Maroš Šefčovič: 18,66%

Resultados de los dos candidatos que pasan a segunda vuelta. Fuente: Oficina Estadística Eslovaca


Vamos, lo habitual: un candidato unido de la oposición liberal frente al candidato socialdemócrata (derecha contra derecha, derecha que va de derechas contra la derecha que va de izquierdas y que pacta con otra derecha para gobernar. O, mejor dicho, candidatos capitalistas -independientemente de su espectro ideológico supuesto o real- repartiéndose el pastel, nada nuevo bajo el sol). ¿Sorpresa? No mucho, si acaso por la ventaja de Čaputová, superior a la esperada, aunque como he comentado antes, tras la retirada de Mistrík el apoyo a Čaputová había subido en las encuestas; un par de ellas, de finales de febrero, le pronosticaban incluso un triunfo más holgado del que en realidad ha sido. Vamos, de confirmarse este resultado en la segunda vuelta (que se celebrará en dos semanas, el 30 de marzo), sería más de lo mismo: un presidente de la oposición y enfrentado al gobierno, como hasta ahora con el presidente saliente, Andrej Kiska, un "proeuropeo", si se me permite la expresión; obviamente el gobierno también es pro-UE, pero con crítica a las imposiciones de Alemania, por poner un ejemplo, apoya a Hungría en sus conflictos con la dirección de la UE, y eso que el gobierno húngaro es abiertamente de derechas y muy crítico con todo lo que lleve aunque sea solo el título de izquierdas (obviamente, a estas alturas la dicotomía izquierda-derecha no vale de gran cosa, ni siquiera para orientarse mínimamente en el panorama político, y menos en Europa Central). Y no voy a entrar en el tema ruso (el gobierno es partidario de suprimir las sanciones y de tener buenas relaciones con Rusia) o de la estabilidad del grupo de Visegrád, porque entonces esto se alargaría demasiado. No es casual que el principal periódico gubernamental húngaro, que vuelve a ser el Magyar Nemzet, titule la noticia sobre las elecciones presidenciales eslovacas: "Čaputová, partidaria de la idea de Soros de unos estados unidos europeos, gana en la primera vuelta".

Harabin quiere: capitalismo. Šefčovič quiere: capitalismo. Čaputová quiere: capitalismo. Sacado de Vzdor (Resistencia). 


En cualquier caso, también es una sorpresa que Čaputová haya ganado en todas las regiones del país. En Bratislava (región), sobrada, con un 60%. En Prešov (región), menos sobrada, pero aún así con un 10% de ventaja sobre el candidato oficialista (30% frente al 20% de Šefčovič). En Bratislava ciudad arrasa con el 62% de los votos (el segundo candidato más votado allí, Šefčovič, se queda en el 13%). Y en el centro, en el distrito I (el Staré Mesto, o casco viejo de Bratislava), se va al 67%. De hecho es la más votada en la gran mayoría de las ciudades del país y en todas las capitales de provincia. Hay que irse a alguna pequeña ciudad del Este (como Humenné) para encontrar a otro candidato como más votado. En este sentido, todo un chasco para el candidato del gobierno y un éxito de la oposición liberal. Vaya, parece que por primera vez tendremos una presidenta eslovaca... 

Candidato más votado por provincias (okres). Azul: Čaputová - rojo: Šefčovič - violeta: Harabin. Fuente: Wikipedia.

Hablando de Šefčovič, el candidato oficialista, el analista húngaro de Eslovaquia mencionado anteriormente, Szabolcs Mózes, decía para el medio húngaro Mandiner, que muchos partidarios de Smer veían en él simplemente a un "aburrido eurócrata de Bruselas", poco conocido además, antes de la campaña. (Fuente: Mandiner)

Respecto al resto de los candidatos, sorpresas ninguna:

- Harabin se ha quedado cerca: 14,34% Un resultado bastante bueno para las expectativas. Nada más conocerse los resultados ha denunciado en los medios las elecciones por fraudulentas y se ha declarado ganador moral. Por cierto, en un momento se planteó la posibilidad de que Kotleba le apoyara en las elecciones, de haber sido así, podría haber pasado a la segunda vuelta. 
- Marian Kotleba (Partido Popular Nuestra Eslovaquia), extrema derecha, algo mejor de lo pronosticado por las encuestas, aunque no creo que sea una sorpresa: 10%. En Bratislava muy por debajo, 4,7%, pero algo más fuerte en el Este y sobre todo el centro del país (fue gobernador de la región de Banská Bystrica, ahí sigue obteniendo sus mejores resultados, 14%. En Veľký Krtíš supera el 18% y es el tercer candidato más votado). 
- František Mikloško (independiente, conservador cristiano-demócrata, y muy pro-occidental, UE, OTAN y eso, disidente en la época comunista): 5,7% Se ha ido desinflando en las encuestas, probablemente por culpa del ascenso de Čaputová. 

Harabin y Kotleba, tanto monta, monta tanto... Fuente: Mandiner.


De los candidatos de la minoría húngara y de la izquierda alternativa hablo después. 

Resultados en las elecciones presidenciales. Fuente: Nový Čas.


¿Y EN LA SEGUNDA VUELTA QUÉ?

Es difícil predecir, y además en Eslovaquia suele haber sorpresas. Sin embargo, en este caso la ventaja de Čaputová parece demasiado grande. Un elemento a tener en cuenta y que ha debilitado al candidato oficialista (además del asunto Kuciak y otros escándalos, y de ser un personaje poco atractivo), es que los partidos de la coalición del gobierno estaban divididos y apoyaban a diversos candidatos. El caso más destacado es el del húngaro Béla Bugár, del que se hablará más tarde en detalle. Bugár, para el que los resultados no pueden dejar de considerarse un fracaso personal, ha quedado marcado, entre otras cosas, por su apoyo al gobierno, y valora los resultados como un bofetón a esa política. Él mismo reconoce que sus votantes en segunda vuelta votarán más bien por Čaputová que por el candidato de Smer. De todas formas, hay que tener en cuenta que en segunda vuelta la participación suele ser mayor que en la primera, y quizás los partidarios de Šefčovič consigan movilizar a un porcentaje de indecisos.  Y habrá que ver lo que hacen los votantes de candidatos que no han pasado. Tanto Čaputová como Šefčovič han hablado de atraer a los votantes de Harabin y Kotleba...

En las encuestas preelectorales se suele indicar también preguntas respecto a la segunda vuelta, incluyendo diversos candidatos según sus opciones de pasar a ella. En la pregunta que confronta a Čaputová con Šefčovič en una segunda vuelta, Čaputová sería la más votada con el 64% de los votos (según la encuesta del grupo FOCUS del 28-29 de febrero). 

Čaputová y Ševčovič en un debate preelectoral. Fuente: Parameter.sk



LOS CANDIDATOS DE LA MINORÍA HÚNGARA DE ESLOVAQUIA

Políticamente hablando, la minoría húngara de Eslovaquia está representada por dos grandes partidos: SMK (o MKP por sus siglas en húngaro) - Partido de la Comunidad Húngara-, y por Híd-Most ("Puente" en húngaro y eslovaco respectivamente). El primero pretende seguir una política más pendiente de los problemas propios de la minoría húngara y es más reivindicativo respecto a los derechos de los húngaros en Eslovaquia; el segundo más bien es una formación húngaro-eslovaca que propugna el entendimiento entre los dos pueblos y que pretende también atraer al electorado eslovaco (cosa que el MKP ni hace ni pretende hacer), es decir, no está tan pendiente de los asuntos propios de la minoría húngara. Dicho de otro modo, desde que Béla Bugár (líder de Híd-Most) ha dado el salto a la gran política, está menos preocupado por los problemas que puedan tener los húngaros en cuanto a minoría étnica, que por los "grandes asuntos de Estado". Simplificando y mucho, al MKP se le considera partido "nacionalista" húngaro, Híd-Most es más bien es un partido eslovaco donde hay algunos húngaros (cada vez menos, después de la sangría en miembros a causa del apoyo al gobierno tras el asunto Kuciak). Por lo demás ambos son de derechas y están vinculados tradicionalmente en mayor o menor medida a la oposición liberal o conservadora (Híd-Most más bien hacia la liberal, MKP más bien hacia la conservadora, pero depende también del panorama político concreto, aunque ojo, ambos son miembros del Partido Popular Europeo, para que os hagáis una idea...). 

En los últimos años, el MKP se ha ido hundiendo en las encuestas y en los resultados electorales, y mucho ha tenido que ver el ascenso de Híd-Most (que surge como escisión del MKP, Béla Bugár llegó a ser presidente del MKP). Ha pasado de ser un seguro representante de los húngaros en el parlamento eslovaco a quedar por debajo del umbral electoral de acceso al parlamento. En el 2006 todavía consiguieron el 12% de los votos y fueron el cuarto partido más votado. En las elecciones parlamentarias del 2016 se quedaron con un 4% y su papel de representante de los húngaros de Eslovaquia en el parlamento pasó de nuevo a manos de Híd-Most (6,5% en esas mismas elecciones, aunque el proceso ya se vio en las anteriores, del 2012).  Híd-Most hizo una jugada casi rocambolesca y acabó participando en el gobierno de Smer, lo cual creó tensiones internas bastante evidentes, que se amplificaron hasta casi romper el partido -se salvó por poco- tras el asunto Kuciak, en el que Bugár intentó, como quien dice, nadar y guardar la ropa. Vamos, apoyo a la coalición del gobierno, pero rechazo a Robert Fico como primer ministro (y a otras personalidades del gobierno, muy cuestionadas por aquel entonces). 

Ambos partidos han presentado candidatos a presidente. Por parte del MKP, József Menyhárt, pero sus expectativas electorales eran bien bajas. Las encuestas le daban apenas un 1-2% de votos, así que Menyhárt decidió retirarse y ofrecer apoyo público a Robert Mistrík (liberal, independiente). Como he comentado antes, finalmente Mistrík también se retiró, en favor de la ganadora de las elecciones, Čaputová. Por cierto, aún así ha habido alguno que lo ha votado (ha recibido el 0,05% de los votos, algún despistado o quizás un testarudo, a saber).

Béla Bugár, líder de Híd-Most, uno de los grandes fracasados en las elecciones presidenciales. Fuente: Parameter.sk

Respecto a Béla Bugár, líder de Híd-Most, las cosas han ido por otros derroteros... Bugár es relativamente popular entre los eslovacos (especialmente en zonas de población mixta). Cuando yo vivía en Eslovaquia, recuerdo que había gente (eslovacos étnicos) que me comentaban que Bugár era, según ellos, el mejor político del país (aunque fuera étnicamente húngaro). Desde entonces, Bugár ha conseguido labrarse una exitosa carrera política y ahora se presentaba a las elecciones con la esperanza (un poco exagerada, como se ha visto después) de ser presidente, un presidente húngaro para Eslovaquia. Lo primero que ha hecho es poco menos que renegar de los húngaros y ha declarado de manera pública que se presentaba no como húngaro, sino como ciudadano eslovaco. Resultado: no ha convencido ni a eslovacos ni a húngaros. Batacazo electoral. Y además previsible (y lógico). Alguna encuesta, allá por diciembre, le ponía con el 16% de los votos y seguro candidato a la segunda vuelta. Pero, claro, por aquel entonces la campaña ni siquiera había empezado. A la hora de la verdad, 3,10% de votos. Peor resultado que el pronosticado por cualquier encuesta. Caras largas y tensión en la sede de Híd-Most. La impresión es que Bugár ha tirado a la basura su imagen en los últimos años. Y él mismo ha reconocido, después de hacerse públicos los resultados, que ha entendido el mensaje, que el resultado muestra "el cambio del estado de ánimo de la sociedad eslovaca", que las minorías temen el crecimiento de los extremismos y que él, por su parte, está dispuesto a apoyar a Čaputová en la segunda vuelta, aunque antes quiere discutir con ella el asunto (Fuentes: Parameter.sk, aquí y aquí). 

En Dunajská Streda (Dunaszerdahely, uno de los centros de los húngaros de Eslovaquia), Bugár ha conseguido el 25,5% de los votos, muy lejos del 55% de Čaputová. Ojo, se trata de una pequeña provincia donde tradicionalmente se vota a partidos o candidatos húngaros (ya que la mayoría de la población es húngara).  Por ejemplo, en las elecciones presidenciales del 2014, un candidato húngaro (Gyula Bárdos, del MKP) consiguió el 51,5% de los votos (frente al 26% de Kiska, que a la postre fue elegido presidente).   De hecho, Bárdos consiguió el 5,1% de los votos en todo el país y fue el más votado en 4 provincias (okres).  Ayer, todos esas provincias votaron principalmente por Čaputová y no por Bugár (que en varias de ellas ni siquiera fue el segundo candidato más votado).  Eso sí, con una altísima abstención, superior a la media nacional (vamos, que la mayoría de los húngaros prefirieron quedarse en casa, y otra parte menor por votar a Čaputová antes que a Bugár). En Dunajská Streda 34% de participación. En Komárno, 28% (!!!). No sé por qué, Bugár me recuerda un poco a un tal PI (en las antípodas ideológicas uno respecto a otro)... 

Comparación de los resultados de los candidatos húngaros en las dos últimas elecciones presidenciales en Eslovaquia, Gyula Bárdos (2014 - en verde) y Béla Bugár (2019 - naranja) en las provincias con minorías húngaras. Fuente: Ùj Szó


¿Y LA IZQUIERDA ALTERNATIVA?

Si obviamos el hecho de que Smer se presenta como partido de izquierdas, aunque eso ya no importa mucho, realmente solo había un candidato al que podría llamarse de izquierdas con toda justicia: Eduárd Chmelár, historiador, pedagogo, conocido activista anticapitalista y colaborador de varios medios de la izquierda alternativa en Eslovaquia. Chmelár se presentaba como independiente y de hecho no ha recibido apoyo directo ni del Partido Comunista Eslovaco ni del movimiento Resistencia (Vzdor), aunque este último sí pedía el voto por Chmelár (los comunistas lo hacían indirectamente y sin nombrarlo por su nombre, ya lo comenté en twitter en su día).  Chmelár empezó bastante alto en las encuestas (alguna incluso le daba el 10% de los votos, eso sí, mucho antes de empezar la campaña electoral, todavía en agosto del 2018). Luego ha ido desinflándose, y al final ha conseguido un 2,74% de votos (algo más de 50 mil).  Teniendo en cuenta sus modestos medios tampoco me parece un resultado tan malo (en las elecciones del 2014 el candidato comunista, Ján Jurišta se quedó en el 0,6% de los votos -12 mil-). Es lo que hay. 

UNA NOTA PARA COMPRENDER LOS RESULTADOS ELECTORALES

Más allá de todo lo comentado anteriormente, hay una serie de datos fundamentales a la hora de comprender por qué los resultados han sido los que han sido: la financiación de los candidatos.

Gasto durante la campaña de los principales candidatos en las elecciones presidenciales eslovacas. Datos de la Oficina Estadística Eslovaca. Elaborado por: Wikipedia.

Como se puede ver en la tabla, el candidato que más ha gastado en la campaña ha sido Robert Mistrík, seguido por Čaputová. Teniendo en cuenta que Mistrík ha apoyado públicamente a Čaputová, podemos ver lo que le ha costado su victoria en las elecciones: más de un millón de euros. Inalcanzable para el resto de candidatos, incluido el candidato oficialista, Šefčovič. Creo que esto explica más que todo lo que he dicho hasta ahora en esta entrada... 

Por cierto, Chmelár se ha gastado algo más de 34 mil euros (según datos oficiales, de la página de la Oficina Estadística Eslovaca). Igualdad de oportunidades y eso... 

Y otra curiosidad respecto al tema, el 67,8% del dinero para financiar la campaña de Chmelár ha venido de pequeñas donaciones (de menos de 100 euros). Solo Čaputová se le acerca un poco en ese sentido, con el 19%. En el resto de los candidatos el dinero para financiar la campaña ha venido de otras fuentes: Mikloško o Harabin de donaciones grandes (de más de 100 euros), Mistrík fundamentalmente de sus propiedades empresariales y familiares (el 73% de lo que ha ingresado para la campaña ha venido de estas fuentes), Kotleba de su partido (el 100% de la financiación para la campaña). También una parte importante de la financiación de la campaña de Čaputová y Šefčovič (el 44% de su presupuesto en ambos casos) ha venido de su partido. En el caso de Béla Bugár, el 52% del presupuesto ha venido de miembros de su partido, y el 30% de grandes donaciones. 

Datos de la financiación de los candidatos según el origen del ingreso. Fuente: Sme.sk
Lista de mayores donaciones privadas a un candidato. Fuente: Sme.sk
Y a todo esto, no hablo de los medios de comunicación y las críticas por su papel partidista en las elecciones (denunciado por varios candidatos), o las encuestas de opinión, que también han influido en los resultados. En palabras de Jozef Hrdlička, líder del Partido Comunista Eslovaco, "su principal papel es la manipulación arrogante de la conciencia de la gente, para que sirva por completo los intereses extranjeros y de un grupo de oligarcas". Y punto (Hrdlička se equivoca en muchas cosas, pero en esto tiene toda la razón).

Qué fantásticas son las elecciones en lo que mal llamamos "democracias", y que no son más que dictaduras del capital... 

Por cierto, los resultados podéis consultarlos en la wikipedia o, mejor aún, en la página habilitada para las elecciones por la Oficina Estadística Eslovaca.