domingo, 17 de marzo de 2019

Elecciones presidenciales eslovacas: entre la indiferencia y la sombra de la mafia, la corrupción y Soros

El 21 de febrero del 2018 fueron asesinados en su casa, en el pueblo de Veľká Mača (Nagymacséd en húngaro), en la provincia de Galanta, región de Trnava, en la zona occidental de Eslovaquia, el periodista Ján Kuciak y su novia, Martina Kušnírová. Desde el primer momento se barajó como principal razón para el asesinato de los dos jóvenes la investigación que realizaba Kuciak sobre los contactos de la mafia italiana con las altas esferas políticas de Eslovaquia, y en concreto con funcionarios del gobierno. La ola de protestas que siguió se llevó por delante a un primer ministro y a su gobierno (Robert Fico, de Smer, dimitió el 15 de marzo de ese mismo año), pero sus ecos han continuado hasta hoy y han dejado su sello en las elecciones presidenciales, cuya primera vuelta se celebró ayer, 16 de marzo, un año después del asesinato. El gobierno ha seguido vinculado a la coalición que dirige el país desde las elecciones parlamentarias del 2016 (entre el 2012 y el 2016 Smer pudo gobernar en solitario), aunque las personas han cambiado. Ahora, el primer ministro, sustituto de Robert Fico, es Peter Pellegrini, también de Smer ("Dirección", socialdemócrata-populista), y sigue necesitando el apoyo de una variopinta coalición de partidos: los nacionalistas moderados del Partido Nacional Eslovaco (SNS), el partido húngaro-eslovaco de Híd-Most ("Puente") y, en un primer momento, también Sieť ("Red", ahora transformado en el Partido Conservador Eslovaco y parte de la oposición). Naturalmente, la oposición liberal,  golpeada por los escándalos de corrupción tanto o más que el gobierno (el escándalo Gorila se llevó por delante al gobierno liberal de Iveta Radičová en el 2012, tras apenas dos años en funciones), y apoyada por el presidente saliente, Andrej Kiska, ha intentado sacarle réditos electorales al movimiento de protesta por el asesinato de Kuciak y Kušnírová (tampoco podría no hacerlo); un año después la opinión pública eslovaca sigue conmocionada por el brutal asesinato y por lo que representa. Otros escándalos, que los ha habido, palidecen ante la trama destapada por Kuciak y por lo que ha ido saliendo a la luz desde entonces en relación con el caso. 

Martina Kušnírová y Ján Kuciak, asesinados el 28 de febrero del 2018. Kuciak investigaba los contactos de la mafia italiana con las altas esferas políticas eslovacas. Fuente: Nový Čas


En esta atmósfera ha tenido lugar la campaña electoral y finalmente la primera vuelta de las elecciones. Al final se han presentado 20 candidatos, una cifra altísima, de los cuales 17 han cumplido las condiciones necesarias para poder presentarse. Dos se han retirando aún antes de iniciarse la campaña electoral, y otros dos lo han hecho durante la campaña, en favor de uno de los candidatos. Así que, al final, se podía elegir ni más ni menos que entre 13 candidatos, que se dice pronto (aunque en muchos casos, las diferencias entre unos y otros eran más cosméticas y de detalle que otra cosa).



LOS RESULTADOS

El hecho fundamental desde el punto de vista meramente electoral ha sido la retirada del principal candidato opositor, Robert Mistrík, independiente, pero apoyado por los liberales del SaS ("Libertad y Solidaridad"), en favor de Zuzana Čaputová, abogada y luchadora contra la corrupción, y vicepresidenta de Eslovaquia Progresiva, un pequeño partido liberal extraparlamentario recientemente constituido (y por ello, sin vinculación alguna con el escándalo Gorila, a diferencia de SaS). Bueno, siendo políticamente incorrecto, también podría mencionar que ha sido financiada por Soros (130 mil euros en el 2015 a través de la ONG Via Iuris, para la que trabajó Čaputová durante 16 años -llegó a ser directora de dicha organización-, hasta el 2017, cuando empezó su carrera política) y también que según algunos no es más que un mero producto de marketing "típico de los expertos norteamericanos en elecciones" (Juraj Janošovský en la revista de izquierdas DAV). En un primer momento, las encuestas pronosticaban una lucha entre tres candidatos principales, Mistrík, Čaputová y el candidato de Smer (que, recordemos, es el principal partido del gobierno), Maroš Šefčovič (vicepresidente de la Comisión Europea, una figura oscura y poco conocida en Eslovaquia), aunque quizás podía contarse incluso con un cuarto candidato en discordia (Štefan Harabin,  conservador-cristiano, juez del Tribunal Supremo, se presentaba como independiente y, por cierto, hasta 1989 miembro del Partido Comunista, no es el único, claro. Se trata del típico candidato facha que va de anti-establishment, pero se ha pasado toda la vida viviendo del sistema y chupando del bote del gobierno que sea, lo hizo durante el comunismo y lo ha seguido haciendo después con cada uno de los gobiernos que han ido sucediéndose -opinión de Szabolcs Mózes, analista húngaro de Eslovaquia, en declaraciones para Mandiner). Pero la retirada de Mistrík (y también del candidato húngaro József Menyhárt) ha dado alas a Čaputová, que justo antes de las elecciones empezó a remontar en intención de voto. 

Pero antes que nada, el gran triunfador de las elecciones ha sido, sin ninguna duda, el habitual, aunque se hable poco de él y se le desprecie: la abstención. Con el 100% de los votos escrutados solo el 48,74% de los eslovacos con derecho a voto han decidido ejercerlo. Menos de la mitad. Es decir, de 4 millones 429 mil ciudadanos, han votado 2 millones 159 mil. Dato en consonancia con las últimas elecciones presidenciales, aunque algo superior (en el 2014, por ejemplo, la participación fue del 43,4%). 

Participación por regiones. Fuente: Oficina Estadística Eslovaca
Como podemos ver en el mapa de más arriba, la participación es especialmente alta en la rica y pija (si se me permite la expresión -disculpas por la exageración-) Bratislava, lo que ha favorecido a la candidata apoyada por los liberales, fuertes allí. En las regiones del sur, con importante población húngara, la participación es mínima, lo mismo que en las regiones del Este, tradicionalmente pobres. La diferencia es brutal: en la región de Bratislava la participación se va casi al 60%, en Košice (digamos, la capital oriental del país) apenas supera el 42%. En Nitra, la región con más porcentaje de húngaros, no llega al 44%. Solo en tres regiones se supera el 50% de participación (y en general por los pelos, con la excepción de Bratislava), en las cinco restantes no se llega. 

Y en cuanto a los resultados de los candidatos:

Votos por candidatos en las elecciones presidenciales eslovacas del 2019. Fuente: Oficina Estadística Eslovaca.
Como ningún candidato ha superado el 50% de votos (bueno, solo lo ha superado la abstención), será necesaria una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados:

- Zuzana Čaputová: 40,57%
- Maroš Šefčovič: 18,66%

Resultados de los dos candidatos que pasan a segunda vuelta. Fuente: Oficina Estadística Eslovaca


Vamos, lo habitual: un candidato unido de la oposición liberal frente al candidato socialdemócrata (derecha contra derecha, derecha que va de derechas contra la derecha que va de izquierdas y que pacta con otra derecha para gobernar. O, mejor dicho, candidatos capitalistas -independientemente de su espectro ideológico supuesto o real- repartiéndose el pastel, nada nuevo bajo el sol). ¿Sorpresa? No mucho, si acaso por la ventaja de Čaputová, superior a la esperada, aunque como he comentado antes, tras la retirada de Mistrík el apoyo a Čaputová había subido en las encuestas; un par de ellas, de finales de febrero, le pronosticaban incluso un triunfo más holgado del que en realidad ha sido. Vamos, de confirmarse este resultado en la segunda vuelta (que se celebrará en dos semanas, el 30 de marzo), sería más de lo mismo: un presidente de la oposición y enfrentado al gobierno, como hasta ahora con el presidente saliente, Andrej Kiska, un "proeuropeo", si se me permite la expresión; obviamente el gobierno también es pro-UE, pero con crítica a las imposiciones de Alemania, por poner un ejemplo, apoya a Hungría en sus conflictos con la dirección de la UE, y eso que el gobierno húngaro es abiertamente de derechas y muy crítico con todo lo que lleve aunque sea solo el título de izquierdas (obviamente, a estas alturas la dicotomía izquierda-derecha no vale de gran cosa, ni siquiera para orientarse mínimamente en el panorama político, y menos en Europa Central). Y no voy a entrar en el tema ruso (el gobierno es partidario de suprimir las sanciones y de tener buenas relaciones con Rusia) o de la estabilidad del grupo de Visegrád, porque entonces esto se alargaría demasiado. No es casual que el principal periódico gubernamental húngaro, que vuelve a ser el Magyar Nemzet, titule la noticia sobre las elecciones presidenciales eslovacas: "Čaputová, partidaria de la idea de Soros de unos estados unidos europeos, gana en la primera vuelta".

Harabin quiere: capitalismo. Šefčovič quiere: capitalismo. Čaputová quiere: capitalismo. Sacado de Vzdor (Resistencia). 


En cualquier caso, también es una sorpresa que Čaputová haya ganado en todas las regiones del país. En Bratislava (región), sobrada, con un 60%. En Prešov (región), menos sobrada, pero aún así con un 10% de ventaja sobre el candidato oficialista (30% frente al 20% de Šefčovič). En Bratislava ciudad arrasa con el 62% de los votos (el segundo candidato más votado allí, Šefčovič, se queda en el 13%). Y en el centro, en el distrito I (el Staré Mesto, o casco viejo de Bratislava), se va al 67%. De hecho es la más votada en la gran mayoría de las ciudades del país y en todas las capitales de provincia. Hay que irse a alguna pequeña ciudad del Este (como Humenné) para encontrar a otro candidato como más votado. En este sentido, todo un chasco para el candidato del gobierno y un éxito de la oposición liberal. Vaya, parece que por primera vez tendremos una presidenta eslovaca... 

Candidato más votado por provincias (okres). Azul: Čaputová - rojo: Šefčovič - violeta: Harabin. Fuente: Wikipedia.

Hablando de Šefčovič, el candidato oficialista, el analista húngaro de Eslovaquia mencionado anteriormente, Szabolcs Mózes, decía para el medio húngaro Mandiner, que muchos partidarios de Smer veían en él simplemente a un "aburrido eurócrata de Bruselas", poco conocido además, antes de la campaña. (Fuente: Mandiner)

Respecto al resto de los candidatos, sorpresas ninguna:

- Harabin se ha quedado cerca: 14,34% Un resultado bastante bueno para las expectativas. Nada más conocerse los resultados ha denunciado en los medios las elecciones por fraudulentas y se ha declarado ganador moral. Por cierto, en un momento se planteó la posibilidad de que Kotleba le apoyara en las elecciones, de haber sido así, podría haber pasado a la segunda vuelta. 
- Marian Kotleba (Partido Popular Nuestra Eslovaquia), extrema derecha, algo mejor de lo pronosticado por las encuestas, aunque no creo que sea una sorpresa: 10%. En Bratislava muy por debajo, 4,7%, pero algo más fuerte en el Este y sobre todo el centro del país (fue gobernador de la región de Banská Bystrica, ahí sigue obteniendo sus mejores resultados, 14%. En Veľký Krtíš supera el 18% y es el tercer candidato más votado). 
- František Mikloško (independiente, conservador cristiano-demócrata, y muy pro-occidental, UE, OTAN y eso, disidente en la época comunista): 5,7% Se ha ido desinflando en las encuestas, probablemente por culpa del ascenso de Čaputová. 

Harabin y Kotleba, tanto monta, monta tanto... Fuente: Mandiner.


De los candidatos de la minoría húngara y de la izquierda alternativa hablo después. 

Resultados en las elecciones presidenciales. Fuente: Nový Čas.


¿Y EN LA SEGUNDA VUELTA QUÉ?

Es difícil predecir, y además en Eslovaquia suele haber sorpresas. Sin embargo, en este caso la ventaja de Čaputová parece demasiado grande. Un elemento a tener en cuenta y que ha debilitado al candidato oficialista (además del asunto Kuciak y otros escándalos, y de ser un personaje poco atractivo), es que los partidos de la coalición del gobierno estaban divididos y apoyaban a diversos candidatos. El caso más destacado es el del húngaro Béla Bugár, del que se hablará más tarde en detalle. Bugár, para el que los resultados no pueden dejar de considerarse un fracaso personal, ha quedado marcado, entre otras cosas, por su apoyo al gobierno, y valora los resultados como un bofetón a esa política. Él mismo reconoce que sus votantes en segunda vuelta votarán más bien por Čaputová que por el candidato de Smer. De todas formas, hay que tener en cuenta que en segunda vuelta la participación suele ser mayor que en la primera, y quizás los partidarios de Šefčovič consigan movilizar a un porcentaje de indecisos.  Y habrá que ver lo que hacen los votantes de candidatos que no han pasado. Tanto Čaputová como Šefčovič han hablado de atraer a los votantes de Harabin y Kotleba...

En las encuestas preelectorales se suele indicar también preguntas respecto a la segunda vuelta, incluyendo diversos candidatos según sus opciones de pasar a ella. En la pregunta que confronta a Čaputová con Šefčovič en una segunda vuelta, Čaputová sería la más votada con el 64% de los votos (según la encuesta del grupo FOCUS del 28-29 de febrero). 

Čaputová y Ševčovič en un debate preelectoral. Fuente: Parameter.sk



LOS CANDIDATOS DE LA MINORÍA HÚNGARA DE ESLOVAQUIA

Políticamente hablando, la minoría húngara de Eslovaquia está representada por dos grandes partidos: SMK (o MKP por sus siglas en húngaro) - Partido de la Comunidad Húngara-, y por Híd-Most ("Puente" en húngaro y eslovaco respectivamente). El primero pretende seguir una política más pendiente de los problemas propios de la minoría húngara y es más reivindicativo respecto a los derechos de los húngaros en Eslovaquia; el segundo más bien es una formación húngaro-eslovaca que propugna el entendimiento entre los dos pueblos y que pretende también atraer al electorado eslovaco (cosa que el MKP ni hace ni pretende hacer), es decir, no está tan pendiente de los asuntos propios de la minoría húngara. Dicho de otro modo, desde que Béla Bugár (líder de Híd-Most) ha dado el salto a la gran política, está menos preocupado por los problemas que puedan tener los húngaros en cuanto a minoría étnica, que por los "grandes asuntos de Estado". Simplificando y mucho, al MKP se le considera partido "nacionalista" húngaro, Híd-Most es más bien es un partido eslovaco donde hay algunos húngaros (cada vez menos, después de la sangría en miembros a causa del apoyo al gobierno tras el asunto Kuciak). Por lo demás ambos son de derechas y están vinculados tradicionalmente en mayor o menor medida a la oposición liberal o conservadora (Híd-Most más bien hacia la liberal, MKP más bien hacia la conservadora, pero depende también del panorama político concreto, aunque ojo, ambos son miembros del Partido Popular Europeo, para que os hagáis una idea...). 

En los últimos años, el MKP se ha ido hundiendo en las encuestas y en los resultados electorales, y mucho ha tenido que ver el ascenso de Híd-Most (que surge como escisión del MKP, Béla Bugár llegó a ser presidente del MKP). Ha pasado de ser un seguro representante de los húngaros en el parlamento eslovaco a quedar por debajo del umbral electoral de acceso al parlamento. En el 2006 todavía consiguieron el 12% de los votos y fueron el cuarto partido más votado. En las elecciones parlamentarias del 2016 se quedaron con un 4% y su papel de representante de los húngaros de Eslovaquia en el parlamento pasó de nuevo a manos de Híd-Most (6,5% en esas mismas elecciones, aunque el proceso ya se vio en las anteriores, del 2012).  Híd-Most hizo una jugada casi rocambolesca y acabó participando en el gobierno de Smer, lo cual creó tensiones internas bastante evidentes, que se amplificaron hasta casi romper el partido -se salvó por poco- tras el asunto Kuciak, en el que Bugár intentó, como quien dice, nadar y guardar la ropa. Vamos, apoyo a la coalición del gobierno, pero rechazo a Robert Fico como primer ministro (y a otras personalidades del gobierno, muy cuestionadas por aquel entonces). 

Ambos partidos han presentado candidatos a presidente. Por parte del MKP, József Menyhárt, pero sus expectativas electorales eran bien bajas. Las encuestas le daban apenas un 1-2% de votos, así que Menyhárt decidió retirarse y ofrecer apoyo público a Robert Mistrík (liberal, independiente). Como he comentado antes, finalmente Mistrík también se retiró, en favor de la ganadora de las elecciones, Čaputová. Por cierto, aún así ha habido alguno que lo ha votado (ha recibido el 0,05% de los votos, algún despistado o quizás un testarudo, a saber).

Béla Bugár, líder de Híd-Most, uno de los grandes fracasados en las elecciones presidenciales. Fuente: Parameter.sk

Respecto a Béla Bugár, líder de Híd-Most, las cosas han ido por otros derroteros... Bugár es relativamente popular entre los eslovacos (especialmente en zonas de población mixta). Cuando yo vivía en Eslovaquia, recuerdo que había gente (eslovacos étnicos) que me comentaban que Bugár era, según ellos, el mejor político del país (aunque fuera étnicamente húngaro). Desde entonces, Bugár ha conseguido labrarse una exitosa carrera política y ahora se presentaba a las elecciones con la esperanza (un poco exagerada, como se ha visto después) de ser presidente, un presidente húngaro para Eslovaquia. Lo primero que ha hecho es poco menos que renegar de los húngaros y ha declarado de manera pública que se presentaba no como húngaro, sino como ciudadano eslovaco. Resultado: no ha convencido ni a eslovacos ni a húngaros. Batacazo electoral. Y además previsible (y lógico). Alguna encuesta, allá por diciembre, le ponía con el 16% de los votos y seguro candidato a la segunda vuelta. Pero, claro, por aquel entonces la campaña ni siquiera había empezado. A la hora de la verdad, 3,10% de votos. Peor resultado que el pronosticado por cualquier encuesta. Caras largas y tensión en la sede de Híd-Most. La impresión es que Bugár ha tirado a la basura su imagen en los últimos años. Y él mismo ha reconocido, después de hacerse públicos los resultados, que ha entendido el mensaje, que el resultado muestra "el cambio del estado de ánimo de la sociedad eslovaca", que las minorías temen el crecimiento de los extremismos y que él, por su parte, está dispuesto a apoyar a Čaputová en la segunda vuelta, aunque antes quiere discutir con ella el asunto (Fuentes: Parameter.sk, aquí y aquí). 

En Dunajská Streda (Dunaszerdahely, uno de los centros de los húngaros de Eslovaquia), Bugár ha conseguido el 25,5% de los votos, muy lejos del 55% de Čaputová. Ojo, se trata de una pequeña provincia donde tradicionalmente se vota a partidos o candidatos húngaros (ya que la mayoría de la población es húngara).  Por ejemplo, en las elecciones presidenciales del 2014, un candidato húngaro (Gyula Bárdos, del MKP) consiguió el 51,5% de los votos (frente al 26% de Kiska, que a la postre fue elegido presidente).   De hecho, Bárdos consiguió el 5,1% de los votos en todo el país y fue el más votado en 4 provincias (okres).  Ayer, todos esas provincias votaron principalmente por Čaputová y no por Bugár (que en varias de ellas ni siquiera fue el segundo candidato más votado).  Eso sí, con una altísima abstención, superior a la media nacional (vamos, que la mayoría de los húngaros prefirieron quedarse en casa, y otra parte menor por votar a Čaputová antes que a Bugár). En Dunajská Streda 34% de participación. En Komárno, 28% (!!!). No sé por qué, Bugár me recuerda un poco a un tal PI (en las antípodas ideológicas uno respecto a otro)... 

Comparación de los resultados de los candidatos húngaros en las dos últimas elecciones presidenciales en Eslovaquia, Gyula Bárdos (2014 - en verde) y Béla Bugár (2019 - naranja) en las provincias con minorías húngaras. Fuente: Ùj Szó


¿Y LA IZQUIERDA ALTERNATIVA?

Si obviamos el hecho de que Smer se presenta como partido de izquierdas, aunque eso ya no importa mucho, realmente solo había un candidato al que podría llamarse de izquierdas con toda justicia: Eduárd Chmelár, historiador, pedagogo, conocido activista anticapitalista y colaborador de varios medios de la izquierda alternativa en Eslovaquia. Chmelár se presentaba como independiente y de hecho no ha recibido apoyo directo ni del Partido Comunista Eslovaco ni del movimiento Resistencia (Vzdor), aunque este último sí pedía el voto por Chmelár (los comunistas lo hacían indirectamente y sin nombrarlo por su nombre, ya lo comenté en twitter en su día).  Chmelár empezó bastante alto en las encuestas (alguna incluso le daba el 10% de los votos, eso sí, mucho antes de empezar la campaña electoral, todavía en agosto del 2018). Luego ha ido desinflándose, y al final ha conseguido un 2,74% de votos (algo más de 50 mil).  Teniendo en cuenta sus modestos medios tampoco me parece un resultado tan malo (en las elecciones del 2014 el candidato comunista, Ján Jurišta se quedó en el 0,6% de los votos -12 mil-). Es lo que hay. 

UNA NOTA PARA COMPRENDER LOS RESULTADOS ELECTORALES

Más allá de todo lo comentado anteriormente, hay una serie de datos fundamentales a la hora de comprender por qué los resultados han sido los que han sido: la financiación de los candidatos.

Gasto durante la campaña de los principales candidatos en las elecciones presidenciales eslovacas. Datos de la Oficina Estadística Eslovaca. Elaborado por: Wikipedia.

Como se puede ver en la tabla, el candidato que más ha gastado en la campaña ha sido Robert Mistrík, seguido por Čaputová. Teniendo en cuenta que Mistrík ha apoyado públicamente a Čaputová, podemos ver lo que le ha costado su victoria en las elecciones: más de un millón de euros. Inalcanzable para el resto de candidatos, incluido el candidato oficialista, Šefčovič. Creo que esto explica más que todo lo que he dicho hasta ahora en esta entrada... 

Por cierto, Chmelár se ha gastado algo más de 34 mil euros (según datos oficiales, de la página de la Oficina Estadística Eslovaca). Igualdad de oportunidades y eso... 

Y otra curiosidad respecto al tema, el 67,8% del dinero para financiar la campaña de Chmelár ha venido de pequeñas donaciones (de menos de 100 euros). Solo Čaputová se le acerca un poco en ese sentido, con el 19%. En el resto de los candidatos el dinero para financiar la campaña ha venido de otras fuentes: Mikloško o Harabin de donaciones grandes (de más de 100 euros), Mistrík fundamentalmente de sus propiedades empresariales y familiares (el 73% de lo que ha ingresado para la campaña ha venido de estas fuentes), Kotleba de su partido (el 100% de la financiación para la campaña). También una parte importante de la financiación de la campaña de Čaputová y Šefčovič (el 44% de su presupuesto en ambos casos) ha venido de su partido. En el caso de Béla Bugár, el 52% del presupuesto ha venido de miembros de su partido, y el 30% de grandes donaciones. 

Datos de la financiación de los candidatos según el origen del ingreso. Fuente: Sme.sk
Lista de mayores donaciones privadas a un candidato. Fuente: Sme.sk
Y a todo esto, no hablo de los medios de comunicación y las críticas por su papel partidista en las elecciones (denunciado por varios candidatos), o las encuestas de opinión, que también han influido en los resultados. En palabras de Jozef Hrdlička, líder del Partido Comunista Eslovaco, "su principal papel es la manipulación arrogante de la conciencia de la gente, para que sirva por completo los intereses extranjeros y de un grupo de oligarcas". Y punto (Hrdlička se equivoca en muchas cosas, pero en esto tiene toda la razón).

Qué fantásticas son las elecciones en lo que mal llamamos "democracias", y que no son más que dictaduras del capital... 

Por cierto, los resultados podéis consultarlos en la wikipedia o, mejor aún, en la página habilitada para las elecciones por la Oficina Estadística Eslovaca.   

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