viernes, 11 de abril de 2025

La literatura revolucionaria húngara después de 1919 (parte 1)

(fragmento del libro Kis magyar irodalom történelem/Pequeña historia de la literatura  húngara, de                 Tibor Klaniczay, József Szauder y Miklós Szabolcsi, editorial Gondolat, Budapest, 1965)

 [entre corchetes mis notas personales]

 

"Viva la dictadura del proletariado". La comuna húngara, 1919. Acuarela de Albert Baky. 1º de Mayo de 1919, Budapest.  Fuente.

La caída de la República de los Consejos [la Comuna húngara, 1919] supuso un duro golpe para los autores de literatura progresista y revolucionaria. El brutal terror blanco no solo volvió imposible cualquier expresión literaria libre, sino que impuso persecución policial a todos los que habían apoyado no solo la República de los Consejos, sino incluso las ideas de la revolución burguesa. El grupo de escritores socialistas que se había formado en 1919 quedó completamente disgregado, parte de sus miembros fueron obligados a la emigración, otros fueron silenciados. Así pues, después de 1919 los escritores consecuentes de izquierda tuvieron que continuar su labor bajo nuevas condiciones, siguiendo nuevos métodos. La emigración se concentró en varias ciudades (primero Viena, luego Berlín, París, Bratislava, y, sobre todo, Moscú), se formaron diferentes agrupaciones de escritores y, por otro lado, incluso en Hungría, se fue creando una literatura revolucionaria que se enfrentaba a tremendas dificultades, materiales e ideológicas. Estas dos alas de la literatura revolucionaria [la presente en la emigración, y la que seguía en Hungría] solo estaban alejadas unas de otras en su aspecto físico: en los objetivos, en sus ideas, era una sola literatura. 

Esta literatura guardó en su sentido más íntegro la verdadera continuidad con 1919; el ánimo y las aspiraciones que caracterizan la obra de Ady [Endre Ady (1877-1919) creador de la poesía moderna húngara] y de sus contemporáneos sigue viviendo sobre todo aquí, aunque se enriquezca con nuevos elementos. Desde el punto de vista ideológico la caracterizan su inquebrantable carácter revolucionario, la descripción cruda de la realidad de Hungría, un verdadero internacionalismo, y el humanismo en su sentido más elevado. Antes que nada, los escritores socialistas buscaron nuevas formas de expresión, de acuerdo al momento del desarrollo histórico que vivían, muchos bebieron de las corrientes vanguardistas -aunque todas esas tendencias cristalizan en los años 30 en la literatura del realismo socialista húngaro. En numerosos casos, solo un periodo creativo de los escritores puede vincularse a la literatura revolucionaria, en otros, pertenecieron a ella durante toda su vida. 

La forma en la que existía esta literatura era peculiar, igual que lo era el camino de cada creador: a veces disponían de revistas y editoriales legales, a veces solo podían publicar versos en octavillas, en ocasiones el único medio era el boca a boca (todavía hoy hay obras que se han conservado solo por la memoria). Los escritores eran semi obreros del partido, semi revolucionarios profesionales, sus periodos creativos se veían interrumpidos por constantes encarcelamientos y persecuciones. Y aún así esta literatura consiguió crear grandes obras, y de ella surgió la más destacada figura de la literatura húngara de entreguerras: el poeta Attila József, digno compañero de Petőfi y de Ady. 


Attila József  (1905-1937). Fuente


Al mismo tiempo la literatura revolucionaria húngara estaba vinculada por miles de hilos con el resto de las corrientes literarias del momento, y es parte íntegra de la literatura húngara; también influye en los demás escritores, y a su vez se alimenta de otras obras, y no en menor medida de la literatura revolucionaria europea de los años 20, es más, es quizás la parte más europea de la literatura húngara. Numerosos hilos la unen a la literatura progresista alemana y francesa, está íntimamente vinculada a la literatura checoslovaca [bueno, estrictamente hablando hay literatura checa y eslovaca, pero literatura checoslovaca no] y a la literatura rumana, y en especial vivió en una curiosa simbiosis con la literatura soviética. 

Por literatura revolucionaria no entendemos solo a autores comunistas. Ellos eran la columna vertebral, la parte más consciente, pero había también otros que solo brevemente fueron parte de ella, los que siguieron su actividad en otros partidos o grupos del movimiento obrero y que representan tendencias diferentes. 

Las primeras brasas de la literatura revolucionaria húngara tras 1919 se encendieron en Viena. Aquí surgió la primera revista de la emigración, primero en manos burguesas, pero luego, durante un tiempo, también bajo influencia comunista: Bécsi Magyar Újság (Revista húngara de Viena). Luego surgieron otras: Akasztott ember (Hombre colgado), fundada por los que se marcharon de la revista Ma (Hoy) de Lajos Kassák [importante poeta experimental y artista húngaro, padre del vanguardismo húngaro, 1887-1967], bajo la redacción de Sándor Barta, y luego Ék (La cuña), y también Egység (Unidad), que representaba tendencias revolucionarias desde el punto de vista político e ideológico. La época está caracterizada por la mezcla de tendencias y visiones: la desilusicón causada por el fracaso de la revolución en muchos casos acaba produciendo entre los poetas voces anárquicas y deseseperanzadas en grado sumo, otros confían en una nueva comuna. La mayoría están bajo la infuencia de los florecientes "ismos" que viven su periodo de esplendor: constructivismo, cubismo, y poco después el surrealismo, los ecos de Becher [Johannes Robert Becher (1891-1958) poeta comunista alemán, escritor de la letra del himno de la RDA, posteriormente ministro de cultura en la RDA], Weinert [Erich Weinert (1890-1953), escritor comunista alemán, por cierto, luchó en las Brigadas Internacionales en España, uno de los autores fundamentales de la RDA], Ivan Goll [(1891-1950) escritor franco-alemán, uno de los fundadores del surrealismo], Blok [Aleksandr Blok (1880-1921), poeta simbolista soviético, destaca en especial su obra "Los doce"], el joven Mayakovski, Cendrars [Blaise Cendrars, (1887-1961), escritor francés de origen suizo], se escucha en sus versos; es como si los tiempos revolucionarios exigieran la superación de cualquier forma antigua. El ala de la revolución proletaria se vinculaba sobre todo al proletkult [movimiento artístico revolucionario y vanguardista soviético], y seguía sus principios. De este periodo efervescente destacan algunos autores que seguirían toda su vida siendo fieles soldados de la revolución. 

Revista "Ma" (Hoy), número de mayo de 1919. Redactores: Lajos Kassák y Béla Uitz. "Saludos, hombre en la revolución". Fuente

ALADÁR KOMJÁT  (1891-1937) jugó un importante papel en la época, es uno de los poetas más destacados de la literatura revolucionaria. Procedía de una familia de pequeños funcionarios, su padre era agente de impuestos, al que trasladaban continuamente de una parte de Hungría a otra, y de esta forma, el crío pudo conocer la vida de la provincia y de los campesinos. Fue al instituto en Fiume (hoy Rijeka, en Croacia), después en Budapest, y acabó siendo administrativo de una fábrica. El joven entra en contacto con el movimiento progresista estudiantil, y durante la Primera Guerra Mundial se relaccionaría con los socialistas de izquierda. Tras sus primeros versos, de tono afligido, se convierte en un ferviente activista del movimiento: escribe en la revista de Kassák versos en forma quebrada, con exclamaciones entrecortadas que expresan de forma cruda arrebatos llenos de fuerza y dibujan un mundo hecho añicos. Fue de los que en 1917 se marchó de Ma (Hoy); funda la revista 1917, y a finales de 1918 "La internacional", que sería el órgano de los jóvenes escritores que simpatizaban con el Partido Húngaro de Comunistas. Tuvo un destacado papel en la Comuna húngara de 1919. Tras su caída trabajó en Italia y entre 1921 y 1922 en Viena (donde empezó a redactar Unidad), desde 1922 vivió en Berlín, trabajando en el consejo de redacción de la revista Inprekorr de la Internacional Comunista, también colabora con el Bund proletarsich-revolutionärer Schriftsteller [en alemán; Asociación de Escritores Proletario-Revolucionarios; una organización de escritores existente desde 1928, vinculada al Partido Comunista Alemán]. Seguiría trabajando en Alemania hasta la llegada al poder del nazismo, después en Suiza, y finalmente emigró a Francia, donde falleció inesperadamente en medio de una ferviente actividad. 


Aladár Komját. Fuente


Su vida es la de un organizador incansable, la de un revolucionario internacionalista. Vaga de país en país, redacta revistas y agita; a la vez redactor y orador, poeta, traductor y ensayista. Su poesía, tras sus prrimeros pasos en estilo Sturm und Drang ["Tormenta e ímpetu", estilo literario alemán del siglo XVIII y precursor del romanticismo], se vuelve cada vez más clara: encuentra palabras conmovedoras para juzgar la guerra y llamar a la revolución, para hablar de un nuevo mundo en ciernes. La construcción de su verso, impregnado de ritmo, fuerza y activismo se mezcla acertadamente con la simplicidad, la energía y la sinceridad del pueblo. Su poesía tardía mantiene elementos activistas (gusto por las formas anárquicas, arrebatos, dicción cercana a la prosa) y es cada vez más clara, más madura. La situación evidente, el ánimo revolucionario, hablan por sí mismos en sus poemas, con un patos muy propio, la nostalgia por su patria lejana, la confianza en el pueblo, la evocación llena de intensidad del destino del obrero y el campesino húngaro, humillados y oprimidos, son elementos destacados de su estilo.

Su poesía es capaz de unir diferentes épocas con ingeniosos epítetos y frases: sus versos son la representación exacta del sabor y la crudeza de la vida. La fe en a inevitabilidad de la revolución en ciernes da fuerza interna a sus versos. Las desigualdades de su forma artística se explican por el alejamiento obligado de su patria. No solo es el poeta de la revolución húngara, sino también mundial: es el cantor de los obreros chinos, de los rebeldes de Hamburgo. A él podemos agradecerle la marcha más bella sobre la revolución española [se refiere a una canción húngara sobre las Brigadas Internacionales, "Los defensores de Madrid" (Madrid védői), con letra de Komját y música de Pál Arma (1905-87, músico francés de origen húngaro, también es conocido como Paul Arma)]. Tres volúmenes de versos ("Kiáltás!"/"!Grito!", "Mindent akarunk!"/"!Lo queremos todo!", ambos editados en Moscú en 1931, "Megindul a föld"/"La tierra se pone en marcha", editado en París postumamente, en 1937) dan testimonio de su lírica cada vez más rica. Junto a la inspiración política y la agitación revolucionaria también cabe en ella la verdadera voz sufriente del amor, así como la belleza de los paisajes. En sus ensayos literarios Komját se enfrenta por un lado a la literatura que se refugia en la soledad y se aparta del mundo, y, por otro, a los esfuerzos sectarios falsamente revolucionarios que lo rechazan todo y rehuyen la búsqueda de calidad.

"Grito" de Aladár Komját. Editado por la revista Ma (Hoy) de Lajos Kassák. Fuente 

[paro aquí, aunque de momento solo se ha hablado en realidad de un autor, seguiré en breve, mi idea es traducir toda esta parte del libro -que son unas 25 páginas, pero no voy a incluir los fragmentos de poemas, porque me iba a suponer un tiempo que no tengo-. Para finalizar, me gustaría añadir un par de cosas sobre el autor aquí mencionado, Aladár Komját, nacido en 1891 en Košice, actualmente en Eslovaquia, su nombre real era Aladár Korach -por cierto, su hermano era Marcello Cora, esperantista e ingeniero húngaro que residió durante varias décadas en Italia-. Durante la comuna húngara de 1919 fue miembro del directorio de escritores, y tras la caída de la comuna vivió en la ilegalidad hasta que fue detenido y deportado, en 1921. A su país ya no podría volver, aunque sí lo hicieron sus cenizas, en 1966, están depositadas en el cementerio de la Avenida Fiume en Budapest, y es curioso, ya que fue al instituto precisamente a Fiume-hoy Rijeka.]


("Los defensores de Madrid", canción revolucionaria húngara sobre la España Republicana)


miércoles, 9 de abril de 2025

Bohumil Hrabal (1914-1997)


 En conmemoración del 111 aniversario del nacimiento del gran escritor checo, Bohumil Hrabal, nacido el 28 de marzo de 1914. 

Fuente de la foto: Jaromír a templomhoz

Origen de la foto: Lesní atelier Kuba v Kersku

"Abigaíl", de Magda Szabó.


 

La editorial zaragozana XORDICA ha editado en español una nueva traducción de Mári Szíjj y el que suscribe estas líneas: "Abigaíl" de Magda Szabó. Magda Szabó es una de las narradoras húngaras más destacadas de la segunda mitad del siglo XX y comienzos del XXI. Nacida en Debrecen en 1917, la capital del Este de Hungría y que, por cierto, aparece descrita en esta novela, aunque sin mencionarse por su nombre real  (aunque es evidente que está hablando de Debrecen, entre otras cosas por ser la capital calvinista de Hungría), se inició primero en poesía, que escribía ya desde sus años de estudiante. Y a finales de los años 40 se publicaron dos libros de versos suyos: "Cordero" (Bárány, 1947) y "De vuelta hacia el hombre" (Vissza az emberig, 1949). Entre ese periodo y 1958 no pudo publicar (hay que tener en cuenta que Szabó trabajó en los años 40 en el Ministerio de Educació y Religión), pero después resurgió en el panorama literario húngaro, ahora como narradora y convirtiéndose, de hecho, en una de las narradoras fundamentales de la segunda mitad del siglo XX y comienzos del XXI en Hungría. Obras como "El Fresco" (Freskó, 1958), "El corzo" (Az őz, 1959, por cierto una de mis novelas preferidas), "La puerta" (Az ajtó, 1987), Pilato (traducida al español como "La balada de Iza", Pilátus, 1963), y otras, algunas de las cuales han sido traducidas al español -también al catalán-  (El corzo, La puerta, Calle Katalin, La balada de Iza, y no sé si me dejo alguna traducción en el tintero). Ahora (bueno, hace unos meses), XORDICA ha publicado "Abigaíl", una obra de culto en Hungría, lectura obligatoria en las escuelas, que describe la época de la Segunda Guerra Mundial en Hungría desde un punto de vista peculiar: el de una chica encerrada en una escuela religiosa calvinista, estricta y  austera... Y no quiero contar más porque temo desvelar algo que no deba... "Abigaíl" fue publicada originalmente en 1970 y es una de las obras más conocidas de la autora; a primera vista parece una novela de "chicas", con carácter romántico y ligero, pero en realidad es una novela de aprendizaje, en el que la protagonista, Georgina Vitay, una chica de 15 años, malcriada y caprichosa, acabará de pronto convertida en adulta ante las circunstancias de la guerra. Un comentario un poco personal: una cosa que me llama mucho la atención en la literatura es lo que los autores no dicen, pero está presente en la obra, las historias no contadas que fluyen paralelas a la historia principal contada en la novela y que también tienen importancia a veces fundamental. Este es uno de los libros que, desde ese punto de vista, más me ha impresionado. Hay toda una historia detrás (varias en realidad) que no se cuentan pero están ahí, evolucionan junto a la historia principal, influyen sobre ella y en todo momento el lector es consciente de ello, de esas historias de las que solo sabemos pequeños detalles casi por casualidad, pero que son fundamentales, imprescindibles, en la trama; y todo ello sin que la autora se remita a ellas o lo haga solo de manera muy superficial. Y al final del libro, el lector tiene una idea clara de esas historias (p.ej. apenas se nos habla realmente de la Segunda Guerra Mundial, solo en algunos lugares, pero, obviamente, está presente en toda la obra. Igual que las aventuras de ciertos personajes, que tienen una vida detrás de lo que conocemos, porque nuestra visión no va más allá de la de la protagonista principal, Georgina). 

Dejo el comentario de un manual de literatura húngaro de 1965 sobre Magda Szabó (Pequeña historia de la literatura húngara, por Tibor Klaniczay, József Szauder y Miklós Szabolcsi: Kis magyar irodalomtörténet, Gondolat, Budapest, 1965): "En los últimos años destaca la escritora Magda Szabó con obras en las que donde analiza con detalle los procesos psicológicos, la destrucción y transformación de la antigua "inteligencia": Fresco, El corzo".

Por cierto, en 1977 Éva Zsurzs, directora húngara, llevó el libro a la pantalla (televisiva): una encantadora serie de cuatro capítulos para la televisión húngara (en colaboración con MAFILM -los estudios de cine oficiales de Hungría),  también una serie de culto. Se puede ver aquí, pero claro, en húngaro: 

capítulos 1 y 2: 
capítulos 3 y 4:


lunes, 25 de noviembre de 2024

El referéndum de autonomía de Transcarpatia de 1991. Entrevista a György Dupka (2ª parte)

 György Dupka (1952, Tisobiken, Transcarpatia, Ucrania) es un escritor y periodista húngaro de Ucrania, presidente de la Comunidad de Intelectuales Húngaros de Transcarpatia, fundador y director del Instituto de Cultura Húngara de Transcarpatia. Después de estudiar en la Universidad Estatal de Úzhgorod (la capital de Transcarpatia), en la facultad de filología húngara, fue durante un tiempo periodista del periódico húngaro de Transcarpatia Kárpáti Igaz Szó (Palabra verdadera de los Cárpatos), aunque lo dejó por cuestiones políticas (es más bien anticomunista). Entre 1986 y 1992 fue redactor de la sección húngara de la principal editorial de Transcarpatia, la ditorial Kárpáti. Sus primeros versos se publicaron en Úzhgorod en 1979: "El canto de Ícaro". Destaca una antología que preparó en 1992 sobre la literatura húngara en Transcarpatia entre 1919 y 1944 ("Canto de las minorías en la llanura del Bereg"). También ha publicado libros de historia de la región, es un estudioso del gulag y de la represión contra los húngaros tras la Segunda Guerra Mundial.

György Dupka. Fuente: wikipedia


El artículo con la entrevista se titula: "El referéndum barrido: cuando amenazaron a muerte a los partidarios de la autonomía de Transcarpatia". Lo traduzco completo porque creo que tiene bastante valor, incluso cuando Dupka se equivoca y considera a la UE una solución (pero puede reflejar lo que piensa la población local). El periodista que hace la entrevista es Zoltán Veczán, de Mardiner, un medio conservador húngaro (progubernamental).

He aquí el artículo:

El pueblo de Transcarpatia, los húngaros y los rusinos unidos, venciendo su miedo, decidió en 1991 votar en favor de la autonomía. El escritor György Dupka estuvo en el congreso regional de Transcarpatia, en el edificio del congreso, en Úzhgorod, que fue asediado por los nacionalistas ucranianos. A pesar de todo, cuando le preguntamos sobre Ucrania y la UE, nos responde cosas sorprendentes. 

- ¿Cómo comenzó el movimiento autonomista de Transcarpatia?

Entre 1989 y 1994 podemos decir que Transcarpatia vivió su época heroica. Naturalmente esto fue gracias a la perestroika y a la glasnost de Gorbachov, que hizo más permisivo al régimen soviético y en cuyo interior las diferentes minorías pudieron hacerse sonar. Nosotros también veíamos el desarrollo de movimientos que promulgaban el despertar nacional ucraniano y de otras minorías y nos agarramos a esa posibilidad, porque sentíamos que si no lo hacíamos entonces, perderíamos la ocasión. Así pues, en 1989 creamos la Alianza Cultural Húngara de Transcarpatia, y se eligió a Sándor Fodó como presidente, a mí me eligieron secretario de dirección. 

- ¿A qué se dedicaron inicialmente?

 Al principio nos interesaban cuestiones como la protección de nuestra cultura, además colaboramos en la formación de la primera asociación rusina de Transcarpatia, dirigida por el arquitecto húngaro-rusino Mihály Tomcsányi (Mijailo Mijáilovich Tomchani). Por aquel entonces habíamos hecho una gran amistad, junto a nosotros estaba también la Sociedad de Lengua Materna Ucraniaa Shevchenko, y otras. Después, en 1990 en la sesión de la comisión  de Piiterfolvo (una población húngara de Ucrania) los representantes de las organizaciones húngaras apoyaron la propuesta de la asociación rusina que afirmaba que la población local necesitaba la autonomía. Después se desató el infierno: las organizaciones radicales ucranianas rechazaron cualquier veleidad autonomista.

- ¿También los ucranianos de Transcarpatia?

Sí, ellos tampoco querían oír de ella. Nosotros creamos la Liga de Naciones de Transcarpatia en la que junto a húngaros y rusinos entraron alemanes, judíos, eslovacos, rumanos y otras nacionalidades. En el Congreso Regional de Transcarpatia el KMKSZ (Asociación Cultural Húngara de Transcarpatia, en adelante la menciono por sus siglas en húngaro) era muy fuerte, y a ella se habían unido también los húngaros miembros del Partido Comunista, así que éramos 18 diputados locales. Y vimos que si nos juntábamos a la mayoría rusina, significaría una mayoría partidaria de la autonomía, así que fuimos poniendo en el orden del día de las diferentes reuniones en las diferentes comisiones el asunto de la autonomía, en concreto, para que no se ofendieran algunos, la cuestión del "autogobierno especial" de Transcarpatia.

- Y la de la provincia autónoma húngara.

Sí, mis amigos de Berehove [Nota del Traductor: ciudad de mayoría húngara en Transcarpatia] también actuaron, y en la reunión del consejo provincial discutieron de apoyar la creación de un distrito autónomo húngaro en Transcarpatia con centro en Berehove, dentro de una Transcarpatia autónoma. Así pues se formó una especie de grupo de trabajo dentro del Consejo Provincial, al que se opusieron, naturalmente, los nacionalistas ucranianos. Cuando se enteraron de que íbamos a votar sobre la inclusión de una cuestión más en el referéndum de independencia de 1991, vinculada al distrito húngaro de Berehove, intentaron evitar que la votación pudiera tener lugar.

- ¿Eso cómo hay que entenderlo?

Rodearon el edificio del Consejo Provincial con tiendas de campaña e hicieron todo lo posible para que no pudiéramos acceder al edificio. No solo ejercían presión psicológica - gritándonos todo tipo de insultos-, sino que además arrojaban piedras a las ventanas, nos amenazaban.

- ¿Y la policía?

No podía hacer nada, por otro lado estaba dividida, la mitad era simpatizante de los rusinos, la otra mitad de los ucranianos. Lo único que pudieron hacer fue no permitir que las cosas acabaran en violencia. 


Edificio del Consejo Territorial de Transcarpatia, en Úzhgorod, capital de Transcarpatia, Ucrania. Fuente: Mandiner


- ¿Vd. sufrió algún ataque?

Por suerte yo llegué antes que los otros, que tuvieron que entrar en el edificio a través de un pasillo formado por la policía, mientras, como digo, volaban piedras [esto me suena, debe ser uno de los métodos típicos de la extrema derecha ucra]. Pero la cosa es que conseguimos votar y luego se creó una comisión para trabajar el plan de autonomía que luego fue enviado a las diferentes organizaciones. Entonces se metió en el asunto del referéndum el futuro presidente, Leonid Makárovich Kravchuk, que prometió que si lo apoyábamos en la campaña electoral para ser presidente, entonces él defendería la autonomía de Transcarpatia. Nosotros le creímos, y así pues acabaron en las papeletas las dos cuestiones, tanto la de Transcarpatia como la de Berehove [se refiere al referéndum de independencia de Ucrania del 1 de enero de 1991. En él no solo se incluyó en Transcarpatia una pregunta sobre la autonomía de Transcarpatia, sino que, además, en la provincia de Berehove se imprimió también una pregunta sobre la autonomía de la provincia de mayoría húngara]. El resultado fue aplastante, a nivel regional el 72% de la población apoyó la creación de un "autogobierno especial", en Berehove el 87% votó por la autonomía húngara. Frente a los 700 mil votantes rusinos y de otras nacionalidades, había 300 mil ucranianos y de otras nacionalidades asentados en la zona más recientemente [es curioso que el autor directamente considere que los que votaron en contra eran ucranianos u otros relativamente nuevos habitantes]. En cualquier caso, el consejo regional se reunió, se confirmó el resultado del referéndum y se envio al parlamento nacional en Kíev una resolución, tal como habíamos hablado con Kravchuk, que había ganado también gracias a los votos de Transcarpatia. 

- Pero Kravchuk no cumplió su promesa. 

[un clásico, nacionalistas ucranianos engañando a las minorías para que les voten y luego dejándolas en la estacada]

Realmente no lo quiero defender, pero se vio bajo una fuerte presión de la derecha ucraniana, y acabo cediendo ante ellos, incluso suprimieron el plan de autonomía cultural de manera que no quedó ni una palabra de ella en ningún lado. Por aquel entonces ya tenían mucho miedo respecto a Crimea, recibida en la época soviética, y sobre qué posibles movimientos separatistas podían producirse allí, así pues lo consideraron un peligro a la seguridad nacional. 

- Si estoy bien informado, por aquel entonces Budapest firmó con Kiev un acuerdo de amistad. 

Sí, fue de los primeros países en hacerlo. Entonces invitaron a Sándor Fodó a Kiev, al encuentro con la delegación de Hungría. Pero el avión en el que viajaba Géza Jeszenszky [ministro de exteriores húngaro entre 1990 y 1994] al frente de la delegación, no paró en Úzhgorod, así que dejaron en tierra a Fodó y el acuerdo fue firmado sin la participación de los húngaros de Ucrania, aunque originalmente en un principio también había contenido las peticiones aprobadas en el referéndum. Eso supuso una enorme decepción para nosotros. Por otro lado, todavía hoy tiene validez  el decreto que preparamos para la ocasión, independientemente de que lo aprobaran o no en Kiev. No se puede suprimir el resultado de un referéndum por la cara.

Después, el gobierno ucraniano hizo un gesto hacia Hungría y hacia nosotros, y nació lo que se llama la declaración de las minorías, la ley de las minorías y otras medidas que aseguraban ciertas posibilidades en el campo de la autonomía cultural sin usar el término "autonomía", que habría molestado de sobremanera a los nacionalistas ucranianos. Se creó un sistema escolar con lengua húngara, con vida cultural, el uso de lengua húngara, incluso en ciertas instituciones. A esto yo lo llamo época heroica, y duró hasta el 2014, fue la época del renacimiento de todas las minorías en Transcarpatia, llegó a haber hasta 200 asociaciones culturales de las minorías, hoy solo sobreviven la mitad. 

- Muchos consideran que lo que lo cambió todo fue 2022, otros que la ley de enseñanza del 2017.

En mi opinón fue el 2014, desde entonces se han dedicado a recortar continuamente los derechos que habíamos conseguido hasta entonces, y han ido recortando nuestras posibilidades recogidas legalmente; llegó la ley de enseñanza, la ley lingüística y algunas más. De hecho solo se reconoce como "pueblos autóctonos" a los tártaros de Crimea, los demás somos de segunda categoría, me refiero a los que tenemos  un país referente en la UE, así los niños solo pueden estudiar hasta cuarto curso en húngaro, después van desplazando el húngaro en favor del ucraniano. 

- Vd. tiene amistad con muchos ucranianos. ¿Cómo lo justifican, cómo defienden esta situación?

Dicen que son medidas que no van contra nosotros sino contra los rusos. Pero el caso es que nos afectan a nosotros también. Por otro lado, la intelectualidad normal ucraniana todavía es sensible ante el asunto de las minorías Pero hay un sector, especialmente en Galitzia, que propaga un odio visceral contra las minorías, desconocido por estos lares. Tienen buenas relaciones y no están dispuestos a aprender de la historia. Nosotros debemos hacerlo. 

Nuestros abuelos sobrevivieron a la Primera Guerra Mundial, nuestros padres a la Segunda, y nuestra generación y los que viven ahora tienen que superar esto. 

Por suerte no todos han huído, los más convencidos se han quedado, la iglesia está en su sitio, nuestras instituciones funcionan. Por otro lado entre los propios ucranianos tampoco es tan fuerte ya el movimiento partidario de la guerra como lo era antes, las pérdidas humanas son inmensas, la emigraión es inmensa. 

- ¿Qué se puede hacer en esta situación?

Hay que ser conscientes de que hay una guerra, y al mismo tiempo hay que oponerse a los intentos de asimilación. Por suerte Hungría nos ayuda, gracias a eso el año pasado se suspendió la aplicación de la ley de enseñanza. No sentimos esta brutal opresión que en su momento transmitía la prensa, pero en cualquier caso nos recortan nuestros derechos. 

- Si se consigue sostener esta situación hasta el final de la guerra, esta situación un poco al margen legal, ¿cree que se puede volver al sendero original?

Por lo que respecta al futuro, no es nada halagüeño. Pero entre las distints posibilidades solo hay una aceptable con opciones de funcionar. Hay que hacer todo lo posible para que -independientemente de que lo merezca o no- Ucrania entre en la UE y desaparezcan las fronteras igual que han desaparecido entre Hungría y Eslovaquia o Hungría y Rumanía. Vemos que así ha desaparecido la emigración a gran escala de las minorías, y las comunidades húngaras de estos países han empezado a florecer, lo necesitamos para que los casi 70 mil húngaros de Transcarpatia que han huído por la guerra regresen a su tierra natal. Si esto no sucede, nos convertirán en un gueto y poco después sobrevevendrá la muerte cultural, desaparecerán las iglesias, las comunidades. 

- Ser miembro de la UE no ha impedido que en Eslovaquia aprueben una nueva ley lingüística y parece que se va a aceptar una de las variantes más severas. Y lo mismo sucede con Rumanía, con el asunto del cementerio militar de Valea Uzului [incidente en Rumanía en 2019 al construirse una parecela rumana en un cementerio militar húngaro de la zona, hubo enfrentamientos entre la población húngara y nacionalistas rumanos]. ¿Por qué ingresar en la UE iba a ser la solución en el caso de Ucrania?

No creo en los milagros. Pero sí en el mal menor. No hay otra opción. Algunos grupos radicales esperan que venga Moscú y nos ayude a vencer a Ucrania, y entonces tendremos una República Rusina independiente. Pero eso es un sueño, no la realidad. Hay también otra quimera, que Transcarpatia sea anexionada a Eslovaquia, como en los tiempos de entreguerras, cuando formaba parte de Checoslovaquia. Pero eso tampoco es una realidad. Hay un tercer grupo que apoya que se entregue a Hungría Transcarpatia. Pero, ¿cómo hacerlo con más de un millón de rusinos, ucranianos y otros pueblos? Y eso de nuevo nos llevaría a la cuestión de la autonomía, además la experiencia bélica de 1939-1944 no ayuda mucho. Por lo que parece, los intentos en cualquier dirección son malos, y permanecer en un sitio también lo es. Así que solo queda una solución: un compromiso entre Ucrania y los países de alrededor, y el ingreso en la UE garantizando los derechos de las minorías étnicas. Yo entiendo los esfuerzos ucranianos por unificar lingüísticamente el país, pero en un país tan multiétnico eso es imposible, no se puede asimilar de un día para otro a la fuerza a la quinta parte de la población. Ni se puede ver a las minorías como una amenzana a la seguridad nacional, véase el caso de Suiza, hablan cuatro lenguas, y no se han hundido, al contrario. 

- ¿Y qué garantía habría para todo eso viendo los ejemplos que conocemos?

Dentro de la UE sería más fácil controlar por parte de Polonia, Eslovaquia, Hungría o Rumanía la política respecto a las minorías, ya que hay intereses comunes. Por supuesto estamos elucubrando, pero es donde más posibilidades hay, y no podemos huir hacia atrás, solo adelante. Seamos ciudadanos fieles dentro de la UE, siempre y cuando cumplan los derechos de las minorías como, p.ej. en Transilvania, o en Eslovaquia, lugares donde son imposibles las violaciones de derechos que hay en Ucrania. Pongámonos de acuerdo en los consejos nacionales: vive y deja vivir. Que nos dejen vivir, como han vivido urante siglos aquí húngaros, judíos, rumanos, alemanes [qué visión tan utópica de la historia de la zona, pero bueno], que nos dejen posibilidades de desarrollar nuestra vida cultural, y no vengan con ideas como que nuestros hijos no puedan hablar en su lengua materna ni en los descansos entre clases en las escuelas, ni en casa [nueva propuesta aceptada para su estudio en el parlamento ucraniano hace unos días, no ha sido aprobada todavía, pero está en estudio]. Sí, nosotros respetaremos la lengua ucraniana, la literatura ucraniana, pero que ellos respeten tambien nuestra lengua. De eso se trata. Y, por supuesto, de acabar cuanto antes esta guerra, antes de que todo el país desaparezca. Y de que lo hagan los ucranianos también.



El referéndum de autonomía de Transcarpatia de 1991. Introducción. (1ª Parte)

Un medio húngaro ha publicado una interesante entrevista a György Dupka, escritor y periodista húngaro de Transcarpatia, Ucrania, nacido en Tisobiken (Tiszabökény en húngaro) en 1952. Al empezar a traducirla me he dado cuenta de que tenía que escribir demasiadas notas para aclarar situaciones que estaba comentando el autor o que son necesarias conocer para entender el contexto de lo que está contando. Así que al final he decidido que es mejor escribir una entrada a parte para explicar de forma más profunda el contexto, y que haga como una especie de introducción a la entrevista en sí. Hela aquí. 

Mapa administrativo de Transcarpatia, Ucrania, con los nombres en húngaro. Fuente: RovasInfo


El referéndum por el mantenimiento de la URSS en marzo de 1991 

Como muchos sabréis, el 17 de marzo de 1991 tuvo lugar un referéndum por el mantenimiento de la URSS en el que prácticamente el 78% de la población se pronunció en favor de mantener la unión de las repúblicas. En Ucrania ese porcentaje fue algo menor, pero aún así un 70% de la población votó a favor. Y todo con un 80% de participación, que en Ucrania fue algo mayor, del 83,5%. Hay que tener en cuenta que en algunos lugares el referéndum no pudo realizarse porque las autoridades locales no lo permitieron, pero son más bien casos puntuales que no habrían cambiado fundamentalmente los resultados, solo a nivel local, en algunas repúblicas pequeñas. Bueno, en realidad, para ser exactos, en estas zonas también pudo realizarse el referéndum, pero solo parcialmente, en aquellos lugares controlados por la administración central (p.ej. zonas militares, cuarteles, etc). Las repúblicas donde sucedió esto fueron, obviamente, las 3 Repúblicas Bálticas, Moldavia, Georgia y Armenia. Por razones también obvias, la inmensa mayoría de los votantes de estas regiones votaron a favor del mantenimiento de la URSS, pero, claro, lo cierto es que la mayoría de la población de esas repúblicas ni fue a votar ni pudo hacerlo porque las autoridades locales se lo impidieron. De todas formas, en cada república hubo una situación diferente. Las hubo donde el porcentaje de votantes fue importante, en otras, como Armenia, fue mínimo (de hecho, en Armenia solo pudieron votar unas 5 mil personas, de las cuales unas 3,6 mil hicieron uso de su derecho a voto), así que se puede entender que no fue algo relevante. Pero, como digo, en otras repúblicas el porcentaje de voto tuvo más peso: en Moldavia 840 mil personas tuvieron derecho a voto y lo ejercieron algo más de 700 mil (el 98% de ellas se mostró favorable al mantenimiento de la unión). Por comparar, en las elecciones presidenciales de 1991, en Moldavia votaron casi 2 millones de personas de 2,4 millones con derecho a voto, y en las parlamentarias del 1994, fueron 1,9 millones. Vamos, que sin representar a la mayoría de la población con derecho a voto de Moldavia, la realidad es que un porcentaje significativo de la población pudo expresearse en favor de la unión en 1991. Pero incluso en las bálticas hubo un porcentaje importante de la población con derecho a voto (y que lo ejerció), aunque, como digo, sin ser la mayoría (ni de cerca). En Letonia la población con derecho a voto fue del 670 mil personas, el porcentaje de los que ejercieron el voto fue de 65%, aunque la inmensa mayoría lo hicieron en favor de la unión (95%), frente a los 1,9 millones de personas con derecho a voto de las últimas elecciones parlamentarias antes de la independencia (1990). En Lituania también pudieron votar casi 600 mil personas, y en Estonia 300 mil (frente a 1,2 millones con derecho a voto en 1990). 


Población húngara de Transcarpatia, Ucrania, en el 2001. Rosa: más del 50% húngaros. Naranja: entre el 10% y el 50% de la población húngara. Figura humana: poblaciones con importante población húngara. Fuente: oroszvilag


Luego, ya sabéis lo que pasó. Que los dirigentes políticos se pasaron el resultado por donde les dio la gana y desmembraron la URSS a pesar de que la mayoría de la población había votado en favor de mantenerla. Y para dar una imagen de democracia, inmediatamente DESPUÉS de desmembrar la URSS (en algunos lugares fue antes), en muchos lugares se celebraron referéndums para justificar la decisión. (Ya conocéis también el tema de votar hasta que salga lo que tenga que salir, lo hemos visto en varias ocasiones). Fue el caso de Ucrania, p.ej., se aprobó la independencia el 24 de agosto (bajo la influencia del golpe de agosto en la URSS), mientras que el referéndum para justificar la independencia tuvo lugar el 1 de diciembre de 1991, vaya ejemplo de democracia (aunque los acuerdos Belovezha, que podemos considerar como el final oficial de la URSS, se firmaron algo después, el 8 de diciembre).  

Por cierto, una curiosidad, en el referendum de marzo se celebró también a la vez un referéndum por la independencia de Ucrania en Lviv, Ivano-Frankivsk y Volynia, en el que el 88% de los votantes apoyaron la independencia. No deja de ser curioso que desde 1991 el destino de Ucrania parece ser siempre dictado por estas tres regiones, que imponen su voluntad sobre el resto del país... 

El referéndum por la independencia de Ucrania del 1 de diciembre de 1991

Así pues, el 1 de diciembre de 1991 se celebró un referéndum en Ucrania para justificar la situación "de facto" de la independencia ucraniana y de la desaparición de la URSS. El 84% de la población fue a votar, y algo más del 90% votó a favor de la independencia. Solo que, claro, para entonces la URSS solo existía sobre el papel. La pregunta del referéndum fue: "¿Apoya Vd. el acta de proclamación de la independencia de Ucrania?", eso sí, después de un texto bastante tendencioso dirigido a influir sobre el votanto y a incitarle a votar "sí". Superdemocrático todo. El texto de las papeletas era este:

Papeleta de voto en el referéndum de independencia de Ucrania, diciembre de 1991 (en ucraniano). Fuente: wikipedia.


PAPELETA

PARA EL VOTO EN EL REFERÉNDUM PANUCRANIANO

    ACTO 

DE DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DE UCRANIA


Teniendo en cuenta el peligro mortal que se cierne sobre Ucrania en relación con el golpe de estado en la URSS del 19 de agosto de 1991,

- continuando la tradición milenaria en la construcción del estado ucraniano,

- sobre la base del derecho a la autodeterminación previsto en la carta de las Naciones Unidas y otros instrumentos jurídicos internacionales,

- y aplicando la Declaración de la Soberanía Estatal de Ucrania,

El Soviet Supremo de la República socialista Soviética de Ucrania proclama solemnemente la INDEPENDENCIA de UCRANIA y la creación de un estado Ucraniano independiente, UCRANIA.

El territorio de Ucrania es inviolable e indivisible.

A partir de ahora, en el territorio de Ucrania solo tiene vigor legal exclusivamente la Constitución y las leyes de Ucrania.

La presente acta entrará en vigor en el momento de su aprobación.

 

CONSEJO SUPREMO DE UCRANIA

  24 de agosto de 1991


"¿Apoya Vd. la Declaración de Independencia de Ucrania?»

"SÍ, LA APOYO"-"NO, NO LA APOYO"



En todas las regiones de Ucrania se votó a favor. En las regiones más nacionalistas ucranianas (Lviv, Ivano-Frankivsk, Volynia) la participación superó el 90%.  Y en la mayoría de las regiones el voto favorable a la independencia superó el 90%  (el récord se lo llevó Ivano-Frankivsk, con más del 98%). En las zonas, digamos por simplificar prorrusas o rusas, el porcentaje fue mucho menor, tanto de participación como en favor al "sí", pero también allí ganaron los favorables a la independencia. Lo que se explica porque en la práctica ya no existía la URSS y por lo tendencioso de las papeletas electorales. En Crimea, p.ej. el porcentaje de voto fue del 67%, y el sí ganó con el 54%. En Donetsk o Járkov la participación fue del 75%, pero el sí se llevó alrededor del 85% de los votos. Por cierto, en Crimea ya había habido un referéndum en enero del 1991, para proclamar su estátus como objeto administrativo de la URSS y no de Ucrania, había arrasado el sí con el 93% (frente a una participación del 81%), pero ya sabéis eso de votar hasta que salga lo que tiene que salir. 

A la vez que el referéndum se realizaron las primeras elecciones presidenciales ucranianas, en las que se impuso Leonid Kravchuk, con el 67% de los votos. Kravchuk ganó en todas las regiones, excepto en las más nacionalistas, donde se impuso Viacheslav Chornovil. Lo que quizás no es tan conocido en cuanto a este referéndum es que en Transcarpatia se votó además una tercera cuestión: la autonomía dentro de Ucrania. La participación fue del 83% y la mayoría de la población local apoyó la autonomía de Transcarpatia: el 78%

En las zonas con mayor influencia étnica húngara y con mayor conciencia nacional rusina-rutena (os recuerdo que no estaban -ni lo están ahora- reconocidos como etnia aparte, sino solo como un grupo dentro del pueblo ucraniano), los resultados fueron todavía más altos: en Berehove (el principal centro húngaro de Ucrania) fue casi del 90% a favor, en la capital Úzhgorod, del 83%; en cambio en las zonas más del interior, donde tradicionalmente ha habido mayor influencia ucraniana, el porcentaje fue menor: Rájiv con el 54% a favor, fue donde el resultado en apoyo de la autonomía transcarpática fue menor. En cualquier caso, en la mayoría de las provincias se superó el 80% de los votos favorables a la autonomía transcarpática. 

Bueno, ¿y qué paso después con este estatuto de autonomía para Transcarpatia? Pues nada, porque las autoridades ucranianas se pasaron el resultado de este referéndum por donde ya sabéis... Curioso, los resultados que interesan los aceptamos, los que no, los ignoramos. Democracia a la carta... Por cierto, ¿hubo protestas de la comunidad internacional? No.

Por cierto, la excusa que usaron los ucranianos es que en las papeletas electorales aparecía el nombre de la República Socialista Soviética de Ucrania. Y, por lo tanto, no se refería a la Ucrania independiente, que, por lo tanto, no tenía la obligación de aceptar el resultado de ese referéndum... La gracia es que en todas las papeletas del referéndum aparecía esa denominación, que no le molestó a nadie para nada... Tampoco para elegir presidente a Kravchuk...


Hasta el día de hoy el gobierno ucraniano ha hecho caso omiso de los resultados del referéndum del 91 en Transcarpatia, que, por supuesto, no ha recibido hasta el día de hoy la autonomía aprobada entonces por la voluntad popular.


Portada del periódico Novini Transkarpatii (Noticias de Transcarpatia) en su número 232, del 4 de diciembre de 1991, anunciando los resultados del referéndum en Ucrania y la elección del primer presidente de la Ucrania independiente, Leonid Kravchuk. Fuente: Instituto Rusino de Historia y Filología

Acabo aquí la primera parte del artículo. En la segunda me centro en la entrevista a György Dupka.

lunes, 18 de noviembre de 2024

domingo, 22 de septiembre de 2024

La foto del día (13): Crecida del Danubio en Budapest

 

Budapest. Puente Margarita, con el tranvía 4 o 6 (son las dos líneas que pasan por ahí). El Danubio está bien alto, el agua cubre casi los pilares del puente. La foto es del sábado 21 de septiembre, cuando el Danubio alcanzó los 830 cm de altura, luego empezó a descender. No ha habido graves daños de momento, al menos en Hungría. En el centro de Budapest el Danubio ha cubierto la orilla inferior (que es una carretera y que está para esto precisamente, para servir de dique de contención cuando la corriente se eleva), y casi ha llegado al borde de la segunda línea de la orilla (que es la peatonal, el paseo en el Danubio), más allá de la cual la situación podría haber sido catastrófica, pero no la ha superado (por poco). Hay algunos lugares donde la orilla es más baja o no hay un muro que sirva de dique, ni tienen sistema de diques móviles, que se han inundado, pero han sido más bien lugares puntuales. El pueblo de Kisoroszi está aislado e inhundado en parte, pero como digo, se trata más bien de situaciones puntuales. Hungría ha tenido tiempo de prepararse para la crecida y lo han hecho a conciencia. Foto: Gobierno de Hungría.