miércoles, 26 de agosto de 2015

Hungría, la crisis de los refugiados y el cierre de la frontera sur

Los últimos meses el número de inmigrantes ilegales que han llegado a Hungría se ha disparado. La mayoría no se quedan aquí, ven Hungría como mero lugar de paso hacia Austria o Alemania fundamentalmente. Para ellos, Hungría es solo la primera estación en la UE. Sin embargo, mientras les llega una oportunidad para poder dirigirse a su destino, permanecen a la espera en Budapest o en centros de acogida de otras ciudades húngaras. Dado que las autoridades austríacas y alemanas han reforzado los controles, -en la frontera de Austria y Hungría la policía austríaca hace frecuentes batidas, se ha llegado a interrumpir incluso el paso de trenes internacionales para desalojarlos de refugiados; además, en julio, las autoridades austríacas informaron de que empezaban a devolver a Hungría a todos los inmigrantes ilegales que entraran a través de este país-, el número de refugiados en Budapest u otras ciudades húngaras no hace más que subir descontroladamente. Y las noticias que llegan de Serbia o Macedonia no permiten hacerse ilusiones al respecto. Miles de personas están en camino, huyendo de la guerra y de los islamistas, para buscar un refugio en los países ricos de Europa. De hecho, se calcula que más de 120 mil ilegales han pasado en lo que va de año por Budapest, tres veces más que en el mismo periodo del año anterior. La ruta balcánica, que acaba en Hungría, se ha convertido en una de las principales rutas de entrada de refugiados, superando incluso la ruta mediterranea occidental (a través de España) y central (a través de Italia); según el informe de Frontex (Agencia Europea para la Cooperación en la Gestión Operativa de las Fronteras Exteriores de los Miembros de la Unión), entre enero y julio a través de esta ruta entraron 102.342 emigrantes ilegales, de los cuales casi 30 mil son afganos, otros 30 sirios y más de 23 mil kosovares (fuente: Frontex).

Refugiados en la zona de tránsito de la estación de Keleti. Fuente: Mandiner

Uno de los subterraneos del metro en Keleti, donde se hacinan los refugiados. Fuente: index

Las autoridades húngaras se han quedado poco menos que estupefactas ante la magnitud del problema y están reaccionando tarde y mal, en un ejemplo de libro de lo que llamamos "dar palos de ciego", aunque en realidad tampoco es algo que puedan solucionar.  Las primeras medidas fueron lamentables, por no decir algo peor. Por ejemplo: llenar el país de carteles en contra de los inmigrantes, para asustar a la población y provocar sentimientos de rechazo. Que me expliquen qué lógica tiene llenar el país de carteles con textos en húngaro tales como: si vienes a Hungría tienes que respetar las leyes o nuestra cultura. 


Si vienes a Hungría, tienes que respetar nuestra cultura. Fuente: Index

Si vienes a Hungría, no puedes quitarle el trabajo a los húngaros. Fuente: Napi.hu

Si vienes a Hungría, tienes que cumplir nuestras leyes. Fuente: vs.hu

A mediados de julio se elaboró una ley para considerar como crimen (y por lo tanto punible), la entrada ilegal en el país, aunque todavía no está aprobada y está en cuestión que llegue a aprobarse (es decir, hasta ahora no es un crimen). Después se les ocurrió la "brillante idea" de construír una valla de 175 kilómetros para cerrar a cal y canto la frontera sur, con Serbia, que es el coladero por el que están llegando la gran mayoría de los inmigrantes. Partiendo de que de por sí, la valla, que ha provocado un gran rechazo en los países cercanos, especialmente en Serbia, no soluciona gran cosa porque los inmigrantes llegarán por otro lugar (claro que alguno pensaría que así a lo mejor el muerto se lo come otro, no Hungría), lo cierto es que ahora que está practicamente construída (en tiempo record, se acabará esta semana), los refugiados siguen llegando al mismo ritmo. Obviamente es imposible sellar la frontera. Hay lugares donde por ejemplo pasa el ferrocarril (es frecuente ver a grupos enteros cruzando la frontera a través de las vías, con la peligrosidad que eso supone). En otros lugares simplemente han cortado la valla (que es de alambre). Jobbik ha puesto el grito en el cielo con la siguiente prueba documental, de un periodista de AP, en el que puede verse a un grupo de refugiados entrando en territorio húngaro después de que los policías y soldados abran la puerta de la valla y les dejen pasar tranquilamente:



Por cierto, el portal de noticias index.hu llama la atención sobre el hecho de que la valla está dentro del territorio húngaro, y los que quieran cruzarla, de hecho, ya se encuentran en territorio húngaro, con lo cual Hungría no puede desentenderse del problema con la construcción de la valla, aún en el caso de que realmente evitara el paso de ilegales al otro lado (también Jobbik se ha dado cuenta del problema). Como curiosidad, un periodista del susodicho portal, Index, consiguió pasar por debajo de la valla casi sin despeinarse... 

Esa es la famosa valla. Aquí junto a unas vías de tren. Fuente: index

Otra de las medidas tomadas a marchas forzadas por el gobierno ha sido la creación de zonas de tránsito en las que los refugiados puedan estar mientras encuentran una forma de salir del país. Se les permite permanecer allí y de paso son puntos de ayuda, donde se les reparte ayuda humanitaria, ya sea por ONGs, particulares, voluntarios, o las propias autoridades. Los refugiados se hacinan en estas zonas que están al límite de su capacidad y en condiciones lamentables. Valga como ejemplo la zona de tránsito de la estación internacional de tren de Keleti, la más importante de Budapest, lugar preferido de los refugiados porque de allí salen los trenes para Austria o Alemania, donde se ha improvisado un inmenso campamento junto a las estaciones de metro. Esta misma semana, las autoriades de Budapest echaban piedras sobre su propio tejado denunciando que la situación en las zonas de tránsito es insostenible (ojo, que la idea de crear esas zonas de tránsito ha sido de esas mismas autoridades). Posiblemente en los próximos días se les prohiba a los refugiados permanecer allí y todos sean llevados a un centro de acogida en otro lugar, quizás fuera de la ciudad. Las propias asociaciones humanitarias están de acuerdo en que se concentre a los inmigrantes ilegales en una zona concreta, porque así será más fácil repartir las ayudas y atenderlos, ya que ahora hay varias zonas de tránsito desperdigadas por toda la ciudad, generalmente en las estaciones de tren, lo que exige un mayor esfuerzo de coordinación. Sin embargo, puede pasar que la multitud se reuna de manera espontánea en los aledaños de la estación de Keleti o la de Nyugati, como ya ha pasado anteriormente.

Una última medida del gobierno es la creación de unidades policiales fronterizas a la "caza del emigrante ilegal", que empezará a implementarse en septiembre.  El Partido Obrero (comunista) ha recordado que en el 2007 alguien tuvo la brillante idea de suprimir la Guardia Fronteriza (Határőrség), porque "no hacía falta". 

Dentro de Hungría esta crisis está provocando mucha tensión en la opinión pública. No es para menos, cualquiera que pase por la estación de Keleti puede ver la desastrosa situación por sí mismo. Desde medios liberales y pseudoizquierdistas (progres) se critica al gobierno por su falta de previsión y por cualquiera de sus medidas. La crítica es justa, aunque habría que ver qué proponen ellos, porque dejar pasar a los refugiados así por las buenas, que parece que es lo que piensan algunos, le supondría a Hungría un grave enfrentamiento con la UE. No nos olvidemos de que Hungría es frontera Schengen y por lo tanto tiene responsabilidad ante los demás por ese sector fronterizo. Y los inmigrantes ilegales que sean detenidos en otros países pueden ser enviados a Hungría, si está claro que han entrado en la UE por territorio húngaro. De hecho mi impresión personal es que el gobierno húngaro está muy nervioso ante la posibilidad de tener que hacer frente a una avalancha de decenas de miles de inmigrantes que se queden en el país porque entren a través de la frontera, pero luego no puedan marcharse a Alemania o Austria (o sean devueltos de allí). Desde estos medios se ha iniciado también una contracampaña contra los carteles del gobierno, que incluía pagar dinero a los que demostraran haber "eliminado" de alguna manera los carteles, lo que ha causado una gran polémica.

Si vienes a Hungría, sé bienvenido. Fuente: Nyugat.hu
Sin comentarios. Fuente: Propeller.hu

Szeged (una ciudad meridional) no es así. Fuente: Városi TV Szeged

Este se merece un premio. No es photosop, es un cartel real, muy buen currado, en la ciudad occidental de Szombathely, junto a la frontera austríaca: Si vienes a Hungría, ¿podrías traernos un primer ministro sensato? Fuente: Esti Újság


Más allá de las tonterías que suelta la oposición liberal y pseudoizquierdista, que a estas alturas tampoco es que sigan muchos húngaros (imaginad, en un primer momento se comportaron como si el problema no existiese y fueran todo imaginaciones del Fidesz, el partido en el poder), tiene más peso la opinión de Jobbik, la extrema derecha, ahora mismo el segundo partido en las encuestas y el único que parece poder desestabilizar el dominio de Fidesz. Jobbik sigue un discurso duro y agresivo contra los inmigrantes, lo que les va a servir para subir su apoyo entre los húngaros más perplejos ante la situación, aunque no olvidemos que ya se ha encargado el gobierno de ir calentando el ambiente con los carteles y las declaraciones fuera de lugar. Entre otras cosas, Jobbik pide por ejemplo la intervención del ejército en las fronteras; y desde el primer momento se ha opuesto a las zonas de tránsito y exige la creación de centros de acogida cerrados y lejos de zonas habitadas (Jobbik.hu). Entre la población, obviamente, hay de todo, pero los ánimos en las zonas cercanas a Keleti se están caldeando. Aunque no ha habido ningún incidente grave todavía, no es descartable que si aumenta la tensión pueda haberlo. En cualquier caso cada vez es más la gente que se indigna al ver la situación en Keleti (y que se indigna al ver a los refugiados allí).

¿Soluciones?
Teniendo en cuenta las razones y el lugar del que vienen la mayoría de los refugiados, el periodista iraní residente en Viena, Achim Agami, comentaba a la emisora húngara Infórádió una bastante absurda: que los EEUU y la UE actúen conjuntamente contra los terroristas y contra los países que apoyan el terrorismo. Un poco difícil cuando son precisamente estos países y sus amiguetes los causantes de todo el embrollo, con su política terrorista de bombardear países (en su mayoría laicos),  de montarles revoluciones de colores, o de financiar a los grupos insurgentes ultraislamistas (de los que huyen luego muchos de los emigrantes ilegales), véase el caso de Libia, Irak, Yugoslavia o Siria. Pero más claro agua: ¿de dónde vienen los refugiados? La gran mayoría de los que llegan a Hungría son de Siria, Afganistán y Kósovo. Huyen de sus países por la situación de guerra y de pobreza, y en la mayoría de los casos por miedo a los fanáticos islamistas. ¿Quién ha financiado el alzamiento del ISIS contra el gobierno sirio? Los EEUU y la UE (por mucho que intenten aparecer ahora como sus enemigos, pero la guerra en Siria no empezó hace mucho, todavía nos acordamos de sus orígenes, no han tenido tiempo de lavarnos el cerebro con la propanda de los medios). ¿Quién financió a los talibanes en Afganistán para cargarse el incipiente estado socialista y laico afgano? ¿Quién bombardeó Libia? (el estado más rico y con mayor nivel de vida de África, antes de los bombardeos, obviamente) ¿Quién bombardeó Yugoslavia y financió la creación de un estado independiente llamado Kósovo? Tragedias que han involucrado el destino de millones de personas, y que son las causantes de todo esto, que no va a acabar nada, nada bien...

Por cierto, una última cosa, como en todo, hay quien está haciendo su agosto con todo el asunto. Estas últimas semanas la Hacienda húngara ha realizado controles sobre negocios de la zona y han encontrado numerosas irregularidades. En muchas zonas directamente se estafa a los refugiados, por ejemplo ofreciéndoles un cambio de 200 forint por euro en lugar de los 310 oficiales (HVG).  Eso, claro está, sin hablar de los que se están llenando los bolsillos con el tráfico ilegal de personas a través de la frontera (del que hay sospechas está financiado por los EEUU, así lo afirman algunos medios austríacos - fuente: TeleSUR).

Fuentes (además de las indicadas en el texto): Index (1, 2, 3), Inforadio (1,2), Mandiner, Munkáspárt, Origo, Spíler

lunes, 10 de agosto de 2015

[Economía húngara] La trampa del PIB y la sumisión económica

Evolución del PIB en Hungría desde el segundo trimestre del 2012 hasta el primero del 2015. Fuente: Index.hu)

El gobierno húngaro, como cualquier otro, suele anunciar a bombo y platillo los datos positivos macroeconómicos, por ejemplo el PIB, que en los últimos meses muestran una tendencia al alza desconocida en años: desde finales del 2013 supera ininterrumpidamente el 3% de crecimiento respecto al año anterior; según los últimos datos, de mayo de este año, el crecimiento del PIB se mantiene en un 3,1% respecto al año anterior (index). Otro dato a tener en cuenta: el crecimiento de la producción industrial en junio, respecto al año anterior, ha sido del 11% (inforádió). Todo esto parece mostrar el éxito de la política del Fidesz, no olvidemos que hasta el primer trimestre del 2013 la economía húngara estaba en recesión. Por otro lado, es evidente que el crecimiento industrial es el que está elevando el PIB húngaro, y especialmente la industria automovilística, que ha crecido un 15,6% según los datos anunciados en mayo (index), lo que explica también el alza de las exportaciones, que en marzo del 2015 alcanzaron un record histórico (index). He aquí un artículo escrito por Péter Bodacz para el Magyar Nemzet (Nación Húngara) un periódico de derechas, tradicionalmente partidario del gobierno de Viktor Orbán, en el que se relativiza todo el asunto y se analiza el por qué de ese crecimiento y los problemas que plantea. El artículo puede entenderse también como un apoyo al discurso de mano dura del gobierno con las multinacionales. El original puede consultarse aquí, en la página del Magyar Nemzet

Portada del 10 de marzo del 2007 del Magyar Nemzet. Fuente: google.
HUNGRÍA EN LA TRAMPA DEL PIB

(Péter Bodacz, para el Magyar Nemzet, 5 de agosto del 2015)


Aunque la producción de Mercedes y Audi en Hungría corrige al alza en gran medida los datos del PIB, los dos consorcios automovilísticos alemanes apenas contribuyen al florecimiento de la economía nacional, dado que como empleadores, solo ofrecen un modesto sustento a sus trabajadores: en los últimos años han sacado del país casi un billón de forint en dividendos (unos 3,4 mil millones de euros), y además han recibido una ayuda estatal de 80 mil millones (unos 267 millones de euros) del presupuesto nacional húngaro. 

 Aunque las empresas automovilísticas presentes en Hungría contribuyen de manera extraordinaria al crecimiento de la producción nacional, del PIB, este indicador tan decisivo para el gobierno, la UE y los acreedores internacionales no revela gran cosa sobre la participación real de estos consorcios en el progreso de la economía y del nivel de vida en Hungría. De acuerdo a la experiencia parece que esta no es especialmente grande: los últimos días ha tenido mucho eco la noticia de que la empresa Mercedes-Benz Manufacturing Hungary S.L., en la ciudad de Kecskemét, ha pagado unos 20 mil millones de forint (casi 64 millones de euros) en dividendos a sus propietarios alemanes, la Daimler AG, una cantidad que se corresponde con el beneficio total de la empresa el año pasado (Magyar Nemzet).  

 Como se informaba,  hasta ahora los propietarios han sacado 33 mil millones de forint (algo más de 100 millones de euros) de la filial húngara, que funciona desde el 2012, la mitad del beneficio del primer año -casi 13 mil millones de forint (unos 42-43 millones de euros)- se alejó del país también en forma de dividendos. Esta cantidad supera en un 10% el capital invertido hasta ahora en el país por la propia empresa. Sin embargo la Audi Hungaria Motor S.L., supera con mucho a la estrella de Mercedes en cuanto a la salida de sus beneficios del país: en el año 2012, la filial existente en la ciudad de Győr, propiedad de Audi AG, transfirió 900 mil millones de forint (unos tres mil millones de euros) a las cuentas de sus propietarios alemanes; este año, en cambio, por el momento han sido tres mil millones en dividendos (unos diez millones de euros).

No exageramos: el país está en situación de sumisión económica.

Por lo tanto, estas cantidades -que en gran medida corrigieron al alza el PIB húngaro, una cuarta parte del cual es producido por las empresas automovilísticas- no contribuyeron en nada a mejorar la situación de la economía nacional. La debilidad de la economía húngara favorece, entre otras cosas, el comportamiento de las empresas que han firmado acuerdos estratégicos con el gobierno: uno de los principales objetivos del gobierno de Orbán es el aumento del crecimiento para gracias a él, elevar los por otro lado lamentables indicadores de ocupación laboral. Además la posición de las multinacionales se ve fortalecida por que influyen directamente en el PIB; si el "clima empresarial" se deteriora, reducirán la producción, lo que se reflejará inmediatamente en los indicadores, así como en los porcentajes de la deuda externa y de las finanzas nacionales en relación con el PIB. Lo cual empeorará las condiciones de financiación externa a las que puede acceder el país. Por lo tanto no es exagerado hablar de sumisión económica.

Como es de dominio público, Mercedes anunció en el 2008 que crearía en la ciudad de Kecskemét una nueva fábrica, y el gobierno de Gyurcsány (social-liberal) apoyó a la empresa con 30 mil millones de forint (unos cien millones de euros al cambio actual).

Ayuda estatal por las nubes
La producción iniciada en el 2012 ha aumentado año a año, en la actualidad cuatro mil personas trabajan en la fábrica, en tres turnos. Según informaciones no oficiales la mayoría de los trabajadores de la fábrica gana unos 200 mil forint brutos mensuales (670 euros), lo que representa una fracción mínima del sueldo de los trabajadores de Mercedes en Alemania, que realizan el mismo trabajo. Por otro lado, desde el inicio de la producción, la empresa ha pagado unos 200 millones de forint en impuestos (670 mil euros!!), y ha entregado a la ciudad de Kecskemét en concepto de ayuda unos cinco millones de euros, mil quinientos millones de forint.
Con Audi, las autoridades también han sido generosas: la empresa recibió en el 2011 45 mil millones de forint (150 millones de euros) de ayuda estatal, que por cierto fue examinada también por la UE. György Matolcsy, todavía siendo ministro de economía, hablaba de 11,2 mil millones de forint de ayuda en total (más de 37 millones de euros), pero el control de Bruselas sacó a la luz la cifra real, cuatro veces mayor.  En el 2014 el estado entregó 1750 millones de forint (casi 6 millones de euros) de ayuda para las secciones de carrocería y esmaltado de pintura, así como 330 millones (algo más de un millón de euros) para ayuda a la formación y 335 millones (1,2 millones de euros) para la puesta en marcha de un centro de formación. Además, las inversiones creadas a costa de esa ayuda, en parte, contribuyeron a que Audi fuera excluída de pagar impuestos en el año 2014. 

Al mismo tiempo es una buena noticia que mientras tanto, Audi ampliara su personal de 1800 empleados a 11 mil. Por otro lado, la compañía que puso sus pies en Győr en 1993, ha invertido en Hungría desde entonces un total de 6,75 mil millones de euros (unos 2 billones de forint a precios actuales), la mitad de las inversiones han quedado compensadas en los últimos años.

No les interesa invertir en Hungría
En relación con el comportamiento de los industriales, el economista Péter Róna, declaraba en una entrevista en nuestro periódico que las empresas multinacionales no tienen interés en invertir el beneficio obtenido en Hungría y creado gracias a una fuerza de trabajo más barata. El gobierno podría tener cierto margen de maniobra a la hora de firmar acuerdos estratégicos para convencer a las multinacionales consideradas como socios para que inviertan al menos en parte sus beneficios en el país. Es una exigencia justa que a cambio de las ayudas, las empresas sigan el mismo comportamiento aquí que en sus sedes centrales -declaró Péter Róna.

Fuente: Magyar Nemzet
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Durante la construcción de la fábrica de Mercedes en Kecskemét, foto del 2010. Fuente: Origo.hu

En los últimos años Hungría se ha convertido en un importante productor de automóviles en Europa (aunque, naturalmente, todas las fábricas están en manos extranjeras, no hay ninguna empresa húngara fabricante de automóviles). En Europa está detrás de Alemania, España, Rusia, Francia, Reino Unido, República Checa, Eslovaquia, Bélgica y Polonia. Se calcula que en el 2014 se produjeron en el país más de 400 mil vehículos (OICA).  En la actualidad en Hungría existen cuatro grandes fábricas de automóviles: Opel en Szenttgothárd (inaugurada en 1992, aunque en la actualidad solo fabrica motores), Suzuki en Esztergom (también desde 1992), Audi en Győr (desde 1994) y Mercedes en Kecskemét (desde el 2012). El principal productor "húngaro" es tradicionalmente Suzuki, ahora en crisis y cuya importancia ha descendido en los últimos años. Su papel lo han ido tomando Audi y Mercedes.