viernes, 11 de abril de 2025

La literatura revolucionaria húngara después de 1919 (parte 1)

(fragmento del libro Kis magyar irodalom történelem/Pequeña historia de la literatura  húngara, de                 Tibor Klaniczay, József Szauder y Miklós Szabolcsi, editorial Gondolat, Budapest, 1965)

 [entre corchetes mis notas personales]

 

"Viva la dictadura del proletariado". La comuna húngara, 1919. Acuarela de Albert Baky. 1º de Mayo de 1919, Budapest.  Fuente.

La caída de la República de los Consejos [la Comuna húngara, 1919] supuso un duro golpe para los autores de literatura progresista y revolucionaria. El brutal terror blanco no solo volvió imposible cualquier expresión literaria libre, sino que impuso persecución policial a todos los que habían apoyado no solo la República de los Consejos, sino incluso las ideas de la revolución burguesa. El grupo de escritores socialistas que se había formado en 1919 quedó completamente disgregado, parte de sus miembros fueron obligados a la emigración, otros fueron silenciados. Así pues, después de 1919 los escritores consecuentes de izquierda tuvieron que continuar su labor bajo nuevas condiciones, siguiendo nuevos métodos. La emigración se concentró en varias ciudades (primero Viena, luego Berlín, París, Bratislava, y, sobre todo, Moscú), se formaron diferentes agrupaciones de escritores y, por otro lado, incluso en Hungría, se fue creando una literatura revolucionaria que se enfrentaba a tremendas dificultades, materiales e ideológicas. Estas dos alas de la literatura revolucionaria [la presente en la emigración, y la que seguía en Hungría] solo estaban alejadas unas de otras en su aspecto físico: en los objetivos, en sus ideas, era una sola literatura. 

Esta literatura guardó en su sentido más íntegro la verdadera continuidad con 1919; el ánimo y las aspiraciones que caracterizan la obra de Ady [Endre Ady (1877-1919) creador de la poesía moderna húngara] y de sus contemporáneos sigue viviendo sobre todo aquí, aunque se enriquezca con nuevos elementos. Desde el punto de vista ideológico la caracterizan su inquebrantable carácter revolucionario, la descripción cruda de la realidad de Hungría, un verdadero internacionalismo, y el humanismo en su sentido más elevado. Antes que nada, los escritores socialistas buscaron nuevas formas de expresión, de acuerdo al momento del desarrollo histórico que vivían, muchos bebieron de las corrientes vanguardistas -aunque todas esas tendencias cristalizan en los años 30 en la literatura del realismo socialista húngaro. En numerosos casos, solo un periodo creativo de los escritores puede vincularse a la literatura revolucionaria, en otros, pertenecieron a ella durante toda su vida. 

La forma en la que existía esta literatura era peculiar, igual que lo era el camino de cada creador: a veces disponían de revistas y editoriales legales, a veces solo podían publicar versos en octavillas, en ocasiones el único medio era el boca a boca (todavía hoy hay obras que se han conservado solo por la memoria). Los escritores eran semi obreros del partido, semi revolucionarios profesionales, sus periodos creativos se veían interrumpidos por constantes encarcelamientos y persecuciones. Y aún así esta literatura consiguió crear grandes obras, y de ella surgió la más destacada figura de la literatura húngara de entreguerras: el poeta Attila József, digno compañero de Petőfi y de Ady. 


Attila József  (1905-1937). Fuente


Al mismo tiempo la literatura revolucionaria húngara estaba vinculada por miles de hilos con el resto de las corrientes literarias del momento, y es parte íntegra de la literatura húngara; también influye en los demás escritores, y a su vez se alimenta de otras obras, y no en menor medida de la literatura revolucionaria europea de los años 20, es más, es quizás la parte más europea de la literatura húngara. Numerosos hilos la unen a la literatura progresista alemana y francesa, está íntimamente vinculada a la literatura checoslovaca [bueno, estrictamente hablando hay literatura checa y eslovaca, pero literatura checoslovaca no] y a la literatura rumana, y en especial vivió en una curiosa simbiosis con la literatura soviética. 

Por literatura revolucionaria no entendemos solo a autores comunistas. Ellos eran la columna vertebral, la parte más consciente, pero había también otros que solo brevemente fueron parte de ella, los que siguieron su actividad en otros partidos o grupos del movimiento obrero y que representan tendencias diferentes. 

Las primeras brasas de la literatura revolucionaria húngara tras 1919 se encendieron en Viena. Aquí surgió la primera revista de la emigración, primero en manos burguesas, pero luego, durante un tiempo, también bajo influencia comunista: Bécsi Magyar Újság (Revista húngara de Viena). Luego surgieron otras: Akasztott ember (Hombre colgado), fundada por los que se marcharon de la revista Ma (Hoy) de Lajos Kassák [importante poeta experimental y artista húngaro, padre del vanguardismo húngaro, 1887-1967], bajo la redacción de Sándor Barta, y luego Ék (La cuña), y también Egység (Unidad), que representaba tendencias revolucionarias desde el punto de vista político e ideológico. La época está caracterizada por la mezcla de tendencias y visiones: la desilusicón causada por el fracaso de la revolución en muchos casos acaba produciendo entre los poetas voces anárquicas y deseseperanzadas en grado sumo, otros confían en una nueva comuna. La mayoría están bajo la infuencia de los florecientes "ismos" que viven su periodo de esplendor: constructivismo, cubismo, y poco después el surrealismo, los ecos de Becher [Johannes Robert Becher (1891-1958) poeta comunista alemán, escritor de la letra del himno de la RDA, posteriormente ministro de cultura en la RDA], Weinert [Erich Weinert (1890-1953), escritor comunista alemán, por cierto, luchó en las Brigadas Internacionales en España, uno de los autores fundamentales de la RDA], Ivan Goll [(1891-1950) escritor franco-alemán, uno de los fundadores del surrealismo], Blok [Aleksandr Blok (1880-1921), poeta simbolista soviético, destaca en especial su obra "Los doce"], el joven Mayakovski, Cendrars [Blaise Cendrars, (1887-1961), escritor francés de origen suizo], se escucha en sus versos; es como si los tiempos revolucionarios exigieran la superación de cualquier forma antigua. El ala de la revolución proletaria se vinculaba sobre todo al proletkult [movimiento artístico revolucionario y vanguardista soviético], y seguía sus principios. De este periodo efervescente destacan algunos autores que seguirían toda su vida siendo fieles soldados de la revolución. 

Revista "Ma" (Hoy), número de mayo de 1919. Redactores: Lajos Kassák y Béla Uitz. "Saludos, hombre en la revolución". Fuente

ALADÁR KOMJÁT  (1891-1937) jugó un importante papel en la época, es uno de los poetas más destacados de la literatura revolucionaria. Procedía de una familia de pequeños funcionarios, su padre era agente de impuestos, al que trasladaban continuamente de una parte de Hungría a otra, y de esta forma, el crío pudo conocer la vida de la provincia y de los campesinos. Fue al instituto en Fiume (hoy Rijeka, en Croacia), después en Budapest, y acabó siendo administrativo de una fábrica. El joven entra en contacto con el movimiento progresista estudiantil, y durante la Primera Guerra Mundial se relaccionaría con los socialistas de izquierda. Tras sus primeros versos, de tono afligido, se convierte en un ferviente activista del movimiento: escribe en la revista de Kassák versos en forma quebrada, con exclamaciones entrecortadas que expresan de forma cruda arrebatos llenos de fuerza y dibujan un mundo hecho añicos. Fue de los que en 1917 se marchó de Ma (Hoy); funda la revista 1917, y a finales de 1918 "La internacional", que sería el órgano de los jóvenes escritores que simpatizaban con el Partido Húngaro de Comunistas. Tuvo un destacado papel en la Comuna húngara de 1919. Tras su caída trabajó en Italia y entre 1921 y 1922 en Viena (donde empezó a redactar Unidad), desde 1922 vivió en Berlín, trabajando en el consejo de redacción de la revista Inprekorr de la Internacional Comunista, también colabora con el Bund proletarsich-revolutionärer Schriftsteller [en alemán; Asociación de Escritores Proletario-Revolucionarios; una organización de escritores existente desde 1928, vinculada al Partido Comunista Alemán]. Seguiría trabajando en Alemania hasta la llegada al poder del nazismo, después en Suiza, y finalmente emigró a Francia, donde falleció inesperadamente en medio de una ferviente actividad. 


Aladár Komját. Fuente


Su vida es la de un organizador incansable, la de un revolucionario internacionalista. Vaga de país en país, redacta revistas y agita; a la vez redactor y orador, poeta, traductor y ensayista. Su poesía, tras sus prrimeros pasos en estilo Sturm und Drang ["Tormenta e ímpetu", estilo literario alemán del siglo XVIII y precursor del romanticismo], se vuelve cada vez más clara: encuentra palabras conmovedoras para juzgar la guerra y llamar a la revolución, para hablar de un nuevo mundo en ciernes. La construcción de su verso, impregnado de ritmo, fuerza y activismo se mezcla acertadamente con la simplicidad, la energía y la sinceridad del pueblo. Su poesía tardía mantiene elementos activistas (gusto por las formas anárquicas, arrebatos, dicción cercana a la prosa) y es cada vez más clara, más madura. La situación evidente, el ánimo revolucionario, hablan por sí mismos en sus poemas, con un patos muy propio, la nostalgia por su patria lejana, la confianza en el pueblo, la evocación llena de intensidad del destino del obrero y el campesino húngaro, humillados y oprimidos, son elementos destacados de su estilo.

Su poesía es capaz de unir diferentes épocas con ingeniosos epítetos y frases: sus versos son la representación exacta del sabor y la crudeza de la vida. La fe en a inevitabilidad de la revolución en ciernes da fuerza interna a sus versos. Las desigualdades de su forma artística se explican por el alejamiento obligado de su patria. No solo es el poeta de la revolución húngara, sino también mundial: es el cantor de los obreros chinos, de los rebeldes de Hamburgo. A él podemos agradecerle la marcha más bella sobre la revolución española [se refiere a una canción húngara sobre las Brigadas Internacionales, "Los defensores de Madrid" (Madrid védői), con letra de Komját y música de Pál Arma (1905-87, músico francés de origen húngaro, también es conocido como Paul Arma)]. Tres volúmenes de versos ("Kiáltás!"/"!Grito!", "Mindent akarunk!"/"!Lo queremos todo!", ambos editados en Moscú en 1931, "Megindul a föld"/"La tierra se pone en marcha", editado en París postumamente, en 1937) dan testimonio de su lírica cada vez más rica. Junto a la inspiración política y la agitación revolucionaria también cabe en ella la verdadera voz sufriente del amor, así como la belleza de los paisajes. En sus ensayos literarios Komját se enfrenta por un lado a la literatura que se refugia en la soledad y se aparta del mundo, y, por otro, a los esfuerzos sectarios falsamente revolucionarios que lo rechazan todo y rehuyen la búsqueda de calidad.

"Grito" de Aladár Komját. Editado por la revista Ma (Hoy) de Lajos Kassák. Fuente 

[paro aquí, aunque de momento solo se ha hablado en realidad de un autor, seguiré en breve, mi idea es traducir toda esta parte del libro -que son unas 25 páginas, pero no voy a incluir los fragmentos de poemas, porque me iba a suponer un tiempo que no tengo-. Para finalizar, me gustaría añadir un par de cosas sobre el autor aquí mencionado, Aladár Komját, nacido en 1891 en Košice, actualmente en Eslovaquia, su nombre real era Aladár Korach -por cierto, su hermano era Marcello Cora, esperantista e ingeniero húngaro que residió durante varias décadas en Italia-. Durante la comuna húngara de 1919 fue miembro del directorio de escritores, y tras la caída de la comuna vivió en la ilegalidad hasta que fue detenido y deportado, en 1921. A su país ya no podría volver, aunque sí lo hicieron sus cenizas, en 1966, están depositadas en el cementerio de la Avenida Fiume en Budapest, y es curioso, ya que fue al instituto precisamente a Fiume-hoy Rijeka.]


("Los defensores de Madrid", canción revolucionaria húngara sobre la España Republicana)


2 comentarios:

Mannelig dijo...

Gracias por la entrada. Como amante de la literatura húngara en general, conocer parte de su intrahistoria es enriquecedor.

jozko dijo...

Gracias por el comentario y por leerte el artículo, Mannelig. Es una historia muy curiosa (también que, en realidad, Hungría haya tenido dos literaturas soviéticas, o haya habido dos literaturas soviéticas húngaras completamente diferenciadas, por un lado la de los refugiados en los años 20,30,40, obviamente con un fuerte carácter político; y, por otro, la de la Transcarpatia ucraniano-soviética, que era completamente diferente y no tenía ese carácter tan político)... De ésta también debería hablar algún día... Un saludo desde Budapest!