martes, 13 de octubre de 2009

El cuento de nunca acabar: Eslovaquia-Hungría (noticias, octubre 2009)

Hace mucho que no escribo de Eslovaquia y las relaciones húngaro-eslovacas y no precisamente por falta de acontecimientos, más bien al contrario. Solo que me cansa el envenamiento continuo de las relaciones entre los dos pueblos hermanos, porque es lo que son, aunque a muchos les pese. También porque quería dejar tiempo para que algunas cosas maduraran, a veces escribir de un acontecimiento actual nos impide el tener una perspectiva, y con lo delicado del asunto, no está demás pensar las cosas con la cabeza fría, algo que durante el verano y el mes de septiembre no han hecho ni unos ni otros.

Mencionaré solo por encima alguno de los capítulos del esperpento en el que se han convertido las relaciones entre ambos países en los últimos tiempos. Digo esperpento, porque otro nombre no merece, o sino veamos el escándalo de la frustrada visita del presidente húngaro László Sólyom a Révkomárom o Komárno, ciudad del sur de Eslovaquia con una mayoría de población húngara, para la inauguración de un monumento al rey húngaro Esteban, según los eslovacos, saltándose a la torera todas las reglas de la diplomacia, por lo cual lo interpretaron (unanimemente) como una provocación - además coincidía con el aniversario de la invasión del Pacto de Varsovia en 1968, en la que participó Hungría - y respondieron, ni más ni menos que prohibiéndole la entrada al país. El asunto, que un país de la UE le prohiba la entrada a un jefe de estado de otro país de la UE, ha sido tan escandaloso que incluso la prensa española se hacía eco de lo sucedido (véase por ejemplo El País, aquí hay un resumen en español de artículos de periódico). Aunque digamos también que Sólyom tiene por costumbre hacer este tipo de visitas, supuestamente privadas, a los húngaros de los países de alrededor sin contar con las autoridades del país en cuestión (en este caso las autoridades eslovacas ni siquera estaban invitadas al acto y Sólyom rechazó la posibilidad de encontrarse con el presidente eslovaco Gašparovič), en realidad estas visitas no tienen nada de privadas, sino que son actos públicos, lo que le ha buscado ya problemas con las autoridades rumanas y serbias. ¿Tanto costaba ser un poco diplomático? Si sabemos que los eslovacos van a reaccionar con desconfianza y que cualquier pequeño detalle va a ser usado para engordar la campaña antihúngara, ¿por qué desde Hungría, en vez de intentar serenar los ánimos, o mostrar que esos miedos son infundados, algunos - en este caso el presidente- se empeñar en gritar más alto, y en buscar un enfretamiento por cualquier nimiedad? Así que el escándalo ha sido de aupa. Después, como reacción, unos desconocidos atacaron el centro cultural eslovaco de Budapest. Así, poco a poco, unos y otros van poniendo su granito de arena para que el diálogo sea imposible. Y me temo que algún día nos tocará lamentarlo.

(El presidente húngaro Lászlo Sólyom, en el puente que lleva desde la parte húngara a la parte eslovaca de Komárom, justo después de que no se le permitiera la entrada en Eslovaquia. Foto: parameter.sk)

El otro gran escándalo de las últimas semanas ha sido propio de las novelas de Zamiatin, o de Orwell. La ley lingüistica eslovaca, un intento de regular el uso de la lengua eslovaca y de las minorías en el país y que incluye multas bastante onerosas para quienes no la cumplan. A partir de ahora, por ejemplo si un húngaro de Eslovaquia habla con un médico húngaro de Eslovaquia en un hospital de Bratislava, es obligatorio que ambos usen el eslovaco, en caso contario, pueden ser multados. En Hungría claro está se ha exagerado un poco el contenido de la ley (también tiene artículos en defensa de las lenguas minoritarias, pero de eso no se habla tanto), aunque el simple hecho de que alguien se plantee una ley así, me parece propio de enfermos. Miklós Duray, uno de los intelectuales húngaros nacionalistas de Eslovaquia más destacados, antiguo disidente, decía que ni siquiera en la época comunista a alguien se le había ocurrido una ley así. Los húngaros han intentado que la UE medie en el asunto, aunque a mí no queda muy claro si lo ha hecho o no (teniendo en cuenta que las dos partes se han quedado más o menos contentas con la mediación, a pesar de que no ha pasado nada, los eslovacos siguen en sus trece, no van a cambiar ni un ápice la ley, los húngaros siguen exigiendo que desaparezcan los artículos conflictivos)...

El único dato positivo es que los dos primer ministros decidieron reunirse para limar un poco las diferencias, lo hicieron en Szécsény en Hungría, y como suele ser en estos casos todos afirman haber convencido al otro sus puntos de vista. Bien es cierto que la prensa eslovaca ha atacado un poco la agresividad de Fico en el encuentro, aunque por otro lado las relaciones de Fico con la prensa eslovaca no son mucho mejores que con los húngaros, lo que se ha visto agravado por el comportamiento poco ético de algunos medios de prensa en algunos aspectos (por ejemplo bromas respecto a los problemas médicos de Fico). Por cierto, el alcalde de Balassa-Gyarmat, ciudad húngara en la frontera con Eslovaquia, por donde debía pasar el séquito eslovaco intentó prohibirle la entrada en la ciudad a Fico, o sea, darle un poco de su medicina al gobierno eslovaco. Por lo que parece, las idioteces son contagiosas.

(manifestantes húngaros de extrema derecha protestan en Szécsény ante la llegada de la comitiva eslovaca. Foto: Blikk)

Otra noticia de Eslovaquia: uno de los partidos de coalición en el gobierno eslovaco es el del borracho, y no me refiero a Yeltsin, sino a Ján Slota y a su Partido Nacional Eslovaco (SNS), de carácter ultranacionalista y principal abanderado de la lucha antihúngara en Eslovaquia (a falta de ideas viene bien eso de recurrir al malvado vecino húngaro o a la quinta columna de los húngaros de Eslovaquia). Como en los últimos tiempos se ha visto involucrado en numerosos escándalos, y por lo visto, Robert Fico, primer ministro socialista, está ya un poco harto de que cada cada vez que Slota abre la boca diga alguna sandez, o monte un escándalo con Hungría o cualquier otra cosa, parece ser que está planteándose el pasar olímpicamente del SNS - cosa que tenía que haber hecho desde el principio- , así que estos han recrudecido su lucha antihúngara, no sea que pierdan votos e influencia. Lo último ha sido que directamente han solicitado en el Tribunal Superior eslovaco la prohibición del principal partido húngaro de Eslovaquia, el MKP, por atentar contra la soberanía nacional. Sin comentarios, ... por cierto el ministro de educación de Eslovaquia es Ján Mikolaj, miembro del SNS, así se comprende el tema de la ley lingüística...

Más noticias de Eslovaquia. Híd (en húngaro), Most (en eslovaco)... ambas palabras significan "puente". Ya se comentaron un poco por encima los conflictos internos del MKP, el partido húngaro de Eslovaquia. Hace algunos meses importantes personalidades del partido se decidieron a abandonarlo y crearon Puente. Su líder Béla Bugár es quizás el político húngaro más popular de Eslovaquia y el único, digamos, digerible para los eslovacos. La empresa, aparentemente, es loable. Crear un partido que sirva de unión para húngaros y eslovacos y que se base en el respeto mutuo. Precisamente una de las cosas que criticaban a la actual dirección del MKP era su nacionalismo húngaro combativo.

Según las encuestas, el partido de los húngaros de Eslovaquia sigue siendo el MKP, el 49% de los húngaros lo prefiere frente al 23%, que apoya a Híd (mas un 22% de indecisos y un 5% de votantes a partidos eslovacos). Si Híd consiguiera atraer a cierto número de eslovacos, podría darse la circunstancia de que hubiera dos partidos "húngaros" en el parlamento, ya que la posición del MKP parece bien firme. Curiosamente si no se habla de partidos sino de popularidad de sus líderes, el de Híd, Bugár sigue siendo mucho más popular que Pál Csáky, líder del MKP (32,8% frente a un 10,8%). Quizás tenga que ver con que Csáky es uno de los políticos más odiados por los eslovacos, mientras que Bugár, por el contrario, tiene ciertas simpatías entre ellos.

Otra encuesta, la de la agencia Focus, esta vez, sobre intención de voto en todo el territorio eslovaco:

Smer: socialistas del primer ministro Robert Fico, SDKÚ-DS (democrata cristianos, oposición) : del antiguo primer ministro Ján Dzurinda. SNS (ultranacionalistas, en el gobierno): los del borracho, KDH (democratacristianos, oposición), MKP (Partido de la Coalición Húngara, oposición), de Pál Csáky. HZDS- Movimiento por Una Eslovaquia Democrática (derecha): el tercer socio de gobierno, del antiguo primer ministro Vladímir Mečiar (por cierto, ex-boxeador).

Smer conseguiría mejores resultados que en las últimas elecciones (entonces tuvo un 29% de los votos), sin embargo los socios de coalición bajarían algunos puntos. El principal partido de oposición, SDKÚ, bajaría bastante, desde 18,35% hasta un 13,40%. Pero el KDH conseguiría buenos resultados (en las elecciones se quedó en un 8,31%). El MKP húngaro se quedó entonces en un 11,7% (por encima del porcentaje de húngaros en la población eslovaca, ya que la abstención fue menor entre los húngaros), ahora, con la irrupción de Híd se quedaría en un 6,20%, pero contando ambos partidos llegan al 12%. (no intento compararlo con los resultados de las europeas porque la participación fue brutalmente baja).

En cualquier caso, la popularidad de Smer muestra a las claras la oposición existente a las políticas antisociales del gobierno anterior (de derechas, el MKP húngaro fue uno de sus miembros) y encaminadas, por lo que parece, única y exclusivamente a mejorar los índices macroeconómicos del país aun a costa de la población, y por cierto, a atraer importantes fábricas de automóviles al país, con ventajas fiscales impresionantes.

4 comentarios:

Oxandabaratz dijo...

¿Qué es esa bandera rojiblanca de los nacionalistas húngaros? ¿Qué significa? ¿Es simplemente una bandera del partido Jobbik?

Antonio dijo...

Hola Jose. ¡Cuánto tiempo! La verdad es que el hipernacionalismo húngaro (que tiene una fundamento histórico innnegable)siempre me ha resultado fascinante. La mayoría de los húngaros reclama sus derechos y manifiesta sus pesares a los cuatro vientos, pero a la hora de la verdad no quieren a sus vecinos étnicos más que para la propaganda y como pretexto de nuevas discusiones. ¡Acuérdate del referéndum sobre doble nacionalidad!. En fin, cada uno en su casa y Dios en la de todos. Un abrazo.

jozko dijo...

Hola Oxandabaratz!

En realidad es una bandera histórica húngara, de la casa Árpád, la casa real húngara medieval. Curiosamente es de origen español (la recibieron de regalo con no sé qué reina que era aragonesa - aunque no estoy seguro de este dato). Fue uno de los símbolos usados por los fascistas húngaros de los Cruces Flechadas y por eso en la actualidad lo usan Jobbik y otros grupos nazis. Ha habido algunos intentos para prohibirla ya que es símbolo fascista. Pero es difícil hacerlo porque en realidad es una bandera histórica anterior al nazismo.

Un saludo!

jozko dijo...

Hola Antonio!

Si,la verdad, llevo ya unos meses sin mucho tiempo para el blog, aunque los últimos días ha mejorado un poco la cosa. Respecto a lo que dices, así es, incluso algunos intelectuales húngaros han planteado la estupidez del asunto ("Serbia para los serbios" -incluyendo la Voivodina con población húngara-, por imitar el "Hungría para los húngaros" de Jobbik), pero las reacciones no han sido muy positivas. El problema es que no solo afecta a los húngaros, sino a todos los pueblos de la zona (o casi), y eso no nos permite ser muy optimista.

Un saludo desde Budapest!