domingo, 13 de abril de 2014

Elecciones en Hungría (II): El Fidesz se hace con los 2/3 del parlamento

Una semana ha habido que esperar para conocer los resultados definitivos de las elecciones húngaras, no es que la victoria del Fidesz estuviera en cuestión, en absoluto. Pero la mayoría de los dos tercios en el parlamento (que tiene cierta importancia porque algunas leyes solo pueden ser cambiadas si se dispone de esta mayoría) se ha decidido por un escaño, así que ha habido que esperar hasta los últimos votos para saber si efectivamente el Fidesz la tendría o no. Un distrito electoral de Budapest ha sido el determinante, allí el candidato del Fidesz, László Kucsák, iba ganando por apenas una veintena de votos, aunque al final su ventaja ha subido hasta los sesenta. Aunque aún quedan algunos votos por contar, ya no va a haber cambios significativos.


Viktor Orbán, en el acto del Fidesz en espera de los resultados. Fuente: Origo

Los resultados

Participación: 61,24% (algo inferior a la de las elecciones anteriores, del 2010, donde votaron más del 64% de las personas con derecho a voto). 7,9 millones de personas han tenido derecho a voto en Hungría, y algo más de 330 mil fuera (en total 8,25 millones de húngaros de Hungría y de otros países estaban llamados a las urnas).

Con el 99,82% de los votos escrutados (a día de ayer, 12 de abril del 2014) - entre paréntesis el resultado del 2010:

1. Fidesz-KDNP: 45,1% de los votos - 2,25 millones (52,7% - 2,7 millones)
2. Coalición social-liberal: 25,7% de los votos - 1,3 millones (--)
3. Jobbik (extrema derecha): 20% - 1 millón (16,7% - 855 mil)
4. LMP (ecologistas): 5,33% - 266 mil (7,5% - 380 mil)

Estos son los partidos que han conseguido entrar en el parlamento. Entre los que se han quedado fuera, el más votado ha sido el Partido Obrero (comunista), con el 0,56% de los votos, algo más de 28 mil votos (en las elecciones anteriores consiguió el 0,11% y no llegó a los 6 mil votos, pero no es una cifra comparable, ya que no pudo presentarse en todas las regiones del país, ahora sí ha podido). 

Un dato a tener en cuenta, muy importante, es que con el apoyo de la tercera parte de los ciudadanos con derecho a voto, el partido gobernante ha conseguido las 2/3 partes del parlamento.

Con estos resultados la composición del parlamento queda como sigue:

1. Fidesz-KDNP: 133 escaños
2. Coalición social-liberal: 38 escaños
3. Jobbik: 23 escaños
4. LMP: 5 escaños

(total: 199; los dos tercios son justo 133)

No comparo con los resultados de las elecciones anteriores porque se ha reducido drásticamente el número de parlamentarios desde los 386 hasta los 199 actuales.

Distribución de escaños en el Parlamento tras las elecciones. Fuente: Oficina Electoral Central

El número de escaños en el parlamento se calcula de dos maneras (más abajo, al final del artículo se explica el sistema electoral húngaro, que es bastante complejo): por distritos electorales unipersonales donde gana el escaño el candidato más votado y por listas nacionales donde los escaños se asignan dependiendo del porcentaje de votos del partido. Anteriormente los escaños de los distritos unipersonales se asignaban en dos vueltas, si uno de los candidatos no conseguía la mayoría absoluta en la primera era necesaria una segunda vuelta donde bastaba la victoria por mayoría simple; pero ahora el escaño lo gana el que tenga más votos en la primera. El número de escaños por cada sistema ha sido el siguiente (partido - escaños en distritos unipersonales - escaños por listas de partido - total):

1. Fidesz: 96 + 37 = 133
2. Coalición social-liberal: 10 + 28 = 38
3. Jobbik: 0 + 23 = 23
4. LMP: 0 + 5 = 5

(teniendo en cuenta que el primer dato es el de distritos unipersonales, eso quiere decir que solo el Fidesz y la Coalición social-liberal han conseguido ganar en algunos de esos distritos electorales, el Fidesz en 96 de ellos y los social-liberales en 10).

Como curiosidad, hay que tener en cuenta que por primera vez han podido votar los  húngaros ciudadanos de otros países que también poséen nacionalidad húngara, aunque solo podían hacerlo a las listas del partido. En la práctica significa que por primera vez han podido votar húngaros de Eslovaquia, Transilvania, Ucrania o Serbia en las elecciones en Hungría. Han sido unos 130 mil los votantes del extranjero (me refiero a votos válidos), y entre ellos ha arrasado el Fidesz (autor de la legislación que les permite el voto), con más del 95% de los votos. Jobbik ha sido el segundo partido más votado, con el 2,3% y la Coalición social-liberal ha conseguido solo el 1,2%.

Resultados por distritos electorales. Predominio absoluto del naranja de Fidesz. Entre los pocos distritos que se escapan al control del Fidesz hay varios en Budapest. Fuente: Oficina Electoral Central.
Resultados en los distritos de Budapest. Aquí la victoria del Fidesz no es tan evidente. Fuente: Oficina Electoral Central.


Valoración de los resultados

A pesar de que Fidesz baja en votos y en porcentaje (ha conseguido 500 mil votos menos), es evidente que su campaña ha sido un éxito, hoy por hoy no parece que nadie pueda hacerle sombra. La Coalición social-liberal ha fracasado en su intento de desalojarlos del poder, se han quedado muy lejos de los resultados que esperaban. Los escándalos de corrupción y su táctica populista (en el peor sentido de la palabra) les han afectado y no han sido capaces de sobreponerse a la propaganda del Fidesz, que tenía mucho que ofrecer (reducción de los precios en algunos servicios básicos a la población, inauguración de obras justo antes de las elecciones - especialmente la largamente esperada línea 4 de metro-, etc). Además seguramente su peso en el parlamento sea aún menor de lo que correspondería por sus diputados, ya que no van a formar un grupo parlamentario, sino que cada partido de los que compone la coalición irá por separado (es lo que pasa con las coaliciones meramente electoralistas, formadas aprisa y corriendo, con el único objetivo de quitar al primer ministro, Viktor Orbán, de en medio). El gran triunfador de la jornada electoral ha sido, sin duda, la extrema derecha, que parece consolidarse como la opción opositora más fuerte (dado el esperpento de la Coalición social-liberal). Jobbik sigue subiendo, a pesar de que las encuestas en un principio mostraban un estancamiento del partido, sin embargo, ha sido llegar la campaña electoral y han vuelto a subir. El caso es que han superado el millón de votos, y a pesar de que tienen menos escaños (por la reducción en el número de diputados del parlamento), es indudable que ha sido uno de los grandes triunfadores de las elecciones.  El LMP (Otra Política es Posible, ecologistas, centro-izquierda), también ha conseguido resultados relativamente buenos. Han bajado, pero teniendo en cuenta los conflictos internos, las escisiones y que las encuestas pronosticaban que se quedaban fuera del parlamento dentro de lo que caben han salvado los muebles.

András Schiffer, líder del LMP, anunciando los resultados de su partido. Fuente: Origo

En cuanto a las fuerzas extraparlamentarias, la principal ha sido el Partido Obrero (comunista), de Gyula Thürmer. En su página web hacían un análisis más bien optimista de los resultados (han multiplicado por cinco el porcentaje de votos y son el quinto partido del país), sin embargo ese discurso optimista obvia el hecho de que la comparación con las elecciones anteriores no es del todo justa, ya que en entonces solo pudieron presentarse en unas pocas regiones, mientras que ahora se han presentado en todo el país, y en eso ha tenido mucho que ver la suavización de las exigencias para presentar listas nacionales. En cualquier caso, lejos quedan ya las elecciones del 98, en las que el partido consiguió casi 200 mil votos, superando el 4% y quedándose a las puertas del parlamento. Muchos tienen la impresión de que Thürmer controla el partido a su antojo y está evitando su renovación. El propio Thürmer, que se presentaba también en un distrito unipersonal de Budapest, consiguió poco más de 500 votos (superando apenas el 1% en su distrito). De todas formas el panorama en la izquierda húngara es desolador. Naturalmente me resisto a considerar de izquierda a los socialdemócratas que han gobernado durante años realizando una política liberal (y en coalición con los liberales) totalmente anti-izquierdista, y esta no es solo mi opinión personal, también es la de muchos húngaros. Lo mismo digo del LMP, sin duda el partido más a la izquierda de los que están en el parlamento, pero que más bien sería una especie de UPyD, con tintes ecologistas y renovadores. Más allá, la verdadera izquierda se reduce a micropartidos en ruinas y sin mucha influencia, aunque el Partido Obrero, llegó a tenerla durante algún tiempo, mucho más de lo que su porcentaje de votos en las elecciones indicaba (recuérdese la campaña contra la privatización de la sanidad). Uno de los problemas de la izquierda, además de las cuestiones internas, es que la derecha ha adoptado un discurso muy a la izquierda en algunos asuntos (Fidesz habla de la bajada de precios, de la nacionalización de empresas, critica las multinacionales, etc; por no hablar de Jobbik, claro).  Por cierto, uno de los escándalos de la semana, aunque no relacionado exactamente con las elecciones, pero buena muestra de uno de los problemas que afectan a la oposición húngara,  ha sido la entrevista realizada en un canal cercano a la oposición social-liberal (ATV), a András Schiffer, el líder de LMP. La entrevistadora, Olga Kálmán, se empeñó descaradamente en llevar la discusión, en lugar de las elecciones, a la inauguración de un monumento en recuerdo de la ocupación de Hungría por parte de los nazis en la Segunda Guerra Mundial (el monumento ha sido criticado por muchos que piensan que es un intento de falsificar la historia, de intentar desviar las culpas del Holocausto hacia la parte alemana y no a Hungría, sin embargo es indiscutible que la política más agresiva contra los judíos en Hungría se debió sobre todo a la influencia alemana, y que la deportación masiva de judíos empezó en Hungría solo después de que los alemanes invadieran el país e impusieran un gobierno fascista húngaro; en cualquier caso el monumento no trata del Holocausto, sino que es en recuerdo de las víctimas de la invasión alemana). La oposición social-liberal ha intentado evitar la construcción del monumento, que empezó el pasado martes, ya que lo considera, poco menos que como una negación del Holocausto. Ante la sorpresa de la presentadora, Schiffer, contrario a la construcción, atacó a los partidos opositores, afirmando que Hungría tiene problemas más graves, como por ejemplo el paro, y que eso es solo una provación del Fidesz. La presentadora perdió completamente los papeles y se dedicó a atacar, incluso de manera personal, a Schiffer, que tuvo que dejar clara su postura repetidamente durante la entrevista: Hungría tiene problemas más importantes y la oposición haría mejor en analizar sus resultados electorales y en dedicarse a esos problemas, como por ejemplo, el crecimiento de la extrema derecha o el paro, antes que montar "circos" como el que hay alrededor del monumento. Afirmó también que la oposición no ha ofrecido un programa creíble durante las elecciones, solo la idea de que "no somos Orbán". Ante el escándalo e incomprensión de la presentadora, Schiffer calificó de "histeria exagerada" la preocupación por el monumento, y la presentadora, que hacía ya tiempo que había abandonado el papel de presentadora y no hacía más que intentar sacarle a Schiffer lo que ella quería oír, arremetió mencionándole incluso el respeto a los descendientes de las víctimas del Holocausto; Schiffer tuvo que recordarle en varias ocasiones que precisamente él es uno de ellos. Otra de las cosas que criticó Schiffer es que la oposición esté intentando mostrar a los partidarios del monumento como negacionistas del Holocausto (cuando el monumento en realidad solo hace referencia a la invasión de Hungría por parte de los nazis) y la presentadora le echó en cara que esa es la opinión de la extrema derecha (cosa que Schiffer negó). Al final la entrevista sobre los resultados electorales no llegó a producirse ya que la presentadora, que acabó hablando más que Schiffer, llevó en todo momento la charla en la misma dirección, mostrando su disgusto e incomprensión, a pesar de que Schiffer había dejado bien clara su postura, y de manera totalmente comprensible, desde el primer momento. El papel lamentable de la presentadora, ya criticada anteriormente por su descarado apoyo hacia los social-liberales, ha sido la comidilla de comentaristas y blogueros en internet y es un fiel reflejo de la actitud del principal grupo de oposición. Por supuesto,  las reacciones de algunos políticos de la oposición social-liberal (considerada en la prensa húngara como "de izquierdas") han sido llamativas, Zoltán Szabó (de la Coalición Democrática, uno de los partidos de la coalición social-liberal, creado por Ferenc Gyurcsány, exprimer ministro), ha llamado nazi y cosas todavía peores a Schiffer; otros han llegado incluso a amenazarlo. Como he comentado, aunque este incidente no tiene que ver exactamente con las elecciones, sí nos muestra de manera evidente algunas de las razones de por qué la oposición ha fracasado (el diagnóstico de Schiffer ha sido bastante correcto).

La polémica entrevista (en húngaro):




El sistema electoral húngaro

En su día se explicaron las particularidades del sistema electoral húngaro, considerado uno de los más complicados del mundo, pero como han cambiado algunas cosas, no está mal recordarlo. Como se ha comentado más arriba, se trata de un sistema mixto en el cual 106 diputados son elegidos según distritos electorales unipersonales y 93 son elegidos por listas de partidos o listas de nacionalidades. Es decir, el país está dividido en distritos electorales (106) a los que corresponde un diputado en el parlamento. El que gane las elecciones (con mayoría simple, y en una primera vuelta) ocupa ese puesto. Se puede presentar cualquiera que reúna 500 firmas (un ciudadano puede dar su firma a varios candidatos a la vez). Los ciudadanos votan en su distrito, de entre los candidatos individuales que se presentan en él, pero, a su vez, también pueden dar su voto a los partidos de la lista nacional de partidos o de las minorías étnicas (esto último es una novedad). En la lista no están presentes todos los partidos, sino solo aquellos que cumplen ciertas condiciones (tener candidatos en al menos 27 distritos, pero solo si además tienen candidatos en 9 provincias y en la capital; es decir, que si un partido tiene 27 candidatos, pero solo los consigue en 5 provincias - por ejemplo- no aparecerá en la lista de partidos). Los 93 diputados correspondientes a las listas de partidos o de las minorías étnicas se eligen de acuerdo al siguiente esquema: se cuentan los votos dados a la lista de partidos, los dados a las minorías étnicas, así como aquellos votos dados a candidatos de un partido en cualquier distrito, que no han servido para ser diputado (es decir, no se cuentan los votos del candidato ganador, pero sí los de los demás); también se suma la diferencia entre el candidato ganador y el segundo (restándole uno); eso sí, en cualquier caso, solo se toman en cuenta si pertenecen a algún partido (u organización étnica) y si han recibido como mínimo el 5% de los votos. El número resultante se divide por 93 diputados y después por 4. El resultado es la base para calcular los diputados de las listas de las minorías étnicas. Allí donde hayan superado este resultado consiguen un diputado. Después se resta a la cifra de 93 diputados el número de diputados que hayan conseguido las minorías étnicas (por ejemplo si consiguen 5, entonces la cifra restante será 88). Esta cifra son los escaños libres para los partidos de la lista nacional, que se hace siguendo el sistema D'Hont (como en España). Un ciudadano no puede votar en la lista nacional y en la de las minorías a la vez, debe decidirse por una. Las minorías étnicas reconocidas que no consigan escaño en el parlamento, podrán enviar un portavoz (habrá 13 portavoces, dado que ninguna organización en representación de las minorías étnicas ha conseguido diputado). Algunas asociaciones han criticado este sistema porque perjudica a las minorías étnicas (ya que tiene más peso el voto a listas de partidos que el de la lista de minorías). Como puede verse, todo muy sencillo y muy fácil... (nótese la ironía).  Y encima se supone que los cambios introducidos recientemente han mejorado el sistema y han reducido las posibilidades de errores y trampas (!!!).

Activistas de Jobbik en un acto de la organización fascista en Gyöngyös. Fuente: Origo

Fuentes: ATV (1,2),  Híradó, Magyar HírlapMagyar Nemzet, Mandiner.hu, Munkáspárt, Oficina Electoral Central, Varios artículos de la Wikipedia (1,2)

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