Hace ya más de un año se tradujo en Crónicas Húngaras la charla de uno de los más destacados rusistas europeos, el húngaro Tamás Krausz, en una conferencia internacional celebrada en Moscú, llamada "20 años sin la URSS. Lecciones y desafíos para el futuro". Quedó pendiente la sección de preguntas del público, y por falta de tiempo el proyecto quedó en el aire, hasta hoy. He aquí la continuación. Como puede verse, la mayoría de los participantes estaban muy interesados por las peculiaridades del caso húngaro. La primera parte del artículo, con la charla de Tamás Krausz, puede consultarse aquí.
Naturalmente, ni que decir tiene que desde Crónicas Húngaras no se comparte el análisis de Tamás Krausz, pero es uno de los intelectuales húngaros más destacados y , a pesar de todo, dice cosas interesantes y a tener en cuenta. Caso especial merece el punto en el que critica a los socialistas húngaros... no olvidemos que Krausz estuvo en el partido socialista hasta hace bien poco, y precisamente el periodo que está criticando es aquel en el que aún estaba dentro del partido. Desde Crónicas Húngaras tampoco se comparte ni su visión de la Hungría socialista ni mucho menos la de Stalin o la URSS, aunque se reconocen sus esfuerzos por desmitificar la historia de la URSS y el socialismo.
Naturalmente, ni que decir tiene que desde Crónicas Húngaras no se comparte el análisis de Tamás Krausz, pero es uno de los intelectuales húngaros más destacados y , a pesar de todo, dice cosas interesantes y a tener en cuenta. Caso especial merece el punto en el que critica a los socialistas húngaros... no olvidemos que Krausz estuvo en el partido socialista hasta hace bien poco, y precisamente el periodo que está criticando es aquel en el que aún estaba dentro del partido. Desde Crónicas Húngaras tampoco se comparte ni su visión de la Hungría socialista ni mucho menos la de Stalin o la URSS, aunque se reconocen sus esfuerzos por desmitificar la historia de la URSS y el socialismo.
Libro de Tamás Krausz: Stalin, vida y época. Fuente: Universidad de Szeged |
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P. Linke (director del Fondo Rosa Luxemburgo en Rusia): Mi pregunta
hace referencia al nacionalismo húngaro. ¿En qué medida es, en su
opinión, un fenómeno característico del desarrollo postsoviético? ¿En
qué medida puede ser resultado del desarrollo específico del socialismo
hasta la década de los ochenta del siglo pasado? Y una segunda cuestión:
¿Cómo se interpretan y diferencian en los medios culturales húngaros los
términos patriotismo y nacionalismo?
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T.K.: Este nacionalismo, por su contenido ideológico se remonta a los
años 30. Puedo decirlo con toda seguridad. Sus símbolos, su lógica de
pensamiento, su imagen del arte, de la cultura, etc, se remontan a
Horthy, a los Cruces Flechadas, a Mussolini, etc. Pero en las
circunstancias actuales es una respuesta al proceso de Globalización.
La gente no conoce las fuentes del nacionalismo, pero sabe que Hungría,
desde el punto de vista económico, como país, ha dejado de existir. Ya no
hay un país, en términos económicos, llamado Hungría. O como suele
decirse, es un país vendido. El capitalismo nacional no es importante
dentro del sistema del capitalismo global. Nuestros grandes
capitalistas, que siempre van ondeando en nuestro país las banderas del
nacionalismo, se dedican a invertir más dinero en Varsovia o en otros
lugares, pero como capital nacional solo existen en las cabezas del
gobierno y solo de palabra están dispuestos a defender los intereses
nacionales de Hungría. Y esto tiene sus consecuencias -muchos piensan que se
puede restablecer la independencia económica del país. Pero a fin de
cuentas esto es imposible dentro de los marcos de la UE y además no vale
la pena. Y puede ser todavía peor porque ser obrero para
el capital nacional es algo peor incluso que ser obrero para el capital
alemán de una fábrica de automóviles. Las condiciones sociales y todas
las demás son mejores en este último caso.
Respecto
a su segunda pregunta. Puedo decir que hoy en día en Hungría es
imposible diferenciar entre nacionalismo y patriotismo. El patriotismo
es un concepto del régimen anterior, del gobierno socialista. No digo
que no se use la palabra patriota, pero la expresión "nacionalismo étnico"
- de la palabra etnicum, etnos, es un término medieval y nuestros
estudiosos usan precisamente este término, lo cual, a mi modo de ver, es
una completa idiotez. El concepto etnicum, etnos, caracteriza las
relaciones parentales y tribales y en la actualidad, todos los pueblos
de Europa Oriental, desde el punto de vista ideológico, viven en un
renacimiento etnonacionalista, en una embriaguez etnonacionalista. Todos
dicen: somos el etnos, el etnos especial. Y todos estos etnos,
naturalmente, son una idiotez, pero no se habla del patriotismo, sino de
las tradiciones étnicas. Y me imagino que es lo mismo aquí.
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B. F. Slavin (Universidad Pedagógica Estatal de Moscú): Tamás, ¿en qué
situación están en la actualidad las cooperativas en Hungría?
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T.K.: Entiendo que esta pregunta está relacionada con el hecho de que
Hungría, a finales de los años ochenta ocupaba el sexto lugar de Europa
en cuanto a sus sector agrícola y ahora nuestra economía agraria está en
ruinas. En los años noventa del siglo XX destrozaron todo nuestro
sistema de cooperativas agrícolas. Todavía en 1989 se consiguió incluir
en la nueva constitución un artículo que permitía
fábricas y cooperativas autogestionadas, pero al año siguiente, el nuevo
gobierno capitalista y nacionalista anuló dicho artículo. Y aunque en
el parlamento por aquel entonces todavía existía una fracción de
socialistas y, de hecho, el ex-primer ministro durante el régimen socialista, Miklós
Németh, un comunista, se pasó al lado de los capitalistas y
llego incluso a votar contra las peticiones socialistas, junto a la
mayoría de los liberales y los nacionalistas. Así que ya entonces todo
quedó claro, aunque formalmente solo a partir de 1996 fueron liquidadas
las cooperativas jurídica y políticamente, y también en la práctica. En la
actualidad no queda ni una sola cooperativa en funcionamiento en
Hungría.
Historia de la URSS, Tamás Krausz. Fuente: Bookline |
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V. Mezhúiev (Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias de
Rusia): ¿Cómo se puede explicar más en profundidad el resurgir del
nacionalismo, no solo en Hungría, sino en muchos países, y en particular
en Rusia? ¿Se puede explicar solo económicamente o como herencia de
los años 30? ¿No le parece que hay razones más profundas? Esta es la
primera cuestión. La segunda, ¿qué se puede oponer al nacionalismo, si,
como ha quedado claro, ni el liberalismo ni el socialismo, como se ha
visto, no han podido hacerlo?
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T.K.: La vieja ideología legitimista, el marxismo-leninismo, ha muerto
junto con todo el sistema. Y en definitiva es necesaria una nueva
ideología, si la ideología liberal no funciona, porque es imposible con
los métodos liberales acabar con la explotación y el robo de la
plusvalía a los obreros, entonces es necesaria otra. ¿Y cuál puede ser?
Excepto el nacionalismo, en Europa Oriental y también en Rusia, hablando
sinceramente, yo no veo ninguna otra ideología más que el socialismo.
¡Pero intente hablar directamente en Hungría de socialismo!
- Réplica del auditorio: ¿Es peligroso?
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T.K.: Sí, lo es. Hay distintos tipos de castigos. Yo quiero en estos
momentos publicar un libro con el provocador título de "Percepción
marxista de la historia", y espero que no me "den una paliza", porque yo
ya estoy bastante viejo. Pero los jóvenes, incluso los que son
marxistas, no se atreven a decir directamente "somos marxistas". Dicen
"historiadores del marxismo". Porque todo se ha venido abajo. Ustedes en
Rusia también lo saben, si alguien habla del socialismo en seguida le
acusan de estar por el régimen anterior, aunque digas que ya entonces
estabas en contra de tal o cual cosa, o que hables de que ya en tal
época reflexionamos sobre las nuevas concepciones del socialismo,
esto no importa, porque la nueva máquina propagandística es mucho mejor
que la antigua y más efectiva. Ya que es nacionalista y pluralista. Cabe
desde el fascismo a diversos tipos de nacionalismos, todos ellos tienen
lugar.
Así
que en Hungría esto es poco habitual, aunque claro, en Rusia la cosa es
más fácil, ya que tienen la Gran Guerra Patria, pero en los estados
bálticos o en Hungría la cosa es mucho más difícil, incluso en Polonia
es más fácil, ya que Polonia luchó en el lado de los Aliados durante la
Segunda Guerra Mundial.
En
Hungría, a diferencia de Alemania, donde hubo ya en 1966 un proceso por
el asunto de Auschwitz, en Hungría, y también en la URSS, nunca antes,
por muchas razones, se habló sinceramente sobre el Holocausto, y tampoco
se discutió del tema en la sociedad. Es un hecho. Y ahora nos toca
beber este té amargo.
- L.A. Bulavka (Instituto Ruso de Culturología): En una sociedad la cultura siempre se presenta como un reflejo del sistema político. ¿Qué situación hay en Hungría respecto a la cultura?
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T.K.: Es una cuestión interesante. La cultura -en el estricto sentido
de la palabra- ha permanecido. Desde el sistema anterior. La literatura y
otras cosas de ese periodo sigue siendo accesible en cualuier tienda.
Para los canales de televisión del plan cultural, educativo y colectivo,
sencillamente no hay donde coger materiales, excepto en el régimen
socialista. La nueva cultura no existe. Y lo que hay es simplemente una
cultura de propaganda, del Peep Show. Dos millones sobre un total de
diez miran cada tarde algún programa semejante. Los reality show son la
nueva cultura, en Hungría, claro. El pueblo los ve...
Recuerdo que en Hungría la gente leía a Tolstoi en el metro en los años setenta, ahora ya no leen.
- L.A. Bulavka: ¿Cómo es de famoso en la actualidad el extraordinario director Zoltán Fábry?
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T.K.: Zoltán Fábry ya murió, pero sus trabajos se siguen considerando
de gran valor. Pero otros directores como Jancsó, Károly Makk, István
Szabó y otros fueron muy famosos en los años setenta y
ochenta, pero ya están casi olvidados. Jancsó cumplió el mes pasado
ochenta años y ni siquiera informaron en la televisión.
- Pregunta del público: ¿Y recuerdan a Lukács en Hungría?
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T.K.: !Y tanto que lo recuerdan! Por ejemplo le acaban de retirar el
nombre de Lukács a una calle. Puede que los franceses e ingleses puedan
de alguna forma protejer sus revoluciones, pero en Hungría, el
presidente de la Academia de Ciencias ha dicho que el marxismo es algo
ajeno a la civilización humana.
- M. Rubinchik: ¿La medicina es de pago?
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T.K.: Si tienes dinero, sí, entonces es de pago. Sino es necesario
hacer cola incluso para cualquier análisis rutinario con algún
especialista bastante corto de miras.
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Pregunta: Respecto a la lengua. El húngaro es una lengua muy específica
y limitada solo territorialmente a Hungría. ¿Cómo se manifiesta la
política del nacionalismo étnico en la calidad de la vida cultural?
-
Es cómo Usted puede imaginarse. Nuestro nacionalismo es muy cerrado
porque desde el punto de vista lingüístico estamos vinculados a la
familia fino-ugra de lenguas. Pero esto no significa, naturalmente, que
entendamos a los estones o fineses, si acaso hay dos o tres palabras que
se pueden entender, pero incluso esto es discutible. Por ejemplo
"kala", "hal", que significa pez, yo lo puedo entender, pero es que esta
palabra se usa rara vez en finés.
En
Hungría, todo el partido fascista está organizado en base a rechazar
los acuerdos de Versalles, la así llamada paz de Trianón, tras la
Primera Guerra Mundial, porque Hungría perdió los dos tercios de su
territorio. Y ahora, después de noventa años, todo el partido se
construye sobre eso y encima gracias a eso consiguen tantos éxitos,
porque el partido socialista ha destruido su propia base obrera y
estos obreros, hay que decirlo sinceramente, se han pasado al lado de
los fascistas, en lugar de luchar contra la propiedad privada
capitalista injurian a los gitanos y apoyan el antisemitismo.
Pregunta: Los disidentes húngaros neomarxistas, que se basaron en
Gamsci, Lukács, como el profesor Kotz comentó, en los años ochenta, de
pronto se volvieron liberales, yo no los voy a nombrar, usted también
los conoce. Ellos viven todavía, ¿dónde? ¿están arrepentidos viendo lo qué
pasa en su país? Y eso que era una lucha ideológica muy seria.
-
T.K.: Ellos son tal y como los tienen ustedes también. Al principio
todo estaba muy bien, solo que la élite política y el pueblo no han asumido correctamente la variante liberal. Así que ellos no han aprendido
nada, no han entendido nada, siguieron adelante por el camino
anticomunista. Sin ningún análisis serio. Se van modernizado. Ayudan al
nuevo régimen aunque como liberales lloran por el predominio del
nacionalismo, pero siguen llevando adelante la lucha contra el marxismo.
Yo tengo en consideración la opinión de esta gente, porque cuando
estaban en la oposición, en el régimen socialista, pronosticaron muchas
de las tendencias negativas. En 1983 escribían por ejemplo que la URSS
sufría no de tener mucho socialismo, sino de demasiado poco socialismo. Y
ahora estos mismos hablan el lenguaje ideológico postmoderno. Incluso
dicen cosas como que el nacionalismo es producto del comunismo y
cosas así. Que ahora hay democracia y antes había una dictadura. Y yo
siempre les he dicho que en los años 60, después de Lukács, estos
liberales que se encontraban en la oposición, pudieron crear sus
conepciones filosóficas, pudieron llevar la lucha filosófica en dos
frentes, contra el estalinismo y contra el capitalismo. Hoy ya al
periodo completo de socialismo estatal se lo considera estalinismo.
Y
ellos siempre discuten de las fases del estalinismo... Y claro, en el
simple estudiante levantan la impresión de que todo el periodo del
socialismo fue estalinista. En vano les explico que
cuando estuve en la URSS, en 1972, alguien me acusó de trotskista y no me
expulsaron de la URSS, es más pasé tres meses en el país. Ellos piensan
que yo les pinto color de rosa el antiguo régimen socialista. Y echan
toda la historia del socialismo en el saco de la violencia y el terror.
Dicen que yo justifico el sistema del GULAG y soy un estalinista, aunque
como historiador fui el primer húngaro en escribir en el antiguo régimen un
libro acusando a Stalin, e incluso fue publicado en la URSS en 1989. No
puedo hacer nada contra eso, así es la época, y ya pasará...
"Stalin", de László Béládi y Tamás Krausz. Fuente: Könyvekamiket |
- Pregunta: Dígame, cuál es la causa del fenómeno Slavoj Žižek.
-
Precisamente lo publicamos a menudo, para ser sinceros. Incluso hemos
puesto en nuestra página web su charla en Nueva York sobre la acción
"Ocupa WallStreet". Allí habló muy bien. Es un camarada muy simpático.
Ahora no quiero analizar sus libros, por falta de tiempo, pero cité uno
de ellos en mi obra sobre Lenin, que acaba de salir ahora en Moscú, en
ruso. Perdón por hacerle propaganda.
-
Mijail Kropotkin: Tamás, en tu charla ha sonado la frase - vender
Hungría. ¿Cómo concuerda eso con el crecimiento de la popularidad de los
nacionalistas? Y una segunda pregunta, si en el país hay un 50% de
paro, y no hay izquierda, ¿cómo se puede entender eso?
-
T.K: Es necesario decir aquí que la izquierda se ha desacreditado a sí
misma tanto como los social-liberales. Ellos estuvieron ocho años en el
poder, y se llamaba a sí mismos "izquierda". Después de eso ¿cómo
podemos esperar que un simple obrero húngaro se considere de izquierdas?
Si es que ellos han hecho todo lo que las organizaciones liberales
internacionales le exigían al gobierno. Lo han hecho todo. Por
supuesto, los nacionalistas también lo hacen, pero ellos al menos ofrecen
una "poción" nacional, esto es importante, ¿lo entiende? Tienen una
pócima. Gitanos y judíos. Siempre nos hablan del tema, incluso en el
parlamento. No sé cómo decirlo en ruso, pero en Hungría, en el
parlamento se injuria a los judíos. Aunque todos saben que el capital
israelí es un 2 o un 3% del total en el país. Según esto habría que
injuriar a los alemanes o a los franceses, pero solo se hace con los
judios y con los gitanos. ¿Por qué? Porque el gobierno nacionalista está
compuesto de millonarios, oligarcas diría en ruso. Han robado todo lo
que han podido. Por ejemplo, la mujer de Orbán es poseedora de un
inmenso patrimonio. Tierras de labor, aldeas, montes. ¿Cómo es posible?
Seguro que es una mentira inventada y descarada.
En
Hungría hay muchas organizaciones de izquierda que se encuentran en la
periferia política y social, casi con aspecto de pequeñas sectas. Pero
desde el punto de vista teórico, la crítica anticapitalista en Hungría
es fuerte en la actualidad. No olvidéis que todos somos hijos de Lukács
en el sentido estricto de la palabra. Nuestra revista más destacada,
Eszmélet tiene muy buenas relacciones con sus amigos en Moscú, con los
compañeros de Alternativy, ya desde hace veinte años.
Fuentes: Alternativy
Fuentes: Alternativy
3 comentarios:
Muy interesante, aunque concuerdo contigo en no estar de acuerdo en unas cosas como la crítica al de "stalinismo".
Gracias por traérnoslo
Pues sí. Es indudable que Krausz sabe de lo que habla, pero no estoy de acuerdo con su análisis de la URSS ni de la figura de Stalin. El propio Krausz tiene algunas cosas un poco "raras". Por ejemplo fue un disidente (de izquierdas, marxista) en la época socialista.... pero luego estuvo militando en el partido socialista hasta el 2009. Vale que fuera de su sector crítico de izquierdas... pero es un poco fuerte que tuviera que esperar hasta el 2009 para desilusionarse del partido socialista, después de que este hubiera gobernado Hungría junto con los liberales entre 1994-1998 y entre el 2002 y el 2010. Respeto la figura de Krausz desde el punto de vista de que es un gran rusista y en sus textos intenta desmontar las falsificaciones sobre la historia del socialismo y la URSS... pero no puedo estar de acuerdo con su visión de Stalin y de la historia de los países socialistas. Ni tampoco con su visión de la actualidad húngara (es líder de el referente de IU en Hungría, Izquierda Unida Húngara, que adolece de los mismos problemas que IU en España, empezando por su "simpatía" hacia los socialistas). Un saludo, camarada y amigo!!
A mi me pareció muy interesante su exposición. Tengo mi postura sobre el estalinismo pero en realidad su crítica hacia este no me parece peculiar.
Es curioso que ahora mencione que se vuelve a leer a Lukacs. en los años 80 Rafael Poch mencionaba que sus discípulos y alumnos se habían ido a occidente, por lo demás no se mencionaba y ni siquiera se hacía referencia, lo peor era que había personas entusiasmadas con ...Ortega y Gasset.
El tema del nacionalismo como lo expone tiene algunas partes en los que está de acuerdo, además del sector de la disidencia. Es triste que al final lo que quería la intelectualidad era aferrarse a una posición acomodada y nada más.
El futuro de Hungría lo sigo viendo negro.
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