Como se ha vuelto tristemente habitual en los últimos años, se ha celebrado este sábado en Budapest, entre medidas extremas de seguridad, la marcha de gays y lesbianas. Lamentable que una tradición de más de diez años de marchas en las que no ha tenido lugar ningún problema, se haya venido abajo gracias a la pandilla de animales fascistas que en los dos-tres últimos años se han hecho con las calles de Budapest. En esta ocasión ha policía ha preparado un dispositivo de seguridad sin precedentes, con calles enteras cortadas no solo al tráfico rodado sino también a los peatones, y blindadas con vallas metálicas, para poner lo más lejos posible a los participantes de la marcha de los manifestantes de extrema derecha, y evitar que pudieran arrojar piedras, huevos y otros objetos. Controles policiales en numerosos puntos de la ciudad, estaciones de metro cerradas, etc... medidas todas ellas, por desgracia necesarias para defender los derechos de unos húngaros, frente a la agresividad, intolerancia e infinita mala educación de otros que en realidad desprecian su propio país y a sus compatriotas (lo digo porque he tenido la ocasión de hablar con algún lumbreras de estos). Lo único positivo del día es que esta vez, gracias a las medidas de seguridad los fascistas no han podido agredir a los participantes en la marcha (la policía ha aprendido de las nefastas experiencias de los dos últimos años), así que a los vándalos no les ha quedado más remedio que organizar una batalla campal contra la policía que ha tenido que usar gases lacrimógenos y cañones de agua. Más de treinta personas han sido detenidas. Lo peor el apaleamiento por parte de tres energúmenos de una pobre chica que esperaba el tranvía después de la marcha, porque llevaba una camiseta con propaganda sobre la marcha. Como vemos, todo un ejemplo de valentía por parte de estos defensores de la patria. Por cierto, echando un vistazo a ciertas páginas de extrema derecha, llama la atención que todavía tienen la cara de hablar de agresividad policial. En fin, sin comentarios.
Una vergüenza que una minoría agresiva sea capaz de enturbiar la convivencia en una ciudad tan maravillosa como es Budapest. Una vergüenza para toda Hungría.
Nota: el dibujo que encabeza esta entrada lo he tomado de la wikipedia.
Una vergüenza que una minoría agresiva sea capaz de enturbiar la convivencia en una ciudad tan maravillosa como es Budapest. Una vergüenza para toda Hungría.
Nota: el dibujo que encabeza esta entrada lo he tomado de la wikipedia.