El 14 de mayo comenzó en Bratislava la conferencia del Globsec (Foro de Seguridad Global), en ella, estuvieron presentes, entre otros, los cuatro primeros ministros de los países integrantes del grupo de Visegrád (Chequia, Eslovaquia, Hungría y Polonia), y como se sospechaba desde un principio, la noticia más importante fue la discusión que tuvo lugar el 15 de mayo entre el primer ministro polaco Tusk, y el húngaro, Viktor Orbán, sobre la cuestión ucraniana.
Países del grupo de Visegrád. De norte a sur: Polonia, Chequia, Eslovaquia y Hungría. Fuente: Wikipedia. |
Todo esto es actual por la situación de los 200 mil húngaros que viven en Ucrania, que deben recibir la doble nacionalidad, deben recibir derechos colectivos y también la posibilidad de la autodeterminación. Esto es lo que esperamos de la nueva Ucrania en formación, que por otro lado, tiene todo nuestro apoyo en todo aquello que lleve a una nueva Ucrania democrática.
La reacción del gobierno golpista ucraniano, que recordemos, tiene ministros fascistas y está masacrando a la población rusa, no se hizo esperar y llamó a consultas al embajador húngaro. Otros líderes europeos, especialmente el primer ministro polaco, Donald Tusk, se mostraron disgustados con la opinión de Orbán. Para dejar claro sus palabras, el primer ministro húngaro insistió en que los húngaros de Ucrania tenían derecho a la doble nacionalidad (Ucrania la prohibe), a recibir derechos colectivos y a la autonomía.
Antes del encuentro en Bratislava, Tusk avisó que una de sus tareas allí iba a ser leerle la cartilla a Orbán por sus palabras. Y así fue. En su discurso en el Globsec, Orbán afirmó que dado que Ucrania depende de la ayuda occidental, se le puede exigir perfectamente el respeto a los derechos colectivos de los húngaros de Ucrania. Tusk respondió que hay un orden de prioridades, y lo primero ahora es afrontar la "agresión" rusa y ya habrá tiempo después para hablar de la democracia ucraniana A eso Orbán respondió que hay que apoyar a Ucrania, pero no sin condiciones, y recordó que lo primero que hizo el gobierno ucraniano fue eliminar la ley que protegía las lenguas de las minorías étnicas (entre ellas el húngaro). Tusk aceptó que esa fue una medida lamentable, pero resaltó que no se había llevado a cabo porque el presidente Turchínov no llegó a firmarla y por lo tanto Orbán lo que estaba haciendo al mencionar el caso es darle credibilidad a la propaganda rusa. Ante la pregunta de qué derechos debería darse a los húngaros en Ucrania, Orbán replicó que eso era cosa de los húngaros de Ucrania, no de ninguna autoridad extranjera. Frente al discurso de Tusk (para algunos, Rusia siempre es culpable), Orbán planteó que "Europa no puede ser exitosa sin tener una relación
normal con Rusia. Nuestro interés común es la cooperación". Más tarde Tusk habló de la necesidad de crear contingentes de
tropas norteamericanas y de la OTAN en los países europeos para "frenar
la agresión rusa". Eso no gustó a los demás del grupo. Algunos días después tanto Chequia como Eslovaquia han aclarado que no desean tener en su territorio presencia de tropas extranjeras.
También se habló mucho de gas. Orbán apoyo decididamente los planes
gasísticos rusos resaltando que dado que la UE no ha apoyado el proyecto
Nabucco, a Hungría no le ha quedado otra posibilidad que apoyar el
South Stream. Y además anunció que Rusia acabaría cortándole el gas a
Ucrania (como realmente ha sucedido) porque los rusos están hartos de que los ucranianos no paguen o roben el gas.
En cualquier caso quedó claro que la postura radical polaca no tiene mucha aceptación en el grupo de Visegrád. Los primeros ministros de los otros países integrantes, Chequia y Eslovaquia están más preocupados por el problema del gas. Robert Fico (socialdemócrata, primer ministro de Eslovaquia) apoyó la postura de Orbán, mientras que el primer ministro checo, Bohuslav Sobotka prefirió no tomar partido evidente, se limitó a comentar generalidades y a resaltar la necesidad de la colaboración energética.
Tusk, Orbán, Fico y Sobotka, primeros ministros de Polonia, Hungría, Eslovaquia y Chequia respectivamente, en la reunión del Globsec en Bratislava, la capital de Eslovaquia. Fuente: 444.hu |
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El texto anterior se basa sobre todo en un artículo del portal 444.hu. Se trata de un portal de noticias radicalmente contrario a Orbán y que en el conflicto con Ucrania está teniendo una postura directamente rusófoba hasta el absurdo (o más bien el ridículo), por ejemplo dedicándose a sacar a la luz en húngaro textos propagandistas norteamericanos sobre la realidad ucraniana (por poner un ejemplo un par de lamentables artículos del pseudo-historiador Timothy Snyder, llenos de prejuicios típicos de los norteamericanos sobre los rusos, Snyder es de esos que no se corta a la hora de manipular ni a la de mencionar a Stalin venga o no a cuento).
Respecto a la discusión en sí, Orbán será lo que sea y se le pueden criticar muchas cosas, pero en este caso me parece que su postura es mucho más razonable que la de Tusk, o al menos tiene un poco en cuenta los intereses de los húngaros de Ucrania. A pesar de ser Tusk el que acusa a Orbán de apoyar la propaganda rusa, en realidad el discurso de Tusk es mucho más propagandístico y además manipulador de la realidad. No olvidemos que el conflicto ucraniano se inicia por un golpe de estado apoyado por los EEUU y la UE, que derroca a un gobernante corrupto, pero elegido democráticamente y en su lugar sienta en el gobierno a gobernantes corruptos, no elegidos democráticamente y encima fascistas. Es lamentable que Tusk hable de la tragedia ucraniana y se olvide que esa tragedia es sobre todo que el gobierno criminal de Kíev esté bombardeando a civiles en la parte Este del país, con el mayor descaro, y sin que la UE levante la voz contra la matanza (y en cambio no hacen más que amenazar a Rusia con sanciones). ¿Cuánto civiles han muerto ya por los bombardeos del ejército o las persecuciones de las bandas fascistas que sostienen al gobierno de Kíev? ¿Cuántos periodistas han matado las tropas de Kíev? ¿Nos olvidamos de la matanza de Odessa (que por cierto fue anterior al encuentro en Bratislava) organizada por los perros de presa fascistas del gobierno? ... Pero claro, para el señor Tusk, el problema es una supuesta agresión rusa y ya habrá tiempo después de hablar de democracia...
Respecto a la ley de las minorías étnicas, no nos olvidemos de una cosa. Una de las primeras medidas del gobierno ucraniano fue borrar esa ley. Es cierto que esa decisión fue anulada... pero no por el gobierno, sino porque el presidente en funciones, ante las presiones internacionales y el jaleo que se montó, viendo la debilidad del país, decidió no firmarla. No se trata de que el gobierno ucraniano rectificara nada, ni de una muestra de buena voluntad del gobierno fascista, se trata de que viendo la debilidad del país, y que el Este se les rebelaba, el presidente decidió posponer la decisión para otro momento.
En el periódico Le Monde, refiriéndose al desencuentro entre Tusk y Orban, se
ha llegado a publicar que "Tusk habla de derechos humanos y libertad, los
demás hablan de intereses", en un ejercicio de cinismo de lo más descarado que he visto (por cierto ha sido mencionado por varias fuentes en Hungría, por ejemplo aquí). Es cierto que Tusk habló en la
conferencia de que en Ucrania hay guerra, se dispara, la gente está
muriendo, pero acusó a Rusia de ser culpable de eso, olvidándose de la
responsabilidad de la UE y los EEUU en ese tema, del golpe de estado, de
los fascistas en el poder en Ucrania (la misma UE consideraba hace un
par de años que Svoboda, que tiene unos cuantos ministros en el
gobierno, eran un grupo fascista), y sobre todo, de que los que están
disparando principalmente son el ejército ucraniano, siguiendo las órdenes de las autoridades ucranianas, que no se está
cortando un pelo en bombardear ciudades y matar civiles.
Por cierto, ahora mismo el gobierno del señor Tusk está a un paso de irse al garete por los escándalos... la prensa ya menciona la posibilidad de elecciones anticipadas en Polonia... (véase un artículo del periódico eslovaco Pravda de hoy mismo).
3 comentarios:
La política de Tusk no difiere mucho de los Kaczinsky ahora uno se da cuenta. Al menos en materia exterior. La rusofobia de los polacos es tan penosa que van a cometer los mismos errores que han llevado el país al desastre numerosas veces.
Al último Anónimo:
Gracias por el enlace. La subo como noticia al blog. Un saludo!!
Totalmente de acuerdo, Carlos. Siempre he pensado que si los polacos fueran razonables, lo primero que harían sería ajustar cuentas con su clase dirigente. Pero claro, es más fácil culpar a los rusos o a los comunistas. Por lo demás lo mismo pasa en el caso de Hungría. Un saludo y gracias por tu comentario.
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