sábado, 4 de mayo de 2013

¿Cómo ha resurgido la pobreza en Hungría?

LA POBREZA EN HUNGRÍA A LA LUZ DE LOS DATOS MACROECONÓMICOS

(Artículo de Tamás Morva en la edición húngara de la revista digital LE MONDE diplomatique)

Es un dato conocido que en el periodo de entreguerras Hungría era un país agrario, con escasa industria, y entraba dentro del grupo de los países más atrasados y pobres de Europa. Junto a la riqueza de una delgada capa de aristócratas, latifundistas y capitalistas, la mayor parte de la población vivía en una completa inseguiridad existencial, pasando hambre y en unas condiciones de vivienda brutales -de hecho solía llamarse a Hungría el país de los tres millones de mendigos. La Segunda Guerra Mundial, que se saldó con casi un millón de víctimas mortales en Hungría, alrededor del 10% de la población total del país,  no hizo más que aumentar la pobreza, las pérdidas materiales se estiman en el 40% del patrimonio nacional. El nuevo régimen, creado después de 1945, debía sacar al país de esta situación. 

La reforma radical de la tierra, llevada a cabo en 1945, destruyó las relaciones agrarias feudales, la rápida reconstrucción de los daños causados por la guerra y la nacionalización de la gran industria sentaron las bases para el crecimiento económico, un aumento sensible del nivel de vida y la supresión de las desigualdades sociales. Entre 1950 y 1989 se llevaron a cabo profundos cambios tanto en la estructura económica como en las relaciones sociales. El desarrollo de cuatro décadas, aunque no estuvo libre de conflictos y conmociones, en lo fundamental, fue uno de los periodos más largos y exitosos de la historia para el desarrollo de Hungría; el desempleo, a excepción de los primeros años, se convirtió en un problema como mucho temporal y marginal, la productividad y el nivel de vida se elevaron  sensiblemente en relacción con los periodos anteriores, mejoró la situación de la vivienda, a la vez que desaparecía el fenómeno de la gente sin hogar, y gracias al desarrollo de carácter socialista, en su mayor parte, desaparecieron las diferencias de clase. 

El punto débil del desarrollo económico húngaro fue el desequilibrio en el comercio con los países capitalistas. La discriminación (al ser un país socialista), las pérdidas por la cotización infravalorada de la moneda húngara, la dura competencia en los mercados internacionales y las debilidades de la capacidad exportadora de Hungría, que solo mejoraba a ritmo lento, causaron siempre dificultades que se fueron presentando en diferentes fases,  dependiendo del periodo. El importante comercio exterior realizado con la URSS y los otros países del CAME alivió el problema, pero debido a las dificultades causadas por un desarrollo similar, estos países solo podían encontrar un beneficio limitado de su comercio mutuo. A finales de los años setenta y en los años ochenta, el agravamiento de los problemas económicos de la URSS y de Hungría obligó a la dirección del país a una apertura hacia los países occidentales. El punto final de este camino fue el cambio de régimen, cuyos métodos, la privatización, la venta del patrimonio nacional  a un precio ridículamente bajo y la destrucción física de una parte fundamental de este, la introducción sin ningún tipo de obstáculos de capital extranjero, las indemnizaciones a los antiguos propietarios, la rapacidad de la gran burguesía en formación, así como las esperanzas incumplidas en cuanto a la incorporación a la UE, llevaron a un rápido resurgimiento del desempleo masivo y a la aparición y agravamiento de las desigualdades sociales, y en definitiva al empobrecimiento de amplias capas de la sociedad. 

El trasfondo económico

El bienestar social depende ante todo de los resultados productivos. La primera víctima de la privatización fue la gran industria, cuya producción bruta, en 1992 era un 22% más baja que en 1989, después, al principio lentamente, más tarde a un ritmo rápido alcalzó el doble que su nivel anterior. Esto fue causado sobre todo por el flujo de capital extranjero y por la producción de las empresas de propiedad extranjera; en el 2008, la crisis mundial acabó con esta tendencia, y la producción industrial en el año 2009 cayó drásticamente.  

Los cambios afectaron a la agricultura en mucha mayor medida y con mayor persistencia. La producción agrícola en 1993, su punto más bajo, fue un 35% inferior que en 1989, y hasta el año 2000 se movió a este nivel. En veinte años la producción agrícola no ha conseguido alcanzar los resultados de la época socialista. El sector comercial, financiero, los servicios económicos y administrativos se han ampliado y ha aumentado su peso en el PIB. Por la influencia de estos sectores, en casi diez años el PIB alcanzó el nivel anterior y en el 2008 lo superaba en un 35%, pero a consecuencia de la crisis ha vuelto a bajar y ahora no llega al 27% sobre el nivel de 1989. En definitiva, el ritmo de desarrollo medio de los últimos 20 años ha sido de 1,2%, frente al 5,2% medio de los años 60-70. 

El gráfico Nº1 muestra la evolución del PIB y de la producción industrial y agraria.

Línea azul: PIB; verde: producción industrial; roja: producción agrícola. Véase que el PIB en general solo recupera en el año 2000 el nivel de 1989, la industria en cambio lo hace en 1997, pero la agricultura no lo ha hecho todavía. Fuente: LE MONDE diplomatique


A consecuencia de los cambios espontáneos las relaciones creadas entre las distintas ramas productivas durante décadas se han venido abajo. Un ejemplo extremo de esto es el vuelco del equilibrio entre la producción agrícola y la cabaña ganadera, que las reglamentaciones de la UE para apoyar unilateralmente la producción agrícola no han hecho más que agravar, hasta el nivel que se puede ver en la tabla 1. Este hecho se ha llevado por delante los efectos positivos de la ayuda, porque el forraje para animales, vendido antes a precios más altos, practicamente se ha vuelto invendible, y la indemnización al menos parcial de los propietarios, ha producido un aumento del gasto público.

La tabla 1 muestra el índice de producción agrícola y de cabaña ganadera tomando como base el año 1960. Hungría, que antaño fue la despensa de la Monarquía Austro-Húngara, ahora en numerosas ocasiones debe importar de Austria y otros países leche, carne y productos cárnicos elaborados. La situación se ha vuelto más grave por la caída de las granjas locales y de la producción familiar para consumo propio, porque estas granjas suponían el aumento de la seguridad existencial de muchas familias. El gran aumento en el precio del agua, del grano y del abono, de los animales de granja y de otros productos, así como las medidas que han imposibilitado la venta del pequeña sobreproducción de estas propiedades, precisamente han dificultado a las capas más empobrecidas que puedan ayudar a sus familias.

 Tabla 1, sobre la producción agrícola y ganadera.

Base: 100 (año 1960). Primera columna: producción agraria. Segunda: ganadera. Fuente: LE MONDE diplomatique


 Nivel de vida y desempleo

El cambio del PIB determina en gran medida el consumo de la población y su nivel de vida.

Gráfica 2

Línea verde: consumo per cápita. Roja: sueldo real. Azul: valor real de las pensiones. Como puede verse, hay que esperar hasta 1999 para que el valor real de las pensiones alcance el nivel de 1989. Sin embargo en cuanto al consumo ese nivel solo se alcanza en el 2001, y los sueldos reales solo lo alcanzan en el 2002. Fuente: LE MONDE diplomatique.

La curva de las gráficas 1 y 2 no son iguales, pero se puede percibir que el nivel de vida sigue, aunque a cierta distancia, el PIB. En los primeros seis años se produjo un fuerte descenso, después un gran crecimiento, pero en el 2007 se acaba esa tendencia y con la crisis empezó la caída. En el 2009, 20 años después de la caída de régimen, el consumo por persona es solo el 16% superior, los sueldos reales el 13% y las pensiones reales el 23% del nivel de 1989, sin embargo el crecimiento del PIB fue del 27%. La diferencia entre el desarrollo del PIB y del nivel de vida se explica por la renovación de los bienes inmuebles envejecidos y el crecimiento de acumulación, así como el servicio de la deuda, en aumento.


La diferencia entre el desarrollo del valor real de las pensiones y del PIB es el menor, quizás porque por razones políticas todos los gobiernos húngaros se han esforzado en tratar de manera cuidadosa las pensiones. El primer año tras la caída del régimen, en la época de las jubilaciones en masa, el MDF no se atrevió a reducir el valor real de las pensiones. Los gobiernos socialistas también han protegido en mayor o menor medida a los pensionistas. La reducción de los sueldos reales ha sido de mayor calibre, debido a la presión de un desempleo galopante sobre los que aún poseen trabajo, y la desorganización y absoluta pasividad de los sindicatos, desacostumbrados a la lucha de clases.

Con el comienzo de la privatización espontánea, todavía a finales de los ochenta, hace su aparición también en la economía el fenómeno del desempleo. Y a comienzo de los noventa se vuelve algo establecido y habitual, a pesar de las reformas en el sistema de cálculo sigue subiendo, y desde la nueva crisis se vuelve algo aún más general, afectando a todas las capas de población trabajadora.  Crece también el desempleo permanente y el porcentaje de los que viven de la ayuda social. El porcentaje de ocupados en Hungría es espectacularmente bajo y el trabajo ilegal, extendido por doquier en el país, solo lo explica en parte, porque este fenómeno no es algo exclusivo de Hungría. En el 2009 en los países de la UE la media de ocupación para la población de edades comprendidas entre 15 y 64 años era de un 65% de media, en Hungría del 55% y el porcentaje de parados alcanzaba el 11%.

Consumo de alimentos

Los indicadores básicos sobre el nivel de vida tampoco muestran un panorama alentador, pero además los datos promediados esconden un proceso de rápida diferenciación. En unos pocos años han surgido propiedades de centanares de millones o miles de millones de forint, las clases media-altas, en los últimos veinte años, han mejorado significativamente sus condiciones de vida, sin embargo, en los demás grupos sociales se ha creado una pobreza impensable hace treinta o cuarenta años.  Un signo visible de esto es la aparición en las grandes ciudades de los sintecho y de mendigos en número creciente, pero es que además la miseria se ha vuelto masiva en varias regiones, especialmente en la zona nororiental del país, algunas zonas de la Gran Llanura (Alföld) y la zona sur del Transdanubio, pero  podemos encontrar aldeas empobrecidas, donde no hay en absoluto ninguna posibilidad de trabajo, desperdigadas por todo el país. Diversos estudios calculan el número de niños que pasan hambre y que solo gracias a la escuela pueden acceder a alimentos en 250-500 mil en todo el país.

Los datos de consumo de alimentos per cápita también muestran el grado de pobreza (tabla Nº2).

Columnas: Año - carne y otros preparados cárnicos - Leche y productos lácteos - Huevos - Grasas - Harina, arroz - Azúcar - Patata - Verduras y frutas. La fila inferior muestra el consumo en el 2008 en porcentaje respecto a 1989. Fuente: LE MONDE diplomatique
Respecto al consumo de alimentos, incluso las clases pudientes tienen ciertos límites en el consumo. A pesar de eso es evidente que el consumo de las clases empobrecidas es inferior a la media nacional, mientras que el de los pudientes, está por encima. El descenso pronunciado en el dato de las primeras seis columnas muestra el empobrecimiento de toda la sociedad. La medida del cambio oscila en los años intermedios que no aparecen en la tabla (dependiendo, por ejemplo, del nivel de precios del año en cuestión), pero muestran la misma tendencia que los años resaltados. Un dato relevante es que el ascenso del nivel de vida mostrado en los indicadores entre el 2000 y el 2007 (gráfico 2), no es perceptible en el consumo de alimentos, es decir, incluso en este periodo, no se ha producido una elevación general del nivel de vida, sino al contrario, el empobrecimiento ha continuado. El aumento en el consumo de patata lo demuestra, porque la patata es un alimento típico de las capas pobres de la sociedad. Es posible que influya también la popularización de los restaurantes de comida rápida, especialmente entre los jóvenes. Finalmente es sorprendente y contradictorio el aumento destacado en el consumo de verduras y frutas. Las verduras pueden jugar el mismo papel que la patata. Sin embargo es de suponer que el cambio en el consumo de frutas juega el papel decisivo en el consumo en esta categoría.  Junto a las frutas locales, en muchos casos en su lugar, ha crecido de manera rápida el consumo de frutas meridionales importadas, a pesar de que el precio de estos productos es especialmente alto. Sin embargo, en relación con las décadas anteriores, la oferta ha crecido e incluso sus precios son favorables en comparación con estas épocas.

La inflación

En gran medida, el proceso de empobrecimiento fue iniciado y sostenido por una brutal inflación de los precios al consumo, con la que los ingresos altos se mantuvieron a la par, o la superaron en crecimiento, mientras que el aumento de los ingresos más bajos se mantuvo siempre por debajo de la inflación. Los precios al consumo subían ya desde mediados de los ochenta, es decir, la inflación se inició aun antes del cambio de régimen. Como puede verse por el gráfico 3, en 1989 los precios ya subieron un 17%, mientras que el record se produjo en 1991, con un 35%, después siguieron subiendo a un ritmo decreciente, hasta llegar a otro repunte, con el 28%. A partir de entonces se inició un descenso sostenido hasta que en el 2007, por influencia de la crisis, el proceso de estabilización se frenó y de nuevo los precios aumentaron un 8%, alcanzando un tope temporal.

Inflación por años, respecto al año precedente (100%). Fuente: LE MONDE diplomatique
Tenemos una imagen más profunda del curso de la inflación si -como hicimos en el caso de los indicadores reales- la analizamos en función del nivel de 1989. En un gráfico de estas características se dibuja bien visible la tendencia acumulativa de la inflación, dado que su fuerte aumento en algunos años sitúa la base de comparación en niveles altos.

Inflación acumulada respecto a 1989. Fuente: LE MONDE diplomatique
La línea superior del gráfico 4 muestra el precio al consumo de la energía para los hogares, la siguiente la de los servicios, después la de precios en general, seguida de la de ropas y la inferior representa la de productos de consumo duradero. Falta la evolución de precios de productos alimenticios, bebidas alcohólicas y tabaco, así como otros artículos y combustible, pero a esta escala no aparecerían representados, por eso no han sido incluidos.

El gráfico 4 muestra el impulso inicial de la inflación, reflejado por la gráfica anterior con toda exactitud, al mismo tiempo puede verse que pese a su ralentización y al ritmo anual descendente, la inflación ha continuado, así como lo complejo que resulta detener e invertir un fenómeno de estas características.

En la inflación se puede percibir también el cambio en la estrutura de consumo. El precio del agua, el gas y la energía eléctrica, la calefación y el servicio de agua caliente,  ha subido de forma dramática, lo que afecta de manera especialmente grave a los hogares de bajos ingresos. A este grupo pertenecen también los alquileres, aunque debido a la escasa oferta de viviendas de alquiler, su peso en este grupo es relativamente pequeño. A diferente ritmo, aunque también más rápido que la media, han crecido los precios del resto de servicios. Al mismo tiempo el precio de los artículos textiles y de consumo durarero (electrodomésticos y artículos del hogar) tras un crecimiento medio inicial han ido quedándose por debajo de la media, es decir, se han vuelto relativamente baratos.

Esto muestra la tabla 3, en la que podemos ver cuántas veces eran mayores los precios en el 2009 respecto a 1989. Si tenemos en cuenta que este proceso ya se había iniciado anteriormente, la base de comparación es ya alta, entonces está claro cuánto ha perdido nuestra moneda en cuanto a su valor.

Tabla 3. Precios en el 2009 respecto a 1989 (100 forint). Datos de las filas: Precios al consumo en total. Alimentos y bebidas no alcohólicas. Bebidas alcohólicas y tabaco. Artículos textiles. Artículos de consumo durarero. Energía en los hogares y agua. Otros artículos, combustible. Servicios. Fuente: LE MONDE diplomatique


Exigencias importadoras y orientación de las exportaciones

La transformación de las relaciones de propiedad y de la estructura productiva ha producido un crecimiento de la exigencia de importaciones en la economía. La gráfica 5 muestra el crecimiento de las exportaciones e importaciones en paralelo con el del PIB. 

Gráfica 5: Línea azul: Importación. Línea roja: Exportación. Línea verde: evolución del PIB. Fuente: LE MONDE diplomatique.

En la evolución de los primeros años, caracterizada por un gran descenso de la economía, el crecimiento dominante es el de las importaciones, hasta el 2005. Entre el 2003 y el 2008 el crecimiento de las exportaciones se acelera hasta que en el 2006 supera a las importaciones (en cuanto a crecimiento). El balance positivo en el comercio exterior llega solo en el 2009, curiosamente en plena época de crisis económica. Mientras que las importaciones en el 2009 bajaron un 0,83% respecto al año anterior, las exportaciones "solo" bajaron un 0,87%, lo que produjo una balanza positiva de 1056 mil millones de forint. (Nota del autor:  en 1989, el año tomado como referencia, se produjo un superavit comercial en precios corrientes de 47,8 mil millones de forint). Sin embargo, si analizamos conjuntamente los 20 últimos años, mientras que el PIB ha crecido un 1% anual de media, las importanciones lo han hecho en un 6,2% y las exportaciones en un 6,7%. Dado que estos datos no están expresados en el valor de la moneda en ese momento, sino que se reflejan al volumen de cambio, muestran realmente un extraordinario crecimiento del intercambio comercial con el extranjero, incluso si tanto las importaciones como las exportaciones elevan la circulación interna de materiales y piezas de las empresas multinacionales. 

El país está demasiado abierto para su nivel de desarrollo, y esto es una carga muy pesada, porque en relación con su valor de compra en el mercado interior, el curso del forint es débil, por eso en cada forint exportado se acumula una pérdida de precio, en cambio las importaciones las compramos relativamente caras. Por lo que respecta  al saldo interno de las multinacionales, no disponemos de esos datos, pero es de suponer que sus precios están establecidos de manera que les sean más beneficiosos.

Los datos de 1989 y 1990 del cambio estructural del comercio exterior desgraciadamente no son comparables debido a los cambios en el sistema de análisis de datos y precios. No podemos establecer cómo ha cambiado la importación y exportación de productos de consumo, ni su saldo. Los datos reunidos a continuación (tabla 4) nos dan sin embargo una orientación sobre los cambios fundamentales.

Tabla 4 - Filas: Alimentos. Energía (vectores energéticos). Materiales y productos industriales. Máquinas, medios de transporte. Columnas: Primero se indican las importaciones, después las exportaciones. Fuente: LE MONDE diplomatique.

En la estructura de las importaciones la variación fundamental se ha producido en la industria, y dentro de ella en los cambios en porcentaje de máquinas y medios de transporte. El hecho es en parte explicable por los cambios fundamentales, en parte a consecuencia de la imposibilidad de comparar los datos. En 1989 solo se incluían en este apartado la importaciones de bienes de equipo, mientras que en las estadísticas posteriores a 1990 se incluye también la importación de materiales y piezas de empresas productoras de maquinaria de propiedad extranjera. Además de esto, naturalmente, la importación de bienes de equipo, vehículos y otros medios de transporte también ha crecido.

Los indicadores de la exportación muestran los cambios desde otro lado. Numerosas ramas de la industria local, por ejemplo de la industria ligera y de maquinaria, han desaparecido, lo que lógicamente ha tenido como consecuencia la supresión de estas exportaciones, y en su lugar ha hecho aparición la fabricación y exportación de vehículos de empresas en manos extranjeras. Otro elemento fundamental del cambio estructural es la caída de la exportación de productos de origen agrario. Este proceso está vinculado a los datos ya mencionados anteriormente sobre el descenso de producción, lo que se ha traducido en una fuerte reducción del peso de estos productos en las exportaciones, y por lo tanto tienen un peso muy limitado en ellas.

Los datos sobre los cambios del saldo temporal de la balanza comercial pueden verse en la tabla 5.

Tabla 5. Saldo de la balanza comercial en los distintos periodos. El primer dato se da en miles de millones de forint (a precios corrientes), y el segundo en porcentaje respecto a la exportación. Fuente: LE MONDE diplomatique.



La mejora relativa (y puede que solo temporal) del saldo comercial ha tenido lugar demasiado tarde y cuando el nivel era demasiado elevado, como para poder mejorar la situación financiera del país y el grave estado de su economía. 

La política de apertura radical al exterior ha llevado a un grave y permanente endeudamiento, y en definitiva a la dependencia nacional. La deuda bruta externa pasó de 21,3 mil millones de dólares a finales de 1989 a 28,9 mil millones de euros a finales del 2000 y ha llegado a 103,4 mil millones de euros a finales del 2009. A la vez el servicio de la deuda ha pasado del 11,1% del PIB en el 2000, al 20,8% en el 2009. En la deuda ha bajado el peso de la administración y en su gran mayoría se trata del endeudamiento de empresas privadas, sin embargo afecta a toda la población. 

El endeudamiento del país limita gravemente el nivel de vida y de consumo de la población y si no se produce una condonación o arreglo en cuanto a la deuda, las consecuencias en un plazo imprevisible impedirán cada vez más tanto el desarrollo de la economía, como el de las inversiones o el nivel de vida. En función de las tendencias actuales hay que contar con una continua extensión y profundización del paro y la pobreza. Las desigualdades cada vez mayores de propiedades e ingresos no hacen más que aumentar la tensión en la sociedad. Antes de la caída del socialismo una parte de los economistas occidentales y locales señalaban a la economía planificada como chivo expiatorio por el endeudamiento, sin embargo las políticas seguidas después, la espontaneidad del mercado, no solo no ha solucionado este problema, sino que lo ha empeorado.

Pasado y futuro

Los fenómenos analizados demuestran que el empobrecimiento no es algo temporal, ni es consecuencia de los errores o del desmantelamiento de un sistema u otro de prestaciones sociales, sino que es parte orgánica de las bases del sistema, de las relaciones de propiedad y de las políticas nacionales, por eso el proceso solo podrá ser detenido y encauzado en su dirección correcta con cambios radicales. Mientras que una estrecha capa se ha enriquecido repentinamente, la base económica se ha debilitado y casi las 2/3 de la población han pasado al lado de los perdedores. 

Para que la mayoría de la sociedad no haya reconocido a tiempo los peligros y haya asistido pasivamente a todo el proceso, ha jugado un gran papel el largo periodo de preparación para este cambio y su progresivo inicio, pero también ha influido un hecho objetivo. El cambio de régimen está relacionado con la rápida extensión de las nuevas técnicas, con las ventajas de la motorización y la informática. Esto ha tapado, y sigue haciéndolo, los ojos de muchos ante las grandes dificultades para satisfacer las necesidades más básicas, como la alimentación, la vivienda, el estudio y la protección de la salud, o el acceso a la sanidad. El empobrecimiento masivo, cada vez más profundo, del que pocos pueden huir y salvar a sus familias,  ha puesto en segundo plano el efecto positivo de los cambios. Confiemos en que los instintos vitales de la sociedad tarde o temprano prevalezcan y encuentren el camino hacia un futuro mejor. 

Fuentes y datos usados para la redacción del artículo: anuario de la Oficina Central Estadística Húngara y la edición de abril de este año:

Magyarország 1989-2009. A változások tükrében. KSH. (Hungría 1989-2009. En el espejo de los cambios. Oficina Central Estadística Húngara).

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El autor, Tamás Morva, economista, es miembro del Partido Izquierda Verde (que a su vez está incluido en la coalición Izquierda Unida Húngara), y un colaborador habitual en revistas de izquierda en Hungría.  

En cuanto al artículo en sí, me parece un buen artículo, aunque resalto que la opinión del autor no tiene por qué coincidir con la del redactor de este blog (y de hecho no coince en algunas cosas). En cualquier caso me gustaría resaltar un par de cosas respecto a la información que se da en el artículo:

- aunque no es realmente el tema del artículo, el autor lo menciona, muy por encima y, en mi opinión, muy desacertadamente. Se trata de la razón de por qué  no ha habido una reacción por parte de la sociedad ante el progresivo empobrecimiento que se ha dado en el país en los últimos años. Yo creo que en primer lugar sí que ha habido, hasta cierto punto, una reacción. Muy poco articulada, eso sí. Pero ya en los primeros momentos del cambio de régimen la hubo (recuérdese el bloqueo de la ciudad por parte de los taxistas para protestar por el aumento del precio del combustible). Sobre la razón de por qué esa reacción ha adolecido de muchos defectos y problemas y a fin de cuentas ha tenido poco éxito, se podría discutir largo y tendido porque es un tema importante y no creo que haya una respuesta unívoca. Naturalmente esa discusión sobrepasa los límites de esta entrada y del artículo de Tamás Morva, pero el argumento del autor me parece bastante flojo, incluso aunque sea de pasada. En cualquier caso, yo creo que el ascenso de la extrema derecha es precisamente una muestra de esa reacción (y no solo de ella, sino también de los problemas y traumas de la sociedad húngara). 

-   A destacar un hecho, en mi opinión importante: el gran aumento del comercio exterior húngaro tras la caída del socialismo respecto al del PIB, lo que muestra que en realidad, dado que gran parte de ese comercio es producido por las multinacionales establecidas en Hungría tras la caída del socialismo, las consecuencias del cambio de régimen han sido todavía más graves de lo que la propia sucesión de cifras puede indicar (como ejemplo valga el dato de que el 10% del PIB húngaro es producido por la industria automovilística, en su mayor parte en manos de multinacionales extranjeras, y que además según los datos del artículo representan el 60% de las exportaciones). 


- Por otro lado es de agradecer que el autor resalte un hecho fundamental como el de la deuda externa húngara, que se suele sacar a la palestra cuando se critica la época socialista. Tamás Morva muestra de manera convincente que el problema de la deuda externa hoy en Hungría no se ha originado en el periodo socialista, sino fundamentalmente a partir del año 2000 (aunque ese problema existiera también en los años postreros del socialismo).

(Sobre la pobreza en Hungría, desde un punto de vista social, ya se tratará próximamente)

1 comentario:

zooey dijo...

Hola Jozko,
Me alegro que hayas escrito otra vez. Con tu permiso, he compartido tu entrada en mi facebook porque me parecio un resumen muy bueno sobre este tema, que - a mi como húngara - me duele tanto. Muchos poemas de József Attila no dejan de ser actuales por desgracia.