domingo, 2 de febrero de 2014

El gobierno norteamericano toma la palabra (Hungría mira hacia Rusia - II)

Collen Bradly Bell. Así se llama la próxima embajadora norteamericana en Hungría (bueno, de momento es candidata, pero su nombramiento es un mero trámite). No ha pisado Hungría aún (en realidad sí, en viaje privado), pero ya ha hecho unas declaraciones que han levantado polémica y han creado mucho descontento en los círculos dirigentes  de Hungría. 


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"No es un secreto que en los últimos dos años estamos preocupados por el estado de los controles y contrapesos así como la independencia de ciertas instituciones fundamentales en Hungría. Muchos piensan que los cambios radicales en el derecho y la constitución han dañado la atmósfera inversora internacional, han socavado los derechos de propiedad, debilitado las instituciones judiciales, y han concentrado el poder en unas pocas manos del poder ejecutivo. Pero no solo los EEUU han expresado su preocupación. También diferentes organismos de la UE están estudiando la erosión de los controles y contrapesos democráticos.  Si me nombran embajadora, trabajaré incansablemente para proteger los valores democráticos americanos y europeos, y en casos justificados daré voz a mis preocupaciones, estimulando a mis colegas húngaros a que colaboren con la comunidad internacional y las organizaciones civiles para solucionar estos problemas".

En la misma charla, después, un senador demócrata (Ben Cardin) criticó a Hungría por no denunciar los extremismos y el antisemitismo. Afirmó que en otros países también se está produciendo un aumento de estos fenómenos, pero los gobiernos están actuando decididamente contra esta tendencia. Destacó como ejemplo negativo el monumento para conmemorar la ocupación alemana de Hungría (visto por muchos como un intento de ocultar la culpabilidad húngara en lo sucedido en al guerra). Otro senador demócrata (Tim Kaine) expresó también su preocupación por el reforzamiento del antisemistismo y se mostró partidario de reforzar la libertad de prensa. Cris Murphy, senador demócrata, encargado de dirigir la charla, resaltó que en los últimos tiempos, los cambios legales y constitucionales justifican la preocupación respecto a Hungría, por ejemplo la concesión de la ciudadanía a los húngaros de fuera de Hungría, o los ataques al Banco Central y a la independencia del Tribunal Constitucional. 

Al gobierno húngaro no le han gustado nada ni las declaraciones de la futura embajadora, ni las del resto de participantes en la charla del Senado y considera que el gobierno norteamericano se está inmiscuyendo en sus asuntos internos. La cosa se complica porque últimamente se ha sabido que Hungría ha sido de los países afectados por las escuchas ilegales de los servicios secretos norteamericanos, varias personalidades de la vida política y económica del país habrían sido espiados por los norteamericanos.

El gobierno húngaro ha afirmado que estos escándalos van a influir en las relaciones con los EEUU. Incluso se ha llegado a afirmar que gane quien gane las elecciones, Hungría deberá aumentar su seguridad interior en cuanto a las comunicaciones electrónicas. La comisión parlamentaria húngara que está estudiando el caso, ha afirmado que la embajadora deberá responder ante la comisión nada más llegar a Hungría para que explique y justifique las escuchas, quiénes fueron los espiados y por qué. 

Como curiosidad, la señora Bell no es diplomática, pero sí una importante contribuyente a las arcas del Partido Demócrata de los EEUU. Fue nombrada candidata a embajadora por Barack Obama.

1 comentario:

ana dijo...

Caso idéntico ,los orígenes del nombramiento-como contribuyente de la campaña-y las críticas a la situación interna del país con lo que ha pasado con ARGENTINA.
En nuestro caso agravado ,aunque tenemos un gobierno desastroso con gente directamente vinculada a EE UU en nuestro ministerio de relaciones exteriores ,por haber agraviado al país por problemas vinculados a la deuda externa.