Después del mayúsculo escándalo que se ha montado en torno al presidente de Hungría, Pál Schmitt, por el plagio en la disertación con la que consiguió su título de doctor, y que finalmente le ha sido revocado por la Universidad Semmelweis de Budapest, había una gran espectación en todo el país por ver cómo reaccionaría el presidente. El jueves por la noche llegó a Budapest, desde Seul, y el viernes por la mañana anunció que daría una entrevista, por la tarde, en el principal canal de la televisión estatal húngara. A pesar de los intensos rumores sobre su dimisión, muchos resaltaban que una entrevista no era la manera más adecuada para dimitir. Y tampoco lo era para que los periodistas pudieran plantearle sus cuestiones al presidente.
El presidente húngaro, el viernes por la tarde, en el Parlamento. Fuente: Origo |
Y efectivamente, no lo fue, porque, de hecho, ni hubo preguntas de periodistas, ni Pál Schmitt dimitió, sino todo contrario. Para hacer honor a la verdad, hay que resaltar que la entrevista fue un espectáculo bochornoso, lamentable. Con un presentador-entrevistador, Péter Obersovszky, que se encargó el solito de defender al presidente más que de otra cosa - algún medio de prensa resalta que solo le faltó lanzarle unos besos y unos abrazos al presidente (no lo digo yo, lo dice por ejemplo el portal de noticias Hírszerző, en un pequeño artículo titulado "Schmitt, el Borat húngaro") - y frente a él el presidente, Pál Schmitt, que parecía no haberse enterado de la misa la mitad y cuyos intentos de salir de la situación airoso daban una impresión más bien patética. El mismo artículo de Hírszerző, lo deja claro: "no entiende qué es lo que pasa, no entiende qué problema hay con su disertación, no entiende el texto que ha escrito la comisión que la ha examinado, no entiende absolutamente nada". No es que la entrevista haya sido lamentable, es que yo casi diría delirante. Y así lo han interpretado muchos de los que la han visto o escuchado en directo, por ejemplo, los manifestantes que protestaban ante el palacio presidencial, el llamado palacio Sándor, en el barrio del castillo en Buda, que literalmente se partían de risa con algunas de las declaraciones en las que el presidente intentaba justificar lo injustificable y presentarse como una persona íntegra, víctima de alguna tomadura de pelo (véase el video al final del texto).
En cualquier caso, aunque no ha mencionado el tema, el presidente ha dejado bien clarito que no va a dimitir, ya que no hay ninguna relación entre la tarea de presidente y su disertación de hace 20 años. Son cosas que no tienen nada que ver, y de hecho él no ha usado su título para casi nada, como mucho para poner en la firma el título de doctor (en Hungría y otros países de Europa Central es normal hacerlo cuando uno firma cualquier cosa). Pero no queda ahí la cosa, esto fue solo el principio, el esperpento llegó después, cuando defendió su "honrado" (becsületes) trabajo de tesis (95% fusilado literalmente de la obra de dos autores), y lo llegó a calificar de todo un "trabajo de hombre" (férfimunka). Por supuesto se puede uno imaginar el cachondeo y la estupefacción de los manifestantes al escuchar esas palabras.
Además, no se limitó solo a defenderse, también pasó al ataque, el presidente se mostró ofendido porque el senado universitario decidiera retirarle el título de doctor fulminantemente, mientras él estaba en Seul, discutiendo de asuntos mundiales, y les recriminó que no hubieran esperado por lo menos hasta su regreso, para escuchar su versión de las cosas. Y que él mismo habría estado dispuesto a entregar su título, si se presentaban objeciones en su contra.
Otros dos momentos cumbre de la breve entrevista -duró apenas un cuarto de hora- que levantaron risas entre los manifestantes, fue cuando afirmó tener la conciencia tranquila (tiszta lelkiismeret). Y, sobre todo, cuando anunció con toda valentía que no importa que le hayan quitado el título de doctor, porque a su edad, va a ganarse a pulso un nuevo título de doctor. (Y por cierto, se han extendido por internet, a velocidad del rayo, todo tipo de bromas sobre la cuestión)
Algunos ríen, otros serios; los concentrados ante el palacio presidencial escuchan la entrevista. En primer plano Gábor Vagó, del partido LMP. Fuente: Origo |
Las reacciones a la entrevista no se han hecho esperar. Desde el descontento a la indignación, todos los partidos de oposición han calificado de vergonzosas las excusas del presidente y han exigido su dimisión. Los socialistas afirman que debería de ser Viktor Orbán, primer ministro y principal apoyo de Schmitt, el que le haga dimitir (Orbán ha anunciado a lo largo del día que no lo iba a hacer y que era cosa de Schmitt). Jobbik, de extrema derecha y tercer partido del país, ha denunciado que la postura de Schmitt ha barrido toda la honradez y dignidad del cargo de presidente; su líder, Gábor Vona, ha resaltado incluso que ni siquiera hay el menor índicio de arrepentimiento en su mensaje. El LMP (Otra Política es Posible), afirma que Schmitt ha ultrajado la institución presidencial.
Además han tenido lugar algunos incidentes. Activistas de Jobbik han intentado ocupar el Puente de las Cadenas, en pleno centro de la ciudad. Algo más tarde un grupo, no muy numeroso, de la asociación estudiantes Hallgatói Halózat (HaHa - Red Estudiantil) han intentado cortar el tráfico en el Puente de la Libertad. La policía no ha permitido los cortes de circulación y se han producido varias detenciones. Se calcula que por lo menos hay una docena de personas detenidas, además ha habido un herido, aunque no han trascendido noticias sobre las cáusas.
Y mientras tanto, varios miembros del LMP, que han pasado todo el día frente al palacio presidencial, piensan hacer noche, allí, acampados, para protestar y exigir la dimisión del presidente.
En cualquier caso, si la figura del presidente era ya objeto de burla (por sus faltas de ortografía) y crítica (por su seguidismo respecto al gobierno y no haber protestado por ninguna de las controvertidas leyes que ha tenido que firmar), todo este asunto no va a hacer, precisamente, que su imagen mejore. El descontento en la calle es patente, incluso contra el Fidesz, que ha estado defendiendo a capa y espada a Schmitt hasta el último momento. No olvidemos que varios dirigentes de este partido acusaron a algunos órganos de prensa de extender rumores y chismorreos, cuando estos desvelaron el plagio. Ahora que ha quedado demostrado que de chismorreo nada, sino que estos medios tenían razón, algunos políticos han quedado en entredicho.
Eso sí, algunos medios cercanos al gobierno, han intentado ver el lado positivo (y creo que en eso les doy la razón). Queda claro que esa imagen tan negativa que se está dando del país fuera, en el extranjero, no es del todo cierta. Ya me gustaría saber a mí que pasaría en España, por ejemplo, si un periódico escribiera del rey como escribe por ejemplo Hírszerző de Schmitt.
Y como de todo hay... fascistas del Movimiento 64 Condados - el nombre hace referencia al Reino histórico de Hungría y sus 64 condados o comitatus - pidiendo el fin de la república y la instauración de la monarquía. . Algunos, desde luego, no se enteran de nada. Por cierto también había algunos manifestantes en favor de Schmitt, no sé si en plan irónico, porque argumentos para defender al presidente hay bien pocos. Fuente: Origo |
Por si no había quedado claro hasta ahora el fracaso y la bancarrota de la generación de políticos que hicieron el cambio de régimen, y que constituyen la élite política de la Hungría de los últimos veinte años, desde la caída del comunismo, y de la propia Hungría capitalista que han moldeado a su gusto, pues aquí tenemos otra gota que colma un poco más el vaso.
Dejo un par de videos sobre lo sucedido el viernes. Están en húngaro, aunque en uno de ellos el protagonista es la risa, que es un lenguaje universal.
El primero, sobre la reacción de los que protestaban ante el palacio presidencial, al escuchar las hilarantes declaraciones del presidente:
Fuente: Index
Fuente: Index
Fuentes de la entrada: varios artículos de diferentes portales de noticias húngaros: Hirszerzo.hu, Index.hu, Nol.hu, Origo.hu,