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sábado, 7 de septiembre de 2024

¿Qué hay detrás de los recientes cambios en el gobierno ucraniano? (András Kosztur)

Uno de los mayores expertos húngaros en el espacio exsoviético, y que quizás mejor comprende la actualidad ucraniana, es András Kosztur, investigador del Instituto Siglo XXI (un think tank conservador húngaro). Además, Kosztúr tiene la ventaja de que conoce muy bien el país porque él mismo nació en Berehovo (el principal centro húngaro de Ucrania), vivió allí y estudió historia en la Universidad de Úzhgorod, en la región más occidental de Ucrania, (posteriormente ha continuado sus estudios en Hungría, en Debrecen y en Chequia, en Praga). 

A la izquierda en la foto, la Bánkova, el edificio de la sede de la Oficina del Presidente de Ucrania. Fuente: wikipedia.


Suelo leer con interés los comentarios y artículos de Kosztur sobre Ucrania, porque siempre aporta cosas interesante. Os dejo con un pequeño texto sobre lo que piensa Kosztur respecto a los recientes cambios de gobierno ucraniano, incluyo casi todo el texto original, tal y como lo ha escrito él para su cuenta de Telegram (esto lo escribí inicialmente para tuiter, luego lo elaboré un poco mejor para Telegram, pero me parece que por su extensión es mejor aquí).

András plantea que los cambios que ha habido estos días en el gobierno ucraniano son una señal de estabilización, no de agravamiento de una crisis interna -que por lo demás, existe-, y explica por qué lo ve así: "Desde hace años el gobierno de Ucrania no es un elemento independiente, sino que -junto con el Parlamento-, depende completamente de la Oficina del Presidente, de la "Bánkova" [que es como se llama popularmente a la Oficina del Presidente, ya que su sede se encuentra en la calle Bánkova de Kiev - nota de Crónicas húngaras]. Varios ministerios han sido dirigidos por administradores provisionales, alguno de ellos ha estado más de un año encabezando su cartera en cuestión. La mayoría de la población, ni siquiera la enterada de la situación política, sabe gran cosa de la mayoría de los ministros, más allá de haber oído su nombramiento y sustitución, y la dirección real de cada vez más esferas de la administración está en manos de los funcionarios de la Oficina del Presidente. En tales condiciones solo podríamos hablar de crisis de gobierno si el gobierno intentara liberarse de su estado subordinado y se esforzara en realizar una política independiente. Pero los cambios actuales no se han producido por una decisión del gobierno o de miembros del gobierno ucraniano, sino que han sido decididos por la Oficina Presidencial para transformar a un gobierno incapaz de tomar decisiones, aunque sea a costa de la concentración de poder, en un instrumento más o menos útil en sus propias manos. Por eso los nuevos hombres en los ministerios son de la Oficina del Presidente, y por eso a la cabeza de los ministerios hasta ahora dirigidos de manera provisional, han llegado dirigentes aprobados por el Parlamento y con carácter ya definitivo. Para que el gobierno pudiera convertirse en un elemento político independiente sería necesario un parlamento fuerte, solo que el Consejo Supremo está todavía en peor estado que el propio gobierno, sus miembros se han reducido a un mínimo histórico a causa de los arrestos [!] y dimisiones, y según las informaciones de prensa varias decenas de diputados entregarían su escaño si se lo permitieran. El resto de la fracción parlamentaria del partido del gobierno es fiel a la Oficina del Presidente (y tampoco es que pueda hacer mucho más), el primer ministro, Denis Smígal, por lo que parece, puede considerar un éxito el haber mantenido su puesto, bastante tiene con eso como para atreverse a hacer una política enfrentada a la Bánkova. Además, Andrii Yermak, el director de la Oficina del Presidente, intenta concentrar en sus manos las relaciones del gobierno con los occidentales - y no es casual, ya que el único peligro político para el régimen de Zelenski, solo puede venir de Occidente-, y precisamente por eso hace un par de meses tuvo que dejar su puesto Oleksandr Kubrakov, y ahora ha tenido que hacerlo Dmitro Kuleba. El lugar de ambos ha sido ocupado por hombres de Yermak".


Yermak (izquierda) y Zelenski (derecha), los dos mandamases que manejan a su antojo ahora mismo  Ucrania  (con permiso de la embajada de EEUU y de las de otros países occidentales, claro). 


Por eso, András afirma que el cambio no es señal de crisis, y que ahora mismo no hay ningún elemento interno que amenace el poder de la Oficina del Presidente. Apartar a Zaluzhni, mucho más popular que los ministros que se han marchado ahora, no supuso ningún problema, y eso que Zaluzhni tenía mucha más influencia en la sociedad ucraniana que estos.

"La Oficina del Presidente ha podido destruir las posiciones del parlamento, de la dirección militar, de la iglesia ortodoxa con sus millones de fieles, de los autogobiernos locales, de los oligarcas y de los medios de comunicación vinculados a ellos, todo eso sin provocar una crisis. Así que renovar un gobierno formado por burócratas desconocidos, comparado con eso, es una tarea administrativa sin la menor relevancia. Para el poder ucraniano el único desafío lo representan los EEUU, pero con su política de apoyo a Ucrania, ellos mismos se han metido en un callejón sin salida, así que no les queda otra que poner buena cara -al menos ante la opinión pública-. De momento Washington espera con paciencia, a pesar de que seguro que hay mejor candidato para dirigir el país que la pareja Zelenski-Yermak. Pero la paciencia, claro, tarde o temprano se va a agotar, y para entonces ni nos vamos a acordar ya de este cambio de ministros".

Fuente: cuenta telegram de András Kosztur

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