Partidos, organizaciones y medios comunistas o de izquierdas

miércoles, 29 de octubre de 2014

La trilogía de Avana. Péter Zsoldos y la ciencia ficción en Hungría

El nombre de Péter Zsoldos está íntimamente ligado a lo que se podría denominar la Edad de Oro de la literatura de ciencia-ficción húngara, y de hecho es quizás el autor más destacado y el nombre más caracterísico de ese periodo, que se situa entre mediados de los sesenta y mediados de los ochenta, y en el que floreció una interesante literatura de este género en Hungría. En realidad fue una época dorada no solo en Hungría, también en otros países socialistas (y no socialistas), baste destacar la obra del polaco Stanislaw Lem o de los hermanos Strugatski en la URSS, y tampoco fue algo solo centrado en la literatura, sino también en el comic, el cine o la televisión. Por lo que respecta a Hungría, junto a él caben destacar otros nombres de culto en la literatura húngara de ciencia-ficción, Galaktika, la que en su día fuera galardonada como la mejor revista europea de ciencia-ficción, Koszmosz, la editorial que se dedicó a popularizar la ciencia-ficción de todo el mundo, además de a autores nacionales, así como Péter Kuczka, fundador de ambos proyectos... pero de ellos ya se tratará en otra ocasión.

Péter Zsoldos. Fuente: Szentesinfo.hu

Péter Zsoldos (llamado por algunos el Lem húngaro) nació el 20 de abril de 1930 en Szentes, y falleció el 27 de septiembre de 1997 en Budapest. Estudió música en la Escuela Superior de Artes Musicales (actualmente Academia de Música Ferenc Liszt, en Budapest) y empezó a trabajar en la Radio Húngara. Sus primeros contactos con la literatura de ciencia-ficción tuvieron lugar en 1957, pero su primera gran novela, "El Viking regresa" (A Viking visszatér) fue publicada en 1963. 


Portada de una de las ediciones de "El Viking regresa". Fuente: Moly.hu

"El Viking regresa" es la primera obra de un ciclo que se suele denominar "La trilogía de Avana", y que es sin duda la cumbre de la literatura de ciencia-ficción en Hungría. La segunda parte, "Fuego lejano" (Távoli tűz) fue publicada en 1969, y una inesperada tercera parte, que cerraba el ciclo, "La última tentación" (Az utolsó kisértés), en 1988.

Portada de una de las ediciones de "Fuego lejano" (Editorial Móra). Fuente: moly.hu

Otras obras suyas destacadas dentro de la ciencia-ficción fueron "La tarea" (A feladat, 1971), "Contrapunto" (Ellentpont, 1973) o "Los muertos no dan sombra" (A holtak nem vetnek árnyékot, 1983). Todas ellas consideradas obras de culto para los amantes de la ciencia-ficción en Hungría. En 1972 y 1973 recibió el premio Eurcon.

Encantadoras ilustraciones de István Engel Tevan para "Fuego lejano". Fuente: Antikvárium.hu

Pero, como se ha comentado, la cumbre de su obra es la trilogía de Avana, que cuenta la historia del astronauta Gregor Man. Man es geólogo en el Viking, una nave que vuela al sistema de Tau Ceti,y que a consecuencia de un accidente debe aterrizar en un planeta, llamado Gama, que parece similar a la Tierra. La tripulación de Viking intentará arreglar la nave, pero Man se pierde en el planeta y se las verá y deseará para poder sobrevivir y regresar con sus compañeros. Durante sus aventuras dará con una tribu de hombres paleolíticos y finalmente, cuando encuentre el Viking, acabarán en la ciudad de Avana, similar a las polis griegas, inmersa en la edad del bronce. Cuando la nave sea reparada sus compañeros tendrán que dejarlo en el planeta, prometiéndole volver, ya que su organismo se resentirá de las aventuras y desventuras corridas. En "Fuego lejano", se narra la historia de Man en Avana. Se convierte en el gobernador de la ciudad e intenta mejorar el nivel de vida de los ciudadanos y fomentar el desarrollo de las ciencias y la cultura. Algunas de las escenas más destacadas del libro son precisamente los intentos del autor de introducir la edad del hierro en Avana. Zsoldos toca un tema recurrente en la ciencia-ficción socialista, la idea de hasta qué punto el desarrollo de las sociedades es líneal o no (algo también importante dentro del marxismo-leninismo) y en qué medida es posible saltarse periodos históricos conocidos, es decir, si puede una civilización superior ayudar a una inferior, o su interferencia será más bien negativa. Zsoldos, al igual que los hermanos Strugatski, por ejemplo, da una respuesta pesimista sobre eso, aunque no tanto como la de los autores soviéticos (véase por ejemplo la extraordinaria novela "Qué difícil es ser dios" de los Strugatski).  Los intentos de Man acaban frecuentemente en fracaso, pero aún así se produce una evolución, y aunque no consiga cumplir todos los objetivos y a veces las consecuencias del fracaso sean brutales (como por ejemplo el intento de introducir un sistema democrático, que tiene como resultado la decisión de atacar y expoliar a una ciudad más fuerte, a pesar de la oposición de Man), conseguirá que Avana sea conocida por su riqueza y el esplendor de su cultura. "Fuego lejano", que en un primer momento era la finalización del ciclo, se cerraba con un salto en el tiempo, hacia el futuro, a una civilización avanzada en el planeta Gama, que tiene contactos con la Tierra, pero no conoce del todo su propio pasado; un grupo de arqueólogos descubre las tablillas que fue escribiendo Man para la posteridad, donde se aclaran muchos de los misterios que no habían sido capaces de resolver. La novela tiene una gran riqueza de detalles, se trata desde la lingüística hasta la biología o la química, y por supuesto la religión. Años depués Zsoldos escribió una tercera parte, "La última tentación", para acabar de explicar ciertos hilos argumentales que quedaron abiertos. Llega por fin la prometida expedición de socorro de la Tierra, pero se produce un brutal accidente y la nave estalla sobre una de las polis que amenaza Avana, destruyéndola por completo y dejando toda la zona contaminada por radiación. Sin embargo otra amenaza está latente, la de un pueblo de un continente lejano que tiene una avanzada civilización del hierro. Uno de los temas centrales del libro es precisamente el contacto entre civilizaciones en diferentes niveles de desarrollo y los posibles efectos devastadores que puede tener en la menos adelantada. La invasión del pueblo del hierro no se produce durante la vida de Man, pero sí posteriormente, y de hecho los que encuentran las tablillas que él escribe son sus descendientes. Finalmente los miembros de una civilización avanzada extraterrestre que evita el contacto con otras, menos avanzadas, entrará en contacto con Man y le permitirán que se una a ellos.

Mapa con la zona del mundo de Gama donde se desarrolla la acción principal de "Fuego lejano". Fuente: Rex Libris

La influencia en la cultura popular húngara de la obra de Zsoldos ha sido muy importante, baste mencionar por ejemplo al famoso grupo de rock progresivo Solaris, que tiene varias canciones basadas en el ciclo de Avana. La principal asociación de ciencia-ficción de Hungría lleva también el nombre de Avana, en recuerdo a su obra; y el principal premio literario de ciencia-ficción existente en Hungría es el Premio Zsoldos, en honor a su labor literaria.

"El Viking regresa" del grupo Solaris.



"Fuego lejano" de Solaris.


Enlaces:

Hasta hace poco en la biblioteca digital húngara podían bajarse las tres novelas del ciclo de Avana, pero por desgracia ya no. Ahora solo la última es accesible para lectura, aunque las dos primeras pueden bajarse legalmente en versión de audiolibro. Los que conozcan el ruso tienen suerte, porque en numerosas páginas rusas se puede acceder a la versión en ruso de "El Viking regresa", así como a la novela "La tarea" (por ejemplo en la biblioteca de Maksim Moshkov). Por desgracia ninguno de los libros está traducido al castellano (aunque sí a otros idiomas además del ruso, por ejemplo al alemán, aunque lamentablemente no al inglés)

"El Viking regresa" (audiolibro, en húngaro)
"Fuego lejano" (audiolibro, en húngaro)
"La última tentación" (libro, en húngaro)


Fuentes: Masfitt, Wikipedia

martes, 28 de octubre de 2014

Protestas en Hungría por el impuesto sobre internet (II)


Hoy, martes, de nuevo han tenido lugar manifestaciones en varias ciudades de Hungría contra el plan del gobierno de introducir un impuesto sobre internet. En Budapest, aunque la manifestación principal ha finalizado ya, algunos grupos de manifestantes se han dirigido al Parlamento para seguir con la protesta. Allí algunos han aclamado a la UE y han aplaudido a la diputada socialista Ágnes Kunhalmi, cuando esta ha hecho ondear por una ventana del Parlamento la bandera de la UE. 

Fuente: página del facebbok del Magyar Kétfarkú Kutya Párt
Fuente: index.hu
Fuente: index.hu

Fuente: stop.hu

Manifestantes con la bandera de la UE en la Plaza Kossuth, frente al Parlamento. Fuent: Origo.hu
Fuentes: index.hu, origo.hu, nol.hu

Protestas en Hungría por el impuesto sobre internet



 El 21 de octubre del presente año, Mihály Várga, ministro de economía anunciaba la propuesta del gobierno de introducir un impuesto sobre el tráfico de datos a través de internet. La propuesta inicial establecía una tasa de 150 forint (0,5 euros aproximadamente) por cada Gb de tráfico. El gobierno espera así recaudar unos 20 mil millones de forint más (unos 65 millones de euros) para las arcas estatales, aunque otras fuentes elevan bastante esa cifra, hasta los 200 mil millones (650 millones de euros). No es la primera vez que un gobierno húngaro amenaza con tomar una medida similar. Ya en el año 2008, el gobierno del entonces primer ministro (socialdemócrata) Ferenc Gyurcsány se planteó la introducción de un impuesto sobre internet, pero la fuerte oposición tanto en el parlamento como en la calle, hizo dar marcha atrás a la propuesta, que finalmente fue rechazada y olvidada. Ahora la idea ha sido retomada por la dirección del Fidesz, hoy partido gobernante, pero que entonces, siendo partido de oposición, lideró la contestación contra la introducción del nuevo impuesto.  Las protestas no se han hecho esperar y el descontento ha cundido entre los internautas, incluso denro del propio Fidesz. La oposición, divida, adormilada y derrotada (por ejemplo en las recientes elecciones locales) ha aprovechado para levantar cabeza y relanzar la lucha contra el gobierno de Viktor Orbán, aunque las manifestaciones han sido organizadas por asociaciones civiles. Después de las primeras reacciones, el gobierno ha intentado matizar su propuesta y ha anunciado que el impuesto deberán pagarlo las multinacionales sin tener la opción de desviar la carga impositiva sobre los ciudadanos (¿alguien se cree que no van a subir los precios?), o que habrá un límite superior mensual a pagar (700 forint - unos 2,3 euros- para la población, 5000 - unos 17 euros- para empresas), pero el daño ya está hecho, esta ha sido solo la gota que colma el vaso después de los numerosos escándalos (por ejemplo de corrupción, o conflictos internacionales con los EEUU y la UE) y de la manera autoritaria de gobernar de Fidesz (como tienen mayoría absoluta en el Parlamento húngaro). De hecho, Fidesz se ha disparado un tiro en el pie con la propuesta, ya que uno de los pilares de su propaganda ha sido el anuncio sobre el descenso de los impuestos para servicios básicos a los ciudadanos, descenso que en gran parte se va a llevar por delante esta subida, de aprovarse. La decisión de grabar el tráfico de internet no puede dejar de interpretarse más que como una metedura de pata antológica, más allá de que sea una medida lamentable de por sí (porque en la práctica castiga el uso de internet), sino porque se ha visto la otra cara de la política de reducción de ciertos impuestos - la subida en otros menos conocidos o menos publicitados- y la hipocresía del Fidesz, que está dispuesto a apoyar aquello que criticó cuando era oposición.  Hasta el punto de muchos piensan que solo es una forma de desviar la atención de los numerosos escándalos de corrupción que afectan incluso a la Hacienda húngara. A esto hay que añadir que la postura del gobierno en el conflicto ucraniano y el acercamiento a la Rusia de Putin han hecho saltar las alarmas en Europa y los EEUU y ya no le van a pasar ni una a Orbán; no necesitan ninguna excusa, basta con echar un vistazo a las prácticas del partido de Orbán en Hungría (esas mismas prácticas que hasta hace poco no les importaban lo más mínimo, todo sea dicho).


Fuente: Origo.hu

En cualquier caso, independientemente del conflicto en cuanto a política externa, lo cierto es que por primera vez, el gobierno de Orbán ha tomado una medida que afecta a diferentes grupos sociales de la Hungría actual (hasta ahora había intentando que medidas similares afectaran solo a grupos muy concretos para evitar así que pudiera articularse una respuesta contra el gobierno) y que ha conseguido unificar a los opuestos a su política, independientemente del espectro político al que pertenezcan. El propio partido Fidesz, parece confundido, por mucho que Orbán y otros defiendan el nuevo impuseto y parezcan dispuestos a cambiar algunos detalles (no lo fundamental). La respuesta en la calle ha sido evidente. Durante el fin de semana se han sucedido las manifestaciones de protesta contra el gobierno en diversas ciudades (hacía mucho que no se vivía una oleada de manifestaciones en contra del gobierno en Hungría como la de este fin de semana), especialmente ha sido importante la manifestación del domingo 26 de octubre, con varias decenas de miles de personas en Budapest y otras ciudades como Pécs o Szeged. En Budapest varios manifestantes intentaron asaltar la sede del Fidesz y arrojaron monitores y teclados contra las ventanas causando daños en el edificio ante la pasividad de la policía (que más tarde detuvo a los implicados en los incidentes, hay siete detenidos por el momento, sin embargo, básicamente las manifestaciones han sido pacíficas).  Y las cosas no han acabado, ya que se espera que el 18 de noviembre se discuta la moción en el Parlamento, y dado que Fidesz tiene mayoría absoluta, lo normal es que la propuesta sea aprobada a no ser que desde la calle se presione lo suficiente al gobierno para que se eche atrás. Hasta entonces, durante los próximos días hay manifestaciones convocadas en la mayoría de las ciudades del país.

Por otro lado, ciertos sectores radicales (tanto a la extrema derecha como a la extrema izquierda), a pesar de oponerse por principio a la medida del Fidesz, están resaltando el carácter proeuropeo de las manifestaciones, que les recuerda ciertos intentos similares en países del entorno (Ucrania, etc). La presencia del representante de la embajada norteamericana en Budapest (André Goodfriend) en las manifestaciones no ha pasado desapercibida para algunos medios.




Fuente: Index.hu

Fuente: Magyar Narancs
Fuentes: Origo.hu, index.hu, nol.hu