Se inicia aquí una nueva sección del blog, dedicada a los clásicos del marxismo húngaro, en la que se intentará, dentro de las posibilidades, presentar autores marxistas húngaros y publicar de vez en cuando traduciones de sus textos, especialmente de aquellos que no hayan sido traducidos anteriormente al castellano o que sean poco conocidos fuera de Hungría.
Erik Molnár
Fuente: Magyar Elektronikus Könyvtár |
Para empezar, nos ocupamos de una de las figuras más destacadas de la historiografía marxista húngara, Erik Molnár, nacido en 1894 en Újvidék - Novi Sad, actualmente Serbia, y fallecido en 1966 en Budapest. Molnár fue un importante intelectual marxista, conocido por sus trabajos de historia (especialmente sobre la sociedad húngara primitiva y la Edad Media), filosofía y economía, también por su labor política, participó en los sucesivos gobiernos húngaros entre 1944 y 1956, fue miembro de la Academia de Ciencias Húngara y profesor de la Universidad Eötvös Loránd de Budapest. En los años 20 militó en el Partido Socialista, pero en 1928 ingresó en el Partido Comunista, que estaba en la clandestinidad. En 1929 empezó a publicar estudios sobre la cuestión agraria, la crisis mundial o los problemas del movimiento obrero, en importantes revistas y en la prensa vinculada al partido, naturalmente con nombre falso (por supuesto esa vinculación al partido no era conocida por las autoridades, porque habrían sido prohibidos inmediatamente). A partir de 1937 se dedicó sobre todo a sus estudios históricos, aunque seguía trabajando de abogado, de hecho se le conocía en su ciudad de residencia, Kecskemét, como el abogado de los pobres. Llevaba una vida más bien apartada, especialmente despueś de que su hermano, René Molnár también abogado y de hecho el que le puso en contacto con el movimiento comunista, tuviera que abandonar el país. Quizás por ese aislamiento sobrevivió sin grandes problemas los años de Horthy, hasta que con la invasión alemana del país y la llegada al poder de los nazis húngaros, fue detenido temporalmente en varias ocasiones, pasando después a la clandestinidad, hasta la llegada de las tropas soviéticas. Fue uno de los representantes en la Asamblea Nacional Provisional de Debrecen (el órgano de gobierno de Hungría en los territorios liberados por el ejército soviético), y de hecho sería diputado de la Asamblea Húngara hasta su muerte. Por recomendación de Mátyás Rákosi se convirtió en ministro de Bienestar. Después, durante unos pocos meses fue ministro de Información y Exteriores, hasta la supresión de dicha cartera (en enero de 1948). Sería también en breves periodos Ministro de Exteriores y de Justicia, embajador en la URSS y en Finlandia, y asímismo presidente del Tribunal Superior de Justicia (hasta 1956). Tras los sucesos de 1956 fue apartado de los puestos de dirección del partido y su actividad política se redujo bastante, aunque siguió siendo diputado en el Parlamento y fue elegido director del Instituto de Historia. Sin embargo participó en la Unión Interplanetaria, de la que llegó a ser presidente (1963).
Recibió en dos ocasiones el más prestigioso premio nacional húngaro, el Kossuth (1948 y 1963), por sus estudios históricos dentro de la concepción dialéctica de la historia.
A pesar de ser un hombre del partido y reconocido marxista-leninista, tuvo diversos "encontronazos" con los dirigentes nacionales. Ya en 1950 tuvo lugar la llamada "discusión Molnár", en la que se criticó duramente su libro "Historia de la sociedad húngara desde Árpád hasta Mohács", por considerarse que no se basaba lo suficiente en la visión marxista de la historia, sin embargo siguió ocupando puestos destacados en la dirección del país. Después de 1956 también tuvo sus más y sus menos con la dirección del partido. Su visión de lo sucedido en 1956 no era del todo ortodoxa para lo que había en aquel entonces, ya que si bien consideraba que lo sucedido en 1956 se había tratado básicamente de un intento de restauración del poder burgués, también pensaba que los graves errores en la política de Rákosi y su círculo habían contribuído a que el conflicto estallara tal y como lo hizo. Defendía la idea de que muchos obreros y estudiantes solo querían en principio una mejora del socialismo y una depuración de los errores cometidos hasta entonces, aunque después en el movimiento se impusieran los que pretendían un regreso al orden burgués. Después de 1956 Molnár fue el iniciador de una importante serie de discusiones, que se extendieron durante años sobre esta cuestión, en las que defendió, en el Círculo Táncsics (que era una suerte de forum de oposición marxista), su punto de vista, diferente al oficial entonces (y también al mayoritario en el Círculo Táncsics), aunque tenía puntos de coincidencia, como por ejemplo el rechazo radical del papel jugado por Imre Nagy. Molnár defendía los Consejos Obreros, porque si bien habían tomado decisiones erroneas, se trata de organizaciones espontáneas de los obreros, algo que había que celebrar a pesar de todo. Kádár simplemente rechazaba la idea de que los obreros hubieran participado en los acontecimientos de 1956. En cambio, Molnár coincidía con la visión oficial del partido en cuanto al peligro del nacionalismo, y resaltó en sus discusiones estos puntos en común. En cualquier caso el hecho es que a partir de 1956 Molnár perdió influencia política y se concentró más su actividad científica, aunque siguió siendo reconocido como destacado intelectual marxista (de hecho en 1968 recibió el prestigioso premio Kossuth).
Entre sus estudios destacan:
- Protohistoria húngara (1942)
- La formación del feudalismo en Hungría (1942)
- Historia de la sociedad húngara desde la antigüedad hasta la época de Árpád (1945).
- Antecedentes históricos del materialismo histórico (1952)
- Protohistoria del pueblo húngaro (1953)
- La sociología y el materialismo histórico (1962)
- La filosofía marxista y los problemas de nuestra democracia popular (1959)
Y un largo etcétera.
Protohistoria del pueblo húngaro. Fuente: Libri |
Una de sus obras más importantes fue la "Protohistoria del pueblo húngaro", publicada en 1952 y ampliada en 1954, y que es considerada como uno de los trabajos clásicos sobre la protohistoria húngara, aunque hay datos ya superados, como la ubicación de la protopatria de los antiguos húngaros, que Molnár suponía en Asia, siguiendo los pasos de los historiadores Castren y Wiedemann, a pesar de que en los años cincuenta era predominante la idea de que la proto-patria había que buscarla en la zona más oriental de Europa, entre el Volga y el río Kama. De hecho el 1 de diciembre de 1953 hubo una discusión pública multidisciplinaria sobre la cuestión, en la que participaron historiadores, arqueólogos, antropólogos, lingüistas y expertos en historia de la música, y donde se rechazó la tesis de Molnár, que no tenía en cuenta, entre otras cosas, los datos lingüísticos (de este tema ya se tratará en alguna ocasión). En cualquier caso es un intersante libro, que analiza los orígenes de los húngaros desde el punto de vista marxista, aunque hay que manejarlo con prudencia, no solo por lo comentado, si no también porque la ciencia ha evolucionado desde la fecha de su publicación.
Otro de sus textos más importantes es la "Historia de la sociedad húngara desde la antigüedad hasta la época de Árpád", que también plantea cuestiones interesantes y es un buen ejemplo de análisis marxista de la historia antigua. De estas dos obras se irán subiendo textos traducidos según vaya teniendo tiempo.
Fuentes:
MEK - Magyarország a XX. században: Az őshazakérdés
Múlt-kor: Molnár Erik
Múlt-kor: Molnár Erik, a marxista törtenész
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