Pál Schmitt, presidente de Hungría desde el 2010. Fuente: Origo.hu |
La cosa salió a la luz hace ya unos meses, en enero, y parte de la opinión pública húngara lleva desde entonces convencida de que lo suyo hubiera sido la dimisión inmediata del presidente, Pál Schmitt. Pero ya sabemos cómo funcionan las cosas a veces en política. En cualquier caso, la comisión que ha estado analizando su disertación para el título de doctor, publicó hace unos días, el 26 de marzo, sus conclusiones, y dejó claro que gran parte del trabajo es simplemente un plagio. En 1992 Pál Schmitt defendió su tesis de doctorado en la Escuela Superior de Educación Física (desde el año 2000 funciona como Facultad de Educación Física y Ciencias Deportivas de la Universidad Semmelweis de Budapest), fusilando, literalmente, dos trabajos de otros autores. El informe lo especifica con toda exactitud, por ejemplo entre las páginas 34 y 50 es una copia exacta de varias páginas de un trabajo de Klaus Heinemann. Sin embargo, la mayor parte de su tesis, unas 180 páginas, son una copia de un estudio búlgaro de Nikolai Gueorguíev (durante un tiempo secretario general de la Comisión Olímpica Búlgara), denominado "Análisis del programa olímpico en la edad moderna", de 1987 (el trabajo de Schmitt lleva el mismo título). La mayoría de las gráficas son fotocopias de ese trabajo búlgaro. El asunto lo reveló en enero la revista HVG, que fue entonces acusada de lanzar rumores sin fundamento, pero una vez que la comisión ha comparado el trabajo de Schmitt con el de Heinemann y el documento búlgaro (otras comparaciones no se han hecho), es ya un hecho demostrado que el trabajo es una copia literal, palabra por palabra, en un 95%, de estas dos fuentes, fundamentalmente de la versión francesa del mencionado trabajo de Gueorguíev. Cierto que Schmitt menciona como fuente, al final del trabajo, el texto de Gueorguíev, pero eso es poco para un trabajo científico, ya que cuando fusila decenas de páginas no menciona que se trata de una copia sino que lo presenta como si fuera de cosecha propia. La comisión ha criticado también duramente a la universidad, porque el plagio debía haberse descubierto durante la defensa de la tesis. Sin embargo algunos de los presentes en la defensa, afirman que ya en su día llamaron la atención ante las faltas del texto.
Una vez aclarado y demostrado que efectivamente las acusaciones de la revista HVG tenían fundamento, ha habido todo tipo de reacciones, por ejemplo, una asociación de alumnos, la Red de Estudiantes (Hallgatói Halózat), se manifestó ayer pidiendo la anulación del doctorado y convocando a una sentada de huelga hasta que la universidad reaccione como se debe.
Al final, la universidad ha acabado anunciando (hoy mismo) que inicia el procedimiento para la anulación del título del doctorado por no tratarse de un trabajo científico (con 33 votos a favor de la retirada y solo 4 en contra, en el senado universitario), lo que es de justicia, ya que es el procedimiento habitual en este tipo de casos.
Los estudiantes han protestado hasta saberse que se le retirará el título de doctor a Schmitt. Fuente: Origo.hu |
Por otro lado, desde que estalló el escándalo, muchos han pedido la dimisión del presidente. Según las encuestas de opinión el 41% de los encuestados opina que debería dimitir (frente al 38% que no), con la curiosidad, de que solo los partidarios del partido en el gobierno piensan que no debería hacerlo. A fin de cuentas el Fidesz fue el que impulsó la campaña de Schmitt, que era, de hecho, su candidato al puesto (Schmitt fue durante un tiempo vicepresidente del Fidesz). Y desde que se inició el conflicto diversas personalidades del Fidesz han salido públicamente defendiendo a Schmitt y acusando de bulo la noticia del plagio. Hoy mismo Viktor Orbán, hace unas pocas horas, ha afirmado que "la figura del presidente es intocable". Y el propio Schmitt ayer mismo aseguraba a la prensa que no se le había pasado por la cabeza la idea de dimitir. Sin embargo los acontecimientos se han precipitado en las últimas horas y hay rumores que apuntan a una posible dimisión; incluso en el periódico pro-gubernamental Magyar Nemzet se le recomienda a Schmitt dar ese paso voluntariamente cuanto antes.
Pál Schmitt (1942), fue en su día deportista (esgrimista), medalla de oro olímpica en dos ocasiones (con el equipo húngaro), embajador en España (luego lo fue en Berna), Presidente de la Comisión Olímpica Húngara, yes todavía hoy miembro de la Comisión Olímpica Internacional (de la que fue vicepresidente entre 1995 y 1999). Por cierto, en 1997 fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden de Isabel La Católica.
Pal MALETER recuerdo el que lo reemplazó a IMRE NAGY .
ResponderEliminarRecuerdos de mi viejísima infancia ,cuando llegué de BUENOS AIRES vía MADRID ROMA en un avión que parecía remachado a mano.
1956 ,íba mi padre comisionado por el GOBIERNO Y EPISCOPADO ARGENTINO para abrir la embajada por cualquier eventualidad.
Dicen que la iglesia no se mete con los asuntos terrenales ,así tendría que ser no ,pero esa revolución si era parte eclesiástica.
Recuerdo o me veo muerta de frio debajo de un monumento de un señor muy bien plantado con una enorme espada.Una manifestación kilomètrica y fervorosa.
Gente enloquecida por todas partes y tremendos tiroteos.Blindados llevándose por delante a medio mundo y gente que se les enfrentaba.
Les he discutido a gente de ese país que INRE NAGY creo no era muy comunista que digamos.Ahora dicen que tenìa orígenes exclusivamente marxistas ,tenìa entendido los tenìa medio mezclado y quedado por cuestión política en su cargo.
Conocimiento de viaja estimado amigo.Recuerdos borroneados y mi asombro de niña pequeñita de ver los interiores de las casas hùngaras notablemente semejantes a los que veíamos en nuestro país.
Hasta la geografía húngara es parecida a la de mi provincia.
Recuerdo también a mi madre hipercatólica y su desilución de ver en DEBREZEN la catedral CALVINISTA.
ELLA creía que los hùngaros se comían los cirios catòlicos
bien de publicar esto,
ResponderEliminarsaludos
ricardo