Ha sido sin duda la noticia bomba del sábado en Hungría y ha pillado desprevenidos a propios y extraños. Ferenc Gyurcsány ha declarado en el Congreso del Partido Socialista que en dos semanas dejará su puesto de primer ministro. Además ha solicitado al partido que en ese tiempo inicie conversaciones con la oposición y encuentre un nuevo candidato.
El parlamento húngaro (dibujo de 1900). Foto: wikipedia
Sin embargo Gyurcsány dejará bien atadas las cosas. Seguirá siendo líder del Partido Socialista, con lo cuál su opinión sobre el nuevo candidato a primer ministro contará y mucho. Además ha dejado marcado el camino ha seguir para su destitución y evitar así la posibilidad de elecciones anticipadas. Será destituido por una moción de confianza constructiva. Con esto consigue que sea una sola votación en el parlamento la que decida sobre su marcha y sobre un nuevo presidente y obliga al entendimiento con algunos partidos de la oposición. En caso contrario podría suceder que la moción fracasara, con lo cual tendría la opción de volver a formar gobierno.
Desde las filas del SZDSZ (los liberales), tradicionales aliados, se ha aplaudido la decisión. La mayoría de los expertos piensa que los liberales estarán seguramente representados en el nuevo gobierno. Sin embargo hay algunas diferencias de ideas sobre como solucionar la crisis entre ellos y los socialistas: los liberales son partidarios de aplicar una terapia de choque que podría tener efectos sociales graves a corto plazo, mientras que los socialistas no son tan partidarios de tomar medidas tan radicales. No parece muy probable que los liberales apoyen a un candidato socialista, ni que los socialistas apoyen a un candidato liberal, sin embargo sería aceptable para ambos un experto independiente.
El otro pequeño partido del parlamento, el MDF (Foro Demócrata Húngaro) podría también incluirse en la coalición aunque por el momento su líder Ibolya Dávid parece apoyar la unión de la oposición y la creación de un gobierno sin socialistas. Se da el caso de que el candidato a las elecciones europeas por el MDF es un economista independiente, Lajos Bokros, padre del programa "Bokros", una terapia de choque que saneó la economía húngara (con un precio social bastante alto). La medida ha encontrado fuerte oposición en el seno del MDF, pero ahora las cosas podrían cambiar. En cualquier caso Bokros se ha apresurado a declarar que está dispuesto a aceptar el cargo de primer ministro de un gobierno de expertos para manejar la fuerte crisis económica que sufre el país. Pero rápidamente los socialistas han dejado claro que no apoyan a Bokros, que por cierto, es el político más impopular desde la caída del comunismo.
En cuanto al principal partido de oposición, Fidesz, no está dispuesto a negociar con los socialistas. Llevan ya tiempo pidiendo elecciones anticipadas, y ahora ven el momento de realizarlas. El lunes el Fidesz va a presentar una moción en el parlamento para solicitarlas, pero es bastante probable que no salga adelante ya que necesita el apoyo de otros partidos. En cualquier caso, se habla de la posibilidad de elecciones en julio.
Algunos afirman que la dimisión es una estrategia muy elaborada por parte de Gyurcsány para sobrevivir políticamente. En primer lugar ha conseguido así ser reelegido presidente del partido socialista, puesto que posiblemente hubiera perdido este puesto si, como primer ministro, su partido sufre el descalabro previsible en las elecciones europeas. Con este paso, tiene incluso la posibilidad abierta de volver a jugar un papel decisivo en la política. En segundo lugar no se asociará a su nombre la previsible dura terapia de choque que le espera al país. Y, por otro lado, se ha comprometido a colaborar en la búsqueda de un sustituto, así que su opinión pesará y mucho. En realidad, la mayoría de los expertos afirman que su posición va a salir fortalecida. Por lo demás pone a la oposición del Fidesz, que hasta ahora se encontraba en la cómoda situación de espera mientras sube su popularidad y baja la de su oponente, en una posición comprometida, sobre todo si finalmente el supuesto gobierno de expertos consigue el apoyo del resto de los partidos. Si el Fidesz no apoya la moción de confianza esta podría fracasar con lo que Gyurcsány podría permanecer en el poder, pero si la apoya, estará dando su apoyo a un gobierno que va a aplicar medidas antisociales contrarias a su programa, que le pueden hacer perder mucho apoyo popular.
Por último, algo a tener en cuenta es que si ahora todo se decido en las altas esferas, puede aumentar el foso existente entre la población y su clase política. Y probablemente los beneficiados vayan a ser los grupos políticos más radicales extraparlementarios que consigan aparecer como verdaderos portavoces de la voluntad popular, frente a un parlamento completamente desprestigiado.
Por último, algo a tener en cuenta es que si ahora todo se decido en las altas esferas, puede aumentar el foso existente entre la población y su clase política. Y probablemente los beneficiados vayan a ser los grupos políticos más radicales extraparlementarios que consigan aparecer como verdaderos portavoces de la voluntad popular, frente a un parlamento completamente desprestigiado.
A eso se le llama un lindo gulash... Los políticos deben asumir responsabilidades, al margen del coste electoral, o dedicarse a otra cosa. Tiempos difíciles como los actuales exigen coraje y además ponen de relieve la auténtica capacidad política de los dirigentes.
ResponderEliminarSzia.
Habrá que ver que pasa en los próximos meses, pero la cosa huele un poco mal. No es descartable una renegociación con el FMI y la UE respecto a las ayudas recibidas por Hungría. Es probable que necesite dinero...lleguen nuevas condiciones...y se impongan condiciones draconianas, duras, muy duras para la población, porque en todo esto de la crisis aunque el último de la cadena de responsabilidades es el ciudadano/a, será este quien la pagara. El tio es listo, no cabe duda, pero no por ello da miedo pensar en el nivel de complot/confabulación que maneja. Saludos!
ResponderEliminarRespecto a lo que comentas, El Castor, tienes razón. En este caso me parece que Gyurcsány no es muy responsable que digamos. Es verdad que es fácil criticarlo, tanto si se queda, como si se va le lloverían las críticas. Pero es innegable que su política económica es la principal culpable de la situación actual. Cuando llegó al poder, aunque había problemas, la situación del país era relativamente buena. Después esos problemas existentes no se han afrontado sino que han crecido incontrolablemente hasta llegar a la situación actual. Ahora Gyurcsány se lava las manos. La verdad es que me gustaría saber realmente que está pasando entre bastidores. Por cierto, podemos aplicar tu comentario a los candidatos a primer ministros que han rechazado el puesto, me da que políticos de esos que comentas no hay muchos.
ResponderEliminarEn cuanto lo que comentas Asier. Me temo que tienes razón también. En realidad aquí ya todo el mundo asume que las medidas que tendrá que tomar el gobierno van a ser brutales (Lajos Bokros, ya ha elaborado un programa contra la crisis que asusta a muchos por su coste social). Hasta la oposición del Fidesz, que tiene un programa bastante social, ahora, ya que ve cerca el momento de poder gobernar, asume que tendrá que aplicar medidas impopulares.
Saludos a los dos y gracias por vuestros comentarios.