El caso sucedió en febrero de 2018, pero las imágenes se han hecho públicas este miércoles. La UE y sus lecciones de derechos humanos, sí... El ciudadano eslovaco Jozef Chovanec fue detenido en febrero del 2018 en el aeropuerto de Brussels South Charleroi, según la policía Chovanec mostró una actitud agresiva al subir a un avión, cuando no le dieron el asiento que quería. Fue desalojado del avión y encerrado en una celda en el aeropuerto; allí, según la versión oficial de la policía belga, empezó a herirse a sí mismo, así que la policía tuvo que intervenir, Chovanec sufrió un ataque al corazón y entró en coma, no volvió a despertar. Sin embargo, el vídeo que se ha publicado en las redes sociales muestra algunas cosas que la versión policial callaba. En el vídeo se ve como Chovanec golpea con la cabeza contra la puerta de la celda hasta hacerse sangre, entonces entra la policía en la celda y varios policías se suben sobre Chovanec y le presionan el pecho con las rodillas durante 16 minutos para tenerlo inmovilizado, mientras otros policías se ríen, bailan y una hace el gesto nazi para saludar a sus compañeros. Más allá de los golpes en la puerta, el estado de Chovanec parece ser bueno, hasta que los policías lo reducen violentamente.
El caso ha escandalizado a la sociedad eslovaca. El jueves, Robert Fico, exprimer ministro, ahora en la oposición, exigía al gobierno eslovaco que actuara. Fico se quejaba de que el gobierno preste tanta atención a Venezuela o a Belarús, pero no la muestre por este caso. Por lo demás, tuvo lugar cuando Fico era primer ministro, pero entonces no se supo casi nada del asunto (las imágenes han salido este miércoles a la luz, como se ha dicho anteriormente, y parece que son material de una investigación interna).
El viernes, Boris Kollár, líder de uno de los partidos de gobierno (Sme Rodina) y presidente del parlamento, declaró que la actuación policial era imperdonable y que el gobierno exigía una rápida y dura reacción de las autoridades belgas ante el caso, aunque también reconocía que tenía la impresión de que estas parecían querer ocultar el asunto. Según Kollár, en caso de que los belgas no respondan, el parlamento eslovaco tomaría cartas en el asunto, aceptando la propuesta de Fico. De momento, el ministerio de exteriores eslovaco ha mandado una nota diplomática sobre el asunto. Según las autoridades belgas, están estudiando el caso.